Aunque el mercado todavía tiene dificultades para ofrecer información transparente que demuestre claramente el impacto positivo de los bonos verdes, los especialistas coinciden en resaltar los pasos que se están dando. Entre los datos más llamativos, destaca que 2019 fue un año récord en la emisión de este tipo de bonos.
En concreto, el mercado registró emisiones de bonos verdes por valor de 234.000 millones de dólares, lo que supone un aumento de más del 50% con respecto a los 150.000 millones de dólares emitidos en 2018. Si bien el volumen de emisiones se había mantenido relativamente plano en 2018 y 2017, en 2019 aumentó significativamente el número de emisores que se incorporaron al mercado, en comparación con años anteriores. Según Insight Investment, parte de BNY Mellon IM, este momento marca un punto de inflexión en el alcance de las oportunidades a disposición de los inversores.
“El fuerte apoyo que está recibiendo la transición climática marca un punto de inflexión para los inversores pero el mercado todavía tiene dificultades para ofrecer información transparente que demuestre claramente el impacto positivo”, Joshua Kendall, analista ESG senior en Insight Investment (BNY Mellon).
Según la analista, los sectores en los que se centran principalmente estos instrumentos (servicios financieros, gobiernos, empresas de suministros, energía e industriales) experimentaron un crecimiento sustancial de las emisiones, con el sector financiero en cabeza, que sumó más de 78.000 millones de dólares en bonos verdes a lo largo del año. Además, la entrada del sector de telecomunicaciones ha mejorado la diversidad del mercado. Los Países Bajos emitieron su primer bono verde en 2019 y Alemania anunció su intención de emitir un bono verde en 2020.
Como explica Josh Kendall, “la emisión de bonos verdes alcanzó niveles récord en 2019, por lo que el universo de inversión supera ahora los 747.000 millones de dólares. El fuerte apoyo que está recibiendo la transición climática marca un punto de inflexión para los inversores. Esperamos que 2020 sea otro año récord para los bonos verdes, ya que los datos preliminares sugieren que las emisiones podrían alcanzar los 300.000 millones de dólares”.
El aumento de la emisión de bonos de impacto social y sostenible sumó 35.000 millones de dólares en 2019, lo que, junto con los bonos verdes, llevó la emisión total de instrumentos de impacto hasta los casi 300.000 millones de dólares (299.800) en el año. El mercado también acogió nuevos tipos de instrumentos de impacto como el bono de transición de Enel, que podría abrir la puerta a más emisiones por parte de compañías petroleras en 2020.
“Aunque el crecimiento de los instrumentos de impacto resulta alentador, en demasiados casos nos encontramos con que los objetivos establecidos por los emisores carecen de convicción y de ambición. Queremos que se le preste mucha más atención a la calidad de las propuestas subyacentes. En Insight, solo le hemos dado el visto bueno al 27% de los más de 120 bonos de impacto que hemos revisado. Y esto se debe a que el mercado todavía tiene dificultades para ofrecer información transparente que demuestre claramente el impacto positivo”, concluye Kendall.