La gestora abrdn celebró en Madrid su tradicional Noche Escocesa, en la que Peter Marsland, especialista de producto de renta fija, y Andrew Paisley, Head of Smaller Companies, presentaron las principales ideas de inversión en estos dos tipos de activos, que en opinión de los expertos pueden ofrecer una rentabilidad atractiva este año.
Marsland destacó en su intervención que la renta fija mantiene su interés en los niveles actuales, porque si bien es de esperar que los rendimientos bajen cuando los bancos centrales comiencen a recortar los tipos de interés, no será un movimiento en línea recta, sino que será fundamental acertar en un entorno de rentabilidad “bastante asimétrica”. Por ello, está convencido de que nos encontramos ante un “fantástico punto de entrada para este tipo de activo”.
El año pasado fue muy volátil para la renta fija, recordó, pero a finales de año se produjo un rally una vez que estuvo claro que los bancos centrales estaban pivotando hacia recortes de tipos en el futuro. En la comparativa histórica con datos de los últimos 10 años, “los bonos ofrecen ahora una alternativa real como una clase de activos de inversión para las personas que buscan un rendimiento positivo”.
“Estamos muy por encima de la media en términos de rendimiento al vencimiento para todas estas clases de activos”, tanto los menos volátiles como los más riesgosos, indicó.
La clave, destacó Marsland, es mirar hacia adelante: “Algo que puedo decir con un alto grado de certidumbre es que creemos que los tipos de interés han tocado techo, y a partir de aquí, la dirección de los rendimientos es a la baja. Pero esto no va a suceder en línea recta de una manera ordenada, sino que va a haber muchas turbulencias”.
El experto señaló que el escenario macroeconómico que ven más probable en este momento es el de “aterrizaje suave”, bueno para toda la renta fija, ya que se producirían los recortes de los tipos de interés previstos por el mercado. Si por el contrario hubiese un “aterrizaje brusco” y por tanto recortes más agresivos, habría un entorno positivo para los activos sensibles a la duración, como los bonos del Estado o los bonos corporativos a largo plazo, pero no tanto para los diferenciales de crédito y sobre todo el alto rendimiento. El último escenario, que desde abdrn consideran menos probable y que sería peor para la renta fija, es el de una reflación.
¿Es conveniente mantener el efectivo?
“Ahora voy a abordar el ‘elefante en la habitación’ –destacó Marsland-, y es ¿qué pasa si solo mantenemos el dinero en efectivo? En realidad, en los últimos años sólo hay un puñado de ocasiones en las que el efectivo ha superado a los bonos corporativos a corto plazo, y sólo en dos ocasiones el rendimiento ha sido realmente significativo: en plena crisis financiera y en 2022. A largo plazo, sin embargo, los bonos corporativos a corto plazo han obtenido el doble de rendimiento que el efectivo durante este período de 20 años sobre una base anualizada”.
Y volvió a analizar el comportamiento histórico del grado de inversión y el alto rendimiento una vez terminado un ciclo de subidas por parte de la Fed: “Si nos fijamos en lo que podemos esperar del crédito, podemos ver que en el primer año después de que la Fed haya hecho una pausa es universalmente un buen período para el crédito de grado de inversión. No tan bueno a veces para el alto rendimiento, que tarda un poco en recuperar el terreno perdido. Pero a lo largo de tres años, ambas clases de activos obtienen rendimientos extremadamente elevados una vez que los bancos centrales han dejado de subir los tipos”.
A ello se suma que los fundamentales han mejorado de manera clara tanto en el alto rendimiento como en el grado de inversión, y que las perspectivas de impago se sitúan en algo más del 3% para los bonos europeos de alto rendimiento, por debajo de la media a largo plazo. “Y ese riesgo se compensa con creces por el diferencial disponible de alto rendimiento europeo en este momento, que es de alrededor de 320 puntos básicos”.
“Creemos que incluso con la perspectiva de bajo crecimiento, los inversores están siendo recompensados activamente por mantener crédito frente solo bonos soberanos. Y esto proporciona un buen entorno de carry”, concluyó, al tiempo que presentó el fondo a corto plazo Short Dated Enhanced Income como una posible alternativa para dar el primer paso del efectivo a la renta fija.
El papel de la pequeña capitalización
Por su parte, y Andrew Paisley recordó los resultados de un estudio centrado en compañías estadounidenses, cuyas conclusiones apuntan a que las empresas de gran capitalización tienden a superar a las empresas más pequeñas en entornos de recesión, algo que “de hecho hemos visto en 2022 y en su mayor parte en 2023”.
“Sin embargo, lo que creemos que es realmente interesante aquí es lo rápido que llega el punto de inflexión. El mercado funciona con un mecanismo de descuento, mirando hacia adelante entre 12 y 18 meses. En ello se basa la idea de que a menudo hay que comprar las empresas más pequeñas cuando las noticias son peores, y la idea de invertir con un horizonte a largo plazo, como mínimo de tres a cinco años, porque es imposible predecir exactamente cuándo se producirá ese punto de inflexión”, indicó.
Una vez que se producen los recortes de tipos de interés, las pequeñas capitalizaciones superan a las grandes según el estudio tanto en los tres, seis y 12 meses siguientes. “Así que en términos generales una reducción de los tipos de interés es buena para las pequeñas empresas, funciona como un catalizador para este tipo de activos”, dijo Paisley.
“Si vemos el perfil de retorno desde el cambio de siglo en Europa, es del 164% para la gran capitalización, lo cual es bastante razonable; pero en el caso de la pequeña capitalización se eleva a un 480%”, añadió.
Desde abrdn piensan asimismo que el mercado de pequeña capitalización es un buen terreno para los gestores activos, con unas 1.000 empresas en el índice de referencia europeo, de las que seleccionan una porción muy selecta de 40 a 50 empresas de alta calidad que están dispuestos a mantener durante un largo periodo de tiempo y que cumplen con sus criterios de calidad, crecimiento y momentum.
Se trata además de un proceso que busca ofrecer crecimiento en un entorno macroeconómico débil. “Idealmente lo que tratamos de encontrar son empresas que tengan algún tipo de crecimiento estructural detrás de ellas que actúa como un viento de cola para su crecimiento durante muchos años”, señaló.
Si bien se acepta un mayor grado de riesgo al comprar pequeña capitalización, desde la gestora creen que los inversores están siendo adecuadamente compensados “en términos de rendimiento ajustado al riesgo”. “No voy a argumentar que se deba tener el 80% de la asignación europea en pequeñas capitalizaciones, pero diríamos que un 20% es una asignación razonable, porque vemos que, sin mucho aumento adicional en el riesgo, hay un aumento sustancial en el rendimiento, y eso realmente se debe a la forma en que invertimos en pequeñas empresas”.