El temor a la carestía es una preocupación de los mercados: temor a la falta de trigo, de cereales, de alimentos, de metales industriales y, entre ellos, del cobre. Después de un par de años sacudidos en el mercado de metales, los inversores miran con atención el balance del mineral rojo. Por un lado, la producción se ha visto deprimida recientemente. Por el otro, las preocupaciones sobre China complican el panorama para el metal.
Desde los tiempos del llamado superciclo de los commodities que el precio del cobre no se movía tanto.
El ondular de la cotización del metal rojo a lo largo de los últimos años lo ha llevado entre altos muy altos y bajos muy bajos, en un rango que supera los precios vistos en años. En medio de las preocupaciones sobre la dinámica económica global en los albores de las cuarentenas globales por la pandemia de COVID-19, el cobre encontró un piso en torno a los 2,09 dólares por libra a finales de marzo de 2020. En cambio, el entusiasmo por las materias primas y la sequía de inventarios lo llevó a una altura inédita de 4,87 dólares a principios de marzo de este año.
Desde entonces, el precio del metal ha visto una corrección de más de 10%, pero se mantiene firme por encima de los niveles registrados en los últimos años.
Mientras que la pandemia «ha cambiado varios patrones de consumo e intensificado el uso de tecnologías que están aumentando la demanda por muchos minerales», señala Fabio Fortes, gerente senior del Centro de Excelencia en Minería y Metales de EY, también ha impactado parte de su extracción. «Frente a este escenario de desequilibrio y con inventarios cada vez más reducidos la cotización del metal logró alcanzar valores 25% mayores a los practicados durante el período pre-pandemia», comenta.
Dinámica de inventarios
A medida que la desaceleración y la recuperación de la actividad económica han estado moviendo la aguja de la demanda de cobre, los inventarios del metal han estado fluctuando con fuerza. Hace tres años, la Bolsa de Metales de Londres tenía existencias por 191.725 toneladas métricas, que escalaron hasta los 337.675 en que se ubicaban a finales de agosto de 2019, según cifras de Cochilco.
Luego, a medida que la demanda fue aumentando, los inventarios se redujeron a su mínimo más reciente de 69.600 toneladas. Desde entonces, la cifra se ha más que duplicado, superando las 176.000 toneladas a mediados de mayo de 2022, pero todavía sigue en niveles deprimidos.
Los volúmenes actuales, comenta el coordinador de Mercado Minero de Cochilco, Víctor Garay, se encuentran por debajo de los inventarios para el período 2000-2021, que promedian 479.000 toneladas métricas, considerando el promedio del stock al final de cada período. En contexto, el ejecutivo explica que las existencias actuales representan cuatro días de consumo mundial, mientras que los últimos 20 años promedian casi diez días.
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