Las próximas semanas serán interesantes para Argentina, a la espera de que el próximo 13 de abril Estados Unidos tome su decisión final sobre la apelación de algunos de los “holdouts” (hedge funds tenedores de bonos soberanos argentinos que rechazaron reestructurar su deuda), que no están conformes con el acuerdo ofrecido por Argentina. El gobierno argentino debe pagar a sus acreedores el 14 de abril, por lo que todo el proceso podría retrasarse al último momento. Lo más probable es que se acabe postergando en el tiempo la fecha final de pago a los acreedores.
Desde Aberdeen Asset Management, Kevin Daly, principal gestor del equipo de deuda emergentes, comenta sobre la situación: “En cualquier caso, existe una enorme emisión de deuda soberana argentina en camino, entre los 10.000 o 12.000 millones de dólares, para la que debería haber una decente demanda si son valorados a un precio razonable. Parte de las ganancias de la emisión serán utilizadas para repagar la deuda existente. Por definición, esto significa que necesitan haber colocado los bonos para la fecha en la que tengan que pagar a los acreedores”.
Se espera que este año siga siendo duro para la economía de Argentina. La inflación sigue estando alta, la recesión en Brasil afectará al comercio y con suerte se podría llegar a una cifra de crecimiento en este año. Pero en la opinión del gestor, algunas de las preocupaciones del mercado son exageradas.
“Se está diciendo que el ratio de deuda por PIB será demasiado grande después de la emisión de la deuda soberana. En la actualidad es del 44% y será cercano a un 56% después de la emisión. Esto debería ser un ratio bajo según los estándares comunes. Para ponerlo en perspectiva, Japón tiene un ratio del 245%. Argentina tiene una senda complicada por delante, pero está en el buen camino”.
El principal problema que la nueva emisión de deuda soberana argentina puede tener es la falta de compradores a los niveles de rendimiento sugeridos. Los inversores se han resistido a comprar al nivel de rendimiento del 7,5% que Argentina ha ofrecido hasta ahora en los bonos a 10 años. Emitiendo a niveles similares a la emisión de Pemex del mes de enero, una emisión con grado de inversión y la mitad de tamaño que la de Argentina.
Entre tanto, el país sigue batallando para rebajar el gasto público y ayudar a aminorar un masivo presupuesto deficitario. Se espera que la economía siga contrayéndose y que la inflación suba por encima del 35%.