El colapso del mercado desatado por la pandemia del coronavirus ha sido excepcional en muchos sentidos, empezando por los cambios en el perfil de los activos defensivos y de los modelos de riesgo. En un artículo reciente, AllianceBernstein señala que los inversores que buscan reforzar las posiciones defensivas en las carteras deberían examinar más de cerca el rendimiento de determinadas subindustrias, que, en algunos casos, se ha desviado de sus tendencias históricas.
La mayoría de las correcciones pronunciadas del mercado han sido causadas por el estallido de burbujas, como el exceso de crédito o la inflación, pero el actual mercado bajista ha sido desencadenado por un shock exógeno. “La velocidad del derrumbe prácticamente no tiene precedentes, con picos de volatilidad que superan incluso los niveles extremos observados durante la crisis financiera mundial”, apunta la gestora.
Bajo su punto de vista, ante la venta masiva, el desempeño de muchos sectores fue sorprendente. Por ejemplo, las acciones globales de real estate y servicios públicos han sido tradicionalmente defensivas en 10 crisis anteriores analizadas por la entidad, pero, en este entorno, no han ofrecido el nivel de mitigación de caídas habitual. En cambio, algunas industrias tecnológicas han resistido mucho mejor que en crisis previas.
Las crisis pasadas no ofrecen orientación
¿Por qué ha decepcionado el real estate? Según AllianceBernstein, es posible que el aumento del desempleo esté ejerciendo una presión adicional sobre muchos inquilinos minoristas que ya luchaban por sobrevivir. “Y las empresas con mayores cargas de deuda han sido especialmente castigadas durante este período, lo que ha afectado al sector inmobiliario, así como a otro típicamente defensivo, el de los servicios públicos”, apunta.
Pero el mayor perjudicado, tanto en términos absolutos como relativos, ha sido el sector de los servicios de consumo: las medidas de bloqueo sin precedentes desencadenaron un colapso en el gasto de los consumidores y afectaron particularmente a muchos modelos de negocio que dependen de la interacción humana, como los viajes, los restaurantes, los casinos y los congresos.
Mientras, la gestora destaca que los equipos de hardware y tecnología han resistido mejor de lo esperado, a medida que las empresas mejoran su infraestructura de TI para hacer frente al teletrabajo. “La industria farmacéutica y la biotecnología, sectores defensivos clásicos, lo han hecho excepcionalmente bien esta vez, ya que los inversores prevén un gasto muy superior en preparación médica en el futuro y sus balances más sólidos fueron útiles”, añade.
Los cambios en el comportamiento de los consumidores y las empresas están ocurriendo a un ritmo sin precedentes. Como resultado, las acciones también se comportan de manera diferente. “Los inversores en renta variable que buscan posicionarse para los tiempos difíciles que se avecinan deben adoptar un enfoque dinámico para proteger las carteras, repensando los atributos defensivos de las acciones y buscando empresas resistentes en lugares inesperados”, afirma AllianceBernstein.
Cómo diseñar los modelos de riesgo
Los modelos de riesgo se han vuelto mucho más sofisticados tras la crisis financiera mundial, pero la mayoría -que se basan sobre todo en datos históricos- han tenido dificultades para hacer frente a los efectos inéditos de la pandemia, como la interrupción repentina de las cadenas de suministro globales o el cierre de ciudades en todo el mundo. En este contexto, la gestora cree que los inversores pueden desarrollar un enfoque más previsor de la gestión de riesgos que considere múltiples escenarios para un entorno de mercado muy incierto.
A su juicio, en las circunstancias de crisis actuales, es necesario aplicar un enfoque más simple basado en el criterio humano y el análisis fundamental. Entre sus recomendaciones clave, se encuentra la de ampliar los modelos de riesgo por factores para que no se apoyen en un único factor y complementarlos con otros basados exclusivamente en la exposición. De esta forma, se cuenta con más herramientas a la hora de monitorizar los cambios en las correlaciones y la volatilidad creciente. En ese sentido, también ve clave mezclar los modelos de riesgo a corto plazo con otros a largo plazo.
“No exageres y considera múltiples escenarios”, declara AllianceBernstein al destacar la importancia de estructurar carteras con un sesgo significativo hacia empresas ganadoras o con una narrativa concreta. Asimismo, el diseño de flujos de caja sostenibles es esencial a la hora de proporcionar una base sólida para el rendimiento futuro en contextos de crisis, así como el no apoyarse en un único factor.
Por otro lado, hace hincapié en que es improbable que los modelos de riesgo tradicionales identifiquen a empresas que se encuentren vinculadas por temáticas comunes del coronavirus y que, como grupo, son vulnerables a los mismos factores. En ese sentido, recomienda evitar el riesgo de aglomeración implementando un análisis que identifique a aquellas compañías cuyos rendimientos se han correlacionado y que pueden no encontrarse en los mismos sectores ni compartir características similares.
Por último, la gestora ve clave intensificar la investigación bottom-up para poder comprender la naturaleza de cada modelo de negocio. Así, es posible seleccionar distintas empresas y limitar y diversificar de forma efectiva los riesgos asociados al actual entorno de mercado.