Según A&G el pico queda atrás, la inflación ya ha comenzado a caer y seguirá haciéndolo. Creen que, en la mayoría de los casos, caerá a un ritmo más rápido del que economistas y banqueros centrales esperan. Han analizado los factores de demanda y capacidad, el mercado laboral, los precios de las materias primas, las condiciones y la política monetaria, las expectativas de inflación y los mercados emergentes, y aseguran que todos ellos apuntando hacia una menor inflación.
Factores de demanda y capacidad
Según la caída de la demanda vaya dejando capacidad productiva ociosa, esperan caídas en el precio de los bienes, especialmente en economías desarrolladas.
Una demanda debilitada está comenzando a resolver desequilibrios entre oferta y demanda que fueron muy relevantes en el IPC. En noviembre, la contribución de los bienes básicos al IPC ya era de 8 puntos porcentuales menos que en el pico de marzo. Las fuertes caídas en EE.UU. se explican por el inicio anterior de la subida de tipos. Son indicativas de lo que viene a Europa o Japón.
La retirada de la mayoría de las restricciones por COVID, junto con una débil demanda, ha solucionado gran parte de los problemas en las cadenas de suministro, aunque recientemente han surgido nuevos problemas en China con el incremento de contagios con la reapertura. El virus de hoy es mucho menos grave que el de 2020.
Mercado laboral
Los mercados laborales continúan presionados, pero parecen haber dejado atrás el “pico de tensión”, especialmente en EE.UU. Los salarios corregirán con el incremento del desempleo.
La mano de obra será un bien escaso y no se esperan grandes caídas, pero si una estabilización, como ya ha ocurrido en EE.UU., país que está más avanzado en el ciclo. Así lo indica el índice de Indeed, que recoge el salario ofrecido en anuncios de empleo, como indicador adelantado de los precios. Desde A&G esperan que esa bajada sea gradual.
Las tasas de desempleo continúan por debajo de sus niveles prepandemia, pero la inflación salarial ya es menor, especialmente en EE.UU.
No se espera alcanzar niveles problemáticos en la tasa desempleo de las principales economías, pero sí un incremento consistente con una leve recesión. Ya se han comenzado a ver despidos, aunque siguen las contrataciones.
Precios de las materias primas
Se espera que la contribución de la energía a la inflación continúe cayendo en 2023 y sea el mayor contribuidor a la caída de la inflación.
El efecto base además de una posible caída del precio de las materias primas tendrá un gran impacto en la des-inflación, causando entorno a la mitad de la caída del IPC esperada para 2023.
Los precios ya han caído con fuerza desde mediados de 2022, pero es fácil que se observe debilidad adicional con la reapertura de China y una leve recesión. Será un efecto temporal, pero en 2023, los precios medios serán menores que en 2022.
Condiciones y política monetaria
Los tipos de interés más altos y las condiciones financieras más restrictivas ya están pesando sobre la demanda crediticia y la tendencia continuará.
El incremento del coste de financiación ha sido fuerte y rápido y aunque su efecto aún no ha sido dramático se cree que se trata de un proceso ya muy avanzado o cerca de su final, que inevitablemente tendrá efecto sobre la demanda de crédito.
Si además de las subidas de tipos, tenemos en cuenta el entorno de drenaje de liquidez por parte de los bancos centrales, las condiciones financieras se han endurecido adicionalmente.
Expectativas de inflación
Lo niveles de inflación esperados han caído o se han estancado, lo que sugiere que el riego de una segunda ola de inflación salarial por negociación de convenios se reduce.
Las expectativas de inflación se mantienen muy elevadas para los estándares del pasado cercano, pero ya han corregido notablemente.
En EE.UU., los hogares han ajustado sus expectativas desde más del 5,5% hasta cerca del 4%, mientras que, en Europa, ya sólo un 40% de los hogares siguen esperando que la escalada de precios continúe.
Las compañías manufactureras esperan que sus precios de venta crezcan a un ritmo muy inferior al que han crecido desde inicio de 2022. Sin embargo, las compañías de servicios esperan aún mantener los incrementos de precios a tasas similares.
Mercados emergentes
La inflación también parece haber hecho pico en emergentes y muchos bancos centrales deberían estar en posición de comenzar a revertir sus agresivas políticas monetarias.
Igual en países desarrollados, el IPC parece haber hecho pico, pero seguirá muy por encima del objetivo de los bancos centrales al menos, durante todo 2023. La subyacente caerá antes, permitiendo a los bancos centrales iniciar la relajación de su política monetaria.
La inflación de los alimentos tiene un peso muy alto sobre la inflación en emergentes, por lo que para ver caer la subyacente, la dependencia de la energía es algo menor que en desarrollados. La inflación de alimentos también ha comenzado a corregir, aunque esta corrección está en una fase más inicial. Eso le da más margen a la baja.