Esta semana ha sido dura para los mercados. Lo que empezó la semana pasada con la corrección en los precios de las materias primas se ha trasladado ahora a las bolsas. “Los inversores han procesado que el crecimiento global se ralentiza”, afirma Neil Dwane, director de Inversiones de Renta Variable Europea de Allianz GI en una entrevista a Funds Society. Según apunta el experto, el detonante ha sido un dato de inflación en China más flojo de lo estimado, y sobre todo “el dato de PPI negativo, que hace temer un escenario grave para las commodities y el crecimiento, coincidiendo con el fin del tapering”.
Así las cosas, los inversores están reaccionando a un escenario de menor crecimiento y tasas de interés al alza. Una combinación que esta semana ha llevado a que los yields de los bonos gubernamentales en Italia y Grecia reflejen de nuevo preocupación por el riesgo soberano de determinados países de la Eurozona. Algunas operaciones corporativas truncadas, como la oferta de la farmacéutica norteamericana AbbVie sobre la británica Shire Pharma, han tumbado a todo un sector, “enganchando además a las abultadas posiciones varios hedge funds por el camino”, según añade Dwane.
“Todos estos factores suponen un contratiempo, por lo que quizás es el momento de recalibrar las posiciones de un portafolio”, explica, añadiendo que a corto plazo los factores técnicos han ayudado también a agravar la situación dado que hasta esta semana ya habían salido 20.000 millones de dólares, de los 70.000 millones que los inversores norteamericanos habían asignado a bolsa europea en los últimos años, “aunque seguramente esta semana hayan sacado más”.
Si antes de esta semana, la bolsa europea estaba barata, tanto en términos absolutos, como sobre todo, relativos a la renta variable norteamericana, ahora todavía más. Dwane apunta una serie de factores a considerar a la hora de asignar activos a renta variable europea:
- AQR (Asset Quality Review)– a finales de octubre, el BCE tiene que dar su veredicto sobre la calidad de los bancos de la eurozona. Hasta la última subasta del LTRO, se esperaba que esto no fuera un evento demasiado relevante ya que el BCE había sido poco agresivo con los bancos, “algo negativo, porque necesitan recapitalizarse y si no lo hacen nada cambiará en Europa”. Sin embargo, Dwane opina que tras la tibia acogida de la última subasta por parte de los bancos, el BCE será más duro para los bancos europeos y les forzará a “pedir capital, algo que realmente necesitan, con lo que dentro de un año estarán listos para dar crédito”, ayudando a que la economía europea crezca. Así, algo que en un primer momento puede ser negativo para los bancos y para el mercado, sería positivo en el largo plazo además de dar una oportunidad de entrar a precios más atractivos.
- Cambio de talante político – este es un foco adicional de inestabilidad para Europa. Hasta ahora los políticos europeos no han tomado en serio la necesidad de cambio. “Países como España e Irlanda han tomado medidas, pero otros como Italia siguen despistados. Con este recorte, los mercados realmente están retando a los políticos a acometer el cambio”. Si bien en el corto plazo esto significa más incertidumbre, si se empieza a ver un compromiso político serio por parte de países como Italia, Francia, e incluso el BCE, la bolsa europea podría repuntar con fuerza.
- Debilidad del euro– Éste es el factor que sin lugar a dudas ofrece un mayor apoyo a las corporaciones europeas, sus beneficios, y por tanto a su cotización. “A diferencia del efecto pernicioso que tiene un dólar fuerte sobre los mercados emergentes, que por un lado ven cómo se encarecen los bienes que necesitan importar y por otro, cómo se eleva el coste de refinanciarse, para Europa un euro débil contra el dólar representa una amplia ventaja competitiva para sus empresas”. Dwane afirma que el efecto de un euro más débil se empezará a ver en los resultados empresariales dentro de un tiempo, pero aunque venga con decalaje será bienvenido por los mercados. Además, añade que si nos fijamos en la historia, el rally medio del dólar suele ser de un 20%, en este caso acumula solo un 9% por lo que estadísticamente podría continuar. “Es probable que dentro de unos meses empecemos a ver recomendaciones de los analistas recomendando comprar Adidas y vender Nike, debido al efecto del dólar”, añade como ejemplo.
Considerando los riesgos y oportunidades que ofrece la renta variable europea, Dwane concluye apuntando que no hay que perder de vista la atractiva valoración de buena parte de los mercados europeos respecto a EE.UU. Por ratio PER ajustado por el ciclo, y sin considerar la caída de las últimas semanas, EE.UU. cotiza a un PER que supera las 25x, mientras Alemania, Holanda, Francia, Reino Unido, España, Irlanda, Italia, Portugal y por supuesto Grecia, cotizan claramente por debajo de la media histórica de este ratio, que está en el entorno de las 17,5x.
Esto, constata Dwane, “no tiene por qué traducirse en un mejor comportamiento de los mercados europeos respecto a EE.UU. en los próximos meses, pero estadísticamente hay una alta probabilidad de que el retorno anual de EE.UU. durante la próxima década sea del 2%, mientras el de Grecia, sería del 15%”.
Para participar de este rendimiento futuro considerando el entorno actual de mercado desde Allianz GI apuntan a dos estrategias: por un lado, la del crecimiento de calidad. Dwane explica que “hay crecimiento empresarial en Europa, pero hay que saber dónde encontrarlo; entornos como el actual son los mejores para stock pickers”. Para esto, Allianz GI ofrece su estrategia European Equity Growth. Por otro lado, un buen argumento en momentos como el actual es la inversión en empresas con alta rentabilidad por dividendo. En primer lugar, reciben el apoyo de la búsqueda global de rendimiento, y actualmente ofrecen más yield que los bonos corporativos europeos. Además, las empresas que pagan dividendo tienden a comportarse con menor volatilidad que las que no lo hacen. Allianz GI cuenta con la estrategia European Equity Dividend para cubrir este hueco del mercado.
El equipo de renta variable europea de Allianz GI, del que Neil Dwane es director de inversiones, cuenta con 35 portfolio managers y 37 analistas, repartidos en tres centros europeos, en Londres, París y Frankfurt. Este equipo realiza más de 2000 visitas a compañías cada año y manejan 55.000 millones de euros.