Con un claro enfoque en la inversión sostenible y los factores ESG, Janus Henderson Investors ha celebrado esta semana su foro virtual “Invested in Connecting”, un evento de tres días cuyo objetivo era conectar a los clientes con los equipos de ventas y gestores de inversión en una sola plataforma, compartiendo ideas, perspectivas y conocimiento a través de presentaciones y debates en vivo sobre temáticas y perspectivas de mercado.
El evento comenzó con el discurso de bienvenida de Ignacio de la Maza, responsable del Canal Intermediario para la región EMEA y Latinoamérica, quién explicó que durante las sesiones se haría hincapié en el modo que los gestores perciben los factores ESG y cómo los incorporan a sus estrategias.
En el primer día, la atención se centró en la renta variable, con Alex Crooke, co-responsable de renta variable para las regiones EMEA y Asia Pacífico, dando una charla sobre las perspectivas de esta clase de activos y los tres temas que deben tenerse en cuenta de cara al futuro. El primero, un posible escenario de reflación en el que la intervención de los bancos centrales y gobiernos sería clave para rescatar la economía. El segundo tema sería un proceso de emisiones de acciones o “re-equitization”. Entre los directivos de las empresas existe la preocupación de que se haya incurrido en un sobre apalancamiento para superar la crisis, y se espera que una vez esta deuda venza, se opte por emitir más acciones, algo que puede suponer una disminución en la rentabilidad sobre fondos propios pero que también puede traducirse en unos mejores ratios P/E. Por último, el mercado de renta variable británica, descontando que no habrá un acuerdo de Brexit a final de año y donde algunas buenas empresas están cotizando con atractivas valoraciones.
El debate con el equipo Global Technology:
Después, Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores de la estrategia Global Technology, debatieron sobre los fundamentales que han permitido que el sector tecnológico haya obtenido un rendimiento muy superior al resto del mercado en la última década. El equipo defendió que las valoraciones todavía se explican por la robustez de sus balances, tras una crisis que ha beneficiado especialmente al sector.
“Existen unas diferencias fundamentales entre la situación actual y burbuja tecnológica de 2001 que deberían aportar algo de tranquilidad a los inversores. En primer lugar, en los últimos 5 años, el mayor rendimiento del sector tecnológico no ha sido tan extremo como lo fue entonces. En el periodo anterior al estallido de la burbuja tecnológica se vieron unos rendimientos compuestos anuales de más del 43%, mientras que en este periodo hemos visto menos de la mitad.
En segundo lugar, en el terreno de salidas a bolsa, desde enero de 2018, se ha visto como unas 36 empresas comenzaban a cotizar en bolsa, una cifra que en los dos años anteriores al estallido de la burbuja tecnológica superaba las 230 empresas, lo que indica que estamos en un entorno más racional. Además, los líderes de las empresas tecnológicas actuales tienen una mayor orientación hacia el futuro, estas compañías se han convertido en plataformas que se benefician del efecto de red que han creado. Ahora el 40% del sector tecnológico está relacionado con el software y obtiene unos beneficios recurrentes, un porcentaje que era solo un 20% en 2001, esto permite a estas empresas obtener unos márgenes y unos rendimientos estructurales más altos”, comentó Alison Porter.
“Por último, el tema de las valoraciones, los tipos de interés en la actualidad se encuentran unos 600 puntos básicos por encima de lo que estaban en el año 2000. Solemos decir que la adopción de la tecnología y la inflación están inversamente correlacionadas, porque la adopción de una nueva tecnología genera transparencia en precios y es más barata, más rápida y permite mejores resultados. El entorno actual de bajos tipos de interés favorece a unas altas valoraciones. En términos de beneficios, las acciones cotizaban con una prima de 53x con respecto al resto del mercado, mientras que, en la actualidad, lo hacen con una prima del 20x. En términos de flujos de caja libre, las acciones cotizaban con una prima del 118x y ahora lo hacen en un 31x. Pero eso no significa que no haya ciertas áreas que se muestran preocupantes en términos de valoración, sabemos que un 30% del sector no está generando beneficios y eso es parecido a lo ocurrido en la década de los 2000”, añadió.
La importancia de los factores ESG en el mundo actual:
A continuación, una mesa de debate formada por Hamish Chamberlayne, director de renta variable global sostenible y gestor de la estrategia Global Sustainable Equity; Andy Acker, gestor de las estrategias Global Life Sciences y Biotecnology; Denny Fish, gestor de la estrategia Global Technology and Innovation, y Guy Barnard, gestor de la estrategia Global Property Equities; en la que se discutió los cambios sufridos en el universo de inversión de sus respectivos fondos tras la crisis de la pandemia, de la aceleración de tendencias ya existentes, y del papel creciente de la inversión sostenible.
“En los últimos años, la tendencia de la digitalización de la economía ha tenido un fuerte peso en el contexto global, tanto de lado de los consumidores como del lado de las empresas. Pero, durante la pandemia quizá se ha acelerado más el grado de penetración para el consumidor, no solo en las generaciones más jóvenes, como la generación Z, que consume principalmente online, sino para todas las cohortes de generaciones, incluyendo a los más mayores, que ahora encuentran en internet el modo de realizar sus compras y pagos”, explicó Denny Fish.
“Mientras que, en el lado de las empresas, la pandemia ha destacado la importancia de digitalizar todos los procesos dentro una organización. Así como la importancia de crear infraestructuras virtuales para sus trabajadores”, agregó.
Por su parte, Andy Acker, argumentó que las características defensivas del sector del cuidado de la salud atenuaron el impacto de la crisis del coronavirus en su cartera. “La demanda de los inversores por el sector sanitario suele incrementar en las caídas del mercado, en las últimas caídas superiores al 15%, el sector solo experimentó la mitad de la caída. También, hemos visto áreas en las que se han generado unos mayores beneficios, como en la telemedicina y en los sectores que se encuentran en la primera línea de lucha contra la pandemia”, dijo.
Asimismo, Hamish Chamberlayne explicó cómo este año, junto con los sectores de tecnología y salud, la inversión en factores ESG también se está viendo beneficiada por unas fuertes tendencias seculares. “El objetivo de la estrategia Global Sustainable Equity es construir una cartera altamente diferenciada con un enfoque multitemático en las fuentes que contribuyen al rendimiento. Si bien el sector tecnológico y el sector salud contribuyen positivamente en la cartera, también existen otras áreas que han aportado a los rendimientos. Entre ellas, dos áreas que me gustaría destacar son las empresas que están alineadas con los medios de transporte sostenibles y por un modo más saludable de vida y las empresas relacionadas con la economía verde, energías renovables e infraestructura eléctrica”, expuso.
“Solo por mencionar algunos ejemplos, Tesla ha experimentado un buen año y hay un alto grado de entusiasmo sobre el ritmo de innovación que ha alcanzado en el sector de la automoción. Por otro lado, Shimano, uno de los principales proveedores de tecnología en el tren motriz de las bicicletas se ha beneficiado de un incremento en la demanda de alternativas al transporte público y del aumento del deseo de realizar más ejercicio físico que se ha experimentado entre los consumidores tras la pandemia.
Mientras que, en el lado de la economía verde, se espera que en la próxima década se experimente un incremento en el uso de la electricidad del 20% actual al 50% en la matriz energética. En consecuencia, se ha visto un aumento de la inversión en esta área, un excelente ejemplo es el plan de recuperación europeo, que sitúa como punto central de su paquete de estímulos la economía verde y las energías renovables”, completó.