Después de un 2017 en el que el panorama macroeconómico ha sido propicio para la mayoría de activos, en ausencia del fantasma de la deflación y también del de la inflación, la gran pregunta que se hacen los inversores es si no será todo demasiado bonito como para durar.
Karen Ward, estratega jefe de mercados para Reino Unido y Europa de JP Morgan AM, cree que, a corto plazo, son pocas las razones para preocuparse. “Aunque probablemente la recuperación se encuentra ya en su ‘tramo final’, sigue habiendo margen para que la expansión se amplíe tanto en Europa como en el mundo emergente”, afirma.
En su opinión, los riesgos macroeconómicos van en descenso, y en caso de que la productividad comenzase a repuntar junto con el comercio y la inversión, existirían incluso oportunidades de obtención de ganancias. “Hasta en EE. UU., donde el ciclo se encuentra más maduro, los indicadores anticipados siguen mostrándose sólidos y auguran sólidos beneficios corporativos”, añade Ward.
En materia de tipos de interés, desde JP Morgan AM esperan que los tipos a largo plazo se vean limitados por la política flexible del BCE y del Banco de Japón si bien la Fed continuará incrementando los tipos oficiales de forma paulatina. De hecho, según Ward, en quien habrá que fijarse más a partir de ahora es en el Banco de Japón. “No subestime el impacto del extraordinario compromiso del Banco de Japón de mantener la rentabilidad de la deuda pública a 10 años en el 0% y olvídese de la recomendación de ‘no llevarle la contraria a la Fed’, ya que será en el Banco de Japón en quien habrá que fijarse en el futuro inmediato.
En general, a Ward le preocupa más que en 2018 la expansión se aleje del término medio y se «sobrecaliente» en lugar de «sobreenfriarse». En este sentido, no aprecian razones para alejarse de los activos de riesgo. “Dado que ninguna clase de activo se presenta asequible, seguimos prefiriendo la renta variable frente al crédito y este último frente a la deuda pública”. Respecto a la liquidez, anticipa que generará un año más rentabilidad real negativa.
Cautela ante la inflación y los bancos centrales
Hay además una serie de factores con los que Ward prevé que habrá que tener cautela: uno de ellos es que nadie sabe a ciencia cierta si “la inflación está realmente muerta o si simplemente está hibernando”. Otro es que “los bancos centrales podrían mostrarse más sensibles al plantearse si están o no repitiendo los errores de la década de 2000”.
A fin de protegerse frente a estos posibles cambios, la experta cree que los inversores no solo deben pensar en la diversificación, sino también en la liquidez de sus carteras. “También podría resultar de ayuda tomar posiciones en activos menos vulnerables a la