La curva de rendimiento de Estados Unidos ha vuelto a invertirse y la de Reino Unido está a punto de hacerlo, lo cual preocupa a los inversores. Según las principales casas de gestión, el hecho de que se invierta puede indicar que, en el mejor de los casos, los inversores esperan que la economía se ralentice y en el peor, indica que la recesión podría estar en camino.
En opinión de Keith Wade, economista jefe de Schroders, “la curva de EE.UU. es un indicador fiable de la recesión, mientras que la del Reino Unido lo es menos. Sin embargo, si Estados Unidos entra en recesión, será difícil que otros países no sigan el mismo camino, dada su importancia como motor de la economía mundial. Así que la doble señal es importante. Normalmente hay un desfase de aproximadamente un año entre la inversión y la recesión, por lo que las curvas son una señal de problemas para 2020”.
Misma preocupación comparte Mark Holman, Chief Executive Officer de Twentyfour AM (Vontobel), quien reconoce que la inversión de la curva no es un buena noticia. “En nuestra opinión, la inversión de la curva de rendimiento está totalmente justificada dado el peso de los acontecimientos geopolíticos, y una cosa absolutamente segura es que una curva invertida no es una buena noticia. La única pregunta es cómo de malas son estas noticias y cómo podrían transmitir y fomentar una mayor preocupación económica”, sostiene.
“Agosto no parece tan calmado como habríamos pensado. Continúan las tensiones entre Estado Unidos y China. La curva de rendimiento Alemana y suiza están en un territorio negativo, los mercados de renta variable europea continúan viviendo salidas, mientras que el oro sigue subiendo. En el frente económico, las recesiones en China y Alemania se están haciendo sentir. Aunque la economía global parece resistir, los inversores comienzan a temer que la recesión no esté lejos. Sin embargo Estados Unidos está logrando mantener un ciclo sólido y las últimas cifras demuestran una aceleración en el consumo. Las medidas de los bancos centrales parece haberse convertido en la última línea de defensa para prolongar el ciclo y aliviar las tensiones políticas. Sin embargo, de ninguna manera es seguro que esto sea suficiente entre ahora y 2020”, apunta Igor de Maack, gestor de fondos en DNCA, afiliada a Natixis IM.
Para Holman la inversión de las curvas se explica por la desaceleración a nivel mundial que se está prolongando en el tiempo, y que mantienen inquietos a los mercados. “Una consecuencia de esto es que los inversores de renta fija aumentan la exposición a activos puros libres de riesgo como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, de Alemania o del Reino Unido, pero para proteger las carteras deben mantener una duración superior a la normal, que es uno de los principales catalizadores de la forma de la curva de tipos. Como resultado, las curvas se vuelven más bajas y planas, lo que quizá es más siniestro que unos rendimientos más altos y más planos”, explica.
Esta lectura es la que alerta al inversor, quien ve cada vez más probable una recesión. Pero las gestoras piden tranquilidad y siguen insistiendo en que no estamos ante una recesión. “Si bien estamos de acuerdo en que el riesgo ha aumentado, una recesión durante el próximo año aún no es una conclusión inevitable. A diferencia del período previo a otras recesiones del pasado en EE.UU., los riesgos de estabilidad financiera actuales parecen moderados, los balances son sólidos, el endeudamiento familiar es manejable y la tasa de ahorro personal es alta. Todos estos factores fundamentales deberían ayudar a amortiguar cualquier recesión económica”, matizan Tiffany Wilding, economista de EE.UU. de PIMCO, y Anmol Sinha, estratega de renta fija de PIMCO.
Mismo mensaje lanzan desde BlackRock Investment Institute (BII) en su informe semanal: “No creemos que la inversión de la curva de rendimientos constituya un indicio de recesión y consideramos que el giro acomodaticio de los bancos centrales está dilatando el ciclo de crecimiento”. En su opinión la “aversión al riesgo” de las últimas semana en los mercados mundiales se intensificó cuando los rendimientos de la deuda pública a escala mundial cayeron a mínimos históricos y la inversión de parte de la curva del Tesoro de Estados Unidos provocaron temores a una recesión. “Los activos considerados refugio, como el oro, repuntaron. Seguimos observando riesgos limitados de recesión a corto plazo, ya que el giro acomodaticio de los bancos centrales contribuye a prolongar el ciclo económico, aunque advertimos que las tensiones comerciales y geopolíticas plantean riesgos de caída”, explican desde BlackRock.
“La inversión de la curva de tipos no provoca una recesión, pero nos indica que nos encontramos en una fase avanzada del ciclo económico. Así que, en lugar de considerarla un motivo de preocupación, podría ser un buen momento para que los inversores comprueben que sus carteras están bien diversificadas y que sus posiciones de renta fija pueden limitar el exceso de riesgo. En las fases finales del ciclo resulta especialmente importante determinar si las posiciones de renta fija ofrecen diversificación con respecto a la renta variable, así como el nivel adecuado de equilibrio”, concluye Jeremy Cunningham, director de inversiones de Capital Group.