Pese a ser una de las potencias económicas globales, Japón sigue siendo un mercado relativamente desconocido para muchos inversores. La gestora escocesa abrdn reunió a tres de sus expertos en un webinar para profundizar por ello en la actual situación macroeconómica del país asiático y las oportunidades que observan entre sus compañías.
Luke Bartholomew, economista monetario senior, trazó en primer lugar una visión global en la que habló de una «recesión interrumpida«, en el sentido de que el mundo se dirige hacia una recesión liderada por Alemania o Estados Unidos e inducida por la política monetaria de subida de los tipos de interés, pero que pese a haber sido tan anunciada, no acaba de producirse.
“El momento de su llegada es incierto y los datos recientes nos hacen pensar que probablemente vendrá un poco más tarde de lo que la mayoría está anticipando”, comentó. En concreto, en Estados Unidos es posible que se produzca en el primer trimestre del próximo año, teniendo en cuenta el retraso de entre 12 y 18 meses que se considera que tiene la política monetaria hasta alcanzar su impacto en la economía real.
En lo que respecta a la inflación, si bien ha ido menguando, Bartholomew destacó la persistencia de la subyacente, debida entre otros a las tensiones en el mercado laboral, con demanda de trabajadores y subidas de salarios, sobre todo en Estados Unidos. “Estos desequilibrios deben corregirse y, en última instancia, esto requiere una desaceleración significativa de la actividad que sea coherente con una recesión”, dijo.
Aunque aún queda por delante algo de endurecimiento monetario, la llegada de la recesión obligará a los bancos centrales a dar un giro en su política, añadió el experto. Por ello, como conclusión, destacó que para 2024 cree que “la pregunta realmente interesante es cuánto pueden bajar los tipos en los próximos 18 meses, en lugar de cuánto más subirán”.
La economía japonesa en el contexto global
Sree Kochugovindan, economista senior de investigación, analizó la situación en la economía japonesa en este entorno y señaló que si bien ha sufrido un retroceso en el nivel de sus exportaciones, el consumo interno ha resistido muy bien, incluso más que en otros países, tanto en bienes durables como en el sector servicios. La hostelería y el turismo se han comportado muy bien y se espera que continúen haciéndolo de cara a este verano, algo a lo que contribuye asimismo la apertura en la vecina China, ya que en 2019 el 53% de los turistas que visitaron Japón procedían de China continental.
“Esta resistencia, esta demanda reprimida, no muestra aún signos de disminución. Vemos que los diversos componentes de la confianza del consumidor se han mantenido bastante fuertes. Así que se espera que esto sea un apoyo adicional en los próximos dos trimestres”, dijo la economista del equipo de investigación de abrdn.
Un segundo elemento positivo son las inversiones en capital de las empresas, reflejadas en varias encuestas, sobre todo en el sector tecnología, incluyendo semiconductores y software, que han sido sólidas. “Durante el primer trimestre fueron del 11% interanual, mientras que en el cuarto de 2022 habían sido del 7%”, dijo Kochugovindan.
Ya antes de la pandemia en el país se había hecho hincapié en la digitalización y la inversión en tecnología, en parte como resultado de los retos demográficos a los que se enfrenta, y la gran necesidad de automatizar diferentes sectores. Las empresas se están centrando en este desafío y se trata de una tendencia que durará varias décadas, indicó la economista.
Como elemento diferenciador del país frente a otros mercados desarrollados, la inflación ha sido una novedad para Japón. Si bien la general está en retroceso, se mantiene la subyacente, por lo que todavía hay cierta presión inflacionista. “Es muy moderada en comparación con otros mercados desarrollados, pero se trata de máximos históricos para Japón. No habíamos visto una inflación subyacente del 4% en los últimos 30 años”, añadió.
Además, en las negociaciones salariales se probó un aumento de un 3,7 por ciento para las grandes empresas y un 3,4 por ciento para las pymes, el más elevado también en décadas. “Así que, desde el punto de vista de la política monetaria, Japón es un caso atípico porque el resto de los países desarrollados y muchas economías de América Latina y el Caribe han estado subiendo los tipos de forma bastante agresiva ante las presiones inflacionistas. Japón no lo ha hecho. Ha mantenido una política monetaria muy estable y sigue manteniendo un equilibrio monetario muy laxo y acomodaticio”, explicó. Y desde una perspectiva corporativa, tampoco se están endureciendo las condiciones de préstamo como en otras economías.
Fundamentales de la renta variable japonesa
Finalmente, Chern-Yeh Kwok, responsable de renta variable japonesa en abrdn, detalló tres factores clave cuando se analizan las empresas locales. El primero es que el mercado japonés está mal cubierto desde el sell side, especialmente en el caso de las empresas de pequeña capitalización. En segundo lugar, que comprar renta variable japonesa no es solo invertir en Japón, porque muchas de sus empresas operan en todo el mundo, y además en este momento, su peso es más importante que en años anteriores. Y en tercer término destacó la importancia de la gobernanza cuando se habla de inversión ESG y la interesante evolución que se está produciendo en este aspecto en la economía local.
Al analizar lo ocurrido el año pasado, el experto destacó la caída que se produjo en Japón en las valoraciones de todos los sectores excepto aquellos que se benefician de la subida de tipos de interés. Aunque es un desarrollo que se produjo a nivel global, en el país asiático el desplazamiento hacia los activos value frente a los growth y quality fue particularmente extremo. “Creemos que esto comenzará a cambiar, y tras esta rotación extrema las valoraciones de los activos de de calidad están en los niveles de 2017, es decir muy bajos”, indicó.
Y añadió que con los precios de las materias primas en retroceso este año y el poder de fijación de precios que tienen muchas empresas japonesas, que son líderes mundiales en sus sectores, se prevé una importante recuperación de los márgenes de beneficio empresariales.
“Tenemos el ejemplo de Nippon Paint, compañía líder en pinturas en Asia-Pacífico y número uno en China con un 20% del mercado. La empresa ha subido sus precios por el aumento de los costes, pero después de cada periodo en el que han subido las materias primas, nunca han bajado sus precios, por lo que acaban ganando un poco más de dinero. Es malo para los consumidores, pero es bueno para los inversores. Y es bueno para la empresa”, afirmó el experto.
Chern-Yeh Kwok subrayó asimismo el cambio de mentalidad en cuanto a la gobernanza en las empresas. Si bien se trata de una transformación lenta, las controvertidas participaciones cruzadas entre las compañías japonesas llevan años en retroceso, y desde hace tres o cuatro años las firmas dan mucha más relevancia al ROE, también por las exigencias de los reguladores para que haya una mayor eficiencia de capital.
Conclusión
Tras señalar que a lo largo de la historia el mercado de renta variable japonés muestra mejores resultados en la relación riesgo-beneficio que otros, Chern-Yeh Kwok destacó las oportunidades que brindan las empresas japonesas por su capacidad de innovación, ya sea en la asistencia sanitaria, la automatización industrial, la robótica o la digitalización. “Y por último, pero no por ello menos importante, el Made in Japan: tenemos productos de primera calidad, marcas muy reconocidas y presentes en muchos países, también en los emergentes y en China –afirmó-. Creemos que lo mejor es centrarse en un grupo de empresas de buena calidad, poder de fijación de precios y que se preocupan por la gobernanza”.
A su vez, frente a otros mercados que pueden ser atractivos como China o India, para Chern-Yeh Kwok las ventajas de Japón son su menor riesgo geopolítico y asimismo el menor riesgo regulatorio.