En Estados Unidos, la economía de consumo se está fortaleciendo, mientras que la economía industrial sigue sufriendo. “Si bien la economía de Estados Unidos en general se ha estado fortaleciendo, la podríamos describir como una economía de “dos velocidades”: por un lado, la solidez general del consumidor estadounidense mejora rápidamente, y por otro, su símil industrial sigue teniendo que esforzarse”, explica Eaton Vance en un reciente informe.
La gestora analiza las implicaciones para los valores: “El mercado de valores de EE. UU. comenzó a comprender la situación, ya que el sector de consumo discrecional de S&P ha superado fácilmente el desempeño del sector industrial de S&P en los últimos meses”. Por eso, el sector industrial es ahora más barato y podrían abundar las gangas en los próximos meses. Con todo, en la entidad defienden que, hasta que el conjunto de oportunidades cambie, “los inversores deben tener paciencia y preferir selectivamente las acciones de empresas con equipos administrativos que asignen bien el capital”.
Una economía a dos velocidades
Para la gestora, cuando Janet Yellen y la Reserva Federal analicen los datos para determinar el momento oportuno para subir las tasas de interés a corto plazo, lo que encontrarán –en vez de una economía fuerte con grandes presiones inflacionistas asociadas- es una economía a dos velocidades: “una en la que la solidez general del consumidor estadounidense mejora rápidamente, mientras que su símil industrial sigue teniendo que esforzarse”.
Parte de la explicación de esta aparente desconexión en los datos de la economía radica en los precios de la energía. “Durante los últimos 12 meses, el precio de un barril de petróleo ha caído un 43%, de los 105 a los 60 dólares. Esto ha llevado a una caída en los precios promedio de la gasolina en EE.UU. de aproximadamente 3,70 dólares/galón a 2,75 dólares. Con más dinero en los bolsillos, los consumidores estadounidenses (por lo menos los que conducen) aparentemente perciben que las cosas están yendo algo mejor. Por consiguiente, el Índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan recientemente alcanzó el punto más alto en cinco años”, explica la gestora.
Aunque la caída en los precios del petróleo fue una buena noticia para los consumidores, fue todo lo contrario para muchas empresas industriales. “El mercado del petróleo y el gas es un importante mercado final para los bienes de capital y los fabricantes de equipos. Nos ha sorprendido la rapidez con la que el sector energético recortó gastos a principios de 2015. Las empresas productoras y de exploración norteamericanas nos informan de que redujeron el gasto de capital en alrededor de un 35% este año. Ello ha tenido un efecto dominó a lo largo de la cadena de suministro, que superó claramente la exposición directa de los equipos para petróleo y gas. La debilidad de la parte industrial de la economía ha comenzado a manifestarse en forma de menores tasas de utilización en las fábricas de EE.UU.”
Un mejor mercado laboral
Aparte de los menores precios de la energía, otra gran razón para el mayor optimismo de muchos consumidores es la reciente mejora en términos del empleo. “Tras alcanzar el punto máximo del 10% en 2009, la tasa de desempleo de EE.UU. ha disminuido progresivamente desde entonces y ahora se encuentra en lo que muchos considerarían un nivel más normal: 5,3% a junio de 2015. Tal vez sea más revelador que el crecimiento de los salarios finalmente comenzó a repuntar después de años de estancamiento”.
¿Cuáles son las implicaciones en los mercados?
Comprender la solidez relativa de diferentes segmentos de la economía es importante, pero para los inversionistas en valores, la pregunta clave es “¿qué no está incluido en el precio?”, dice la gestora. En los últimos doce meses, las acciones de consumo discrecional han superado fácilmente el desempeño de las industriales: así, las acciones de consumo discrecional se valoraron recientemente en 19,5 veces las previsiones de beneficios, mientras que las acciones industriales solo se valoraron a 16,3 veces. Lo que quiere decir que estas últimas son más baratas.
Por eso, en la estrategia de valor de gran capitalización de Eaton Vance, hace poco recortaron la exposición a las acciones de consumo discrecional y agregaron las industriales. Mientras tanto, en sus estrategias de crecimiento, hace poco tuvieron posiciones subponderadas en las acciones industriales. “Nuestro equipo de crecimiento sigue manteniendo el optimismo acerca del panorama para las empresas que cree se benefician de las tendencias de crecimiento que se repiten históricamente en las áreas de consumo, tecnología y atención de la salud, entre otras”, explica la entidad.
Independientemente de dónde puedan haber oportunidades (o no) en el mercado de valores de la actualidad, su opinión sigue siendo que las verdaderas gangas están lejos de abundar. Sin embargo, creen que eso podría cambiar en los próximos meses. “Mientras, seguimos creyendo que los inversionistas deberían preferir selectivamente las acciones de empresas con equipos administrativos hábiles que sepan asignar el capital”.