Cinco años después de la gran crisis financiera y a pesar de las mejoras en el PIB y el mercado de trabajo, el público estadounidense aún parece oprimido por una nube de negatividad. Una reciente encuesta de PewResearch reveló que la mayoría de los estadounidenses todavía perciben la situación económica como mala o regular en el mejor de los casos (83%), un nivel todavía muy por debajo de la confianza antes de la crisis. Mike Temple, portfolio manager de la estrategia Dynamic Credit de Pioneer Investments, explica la razón de este pesimismo.
Muchos piensan que el cargamento de problemas aparentemente irresolubles –el coste y la calidad de la educación, la disparidad de ingresos y el desempleo estructural- está provocando una desaceleración más rápida en Estados Unidos y una posible repetición en el corto plazo de la gran crisis financiera que asoló las carteras de los inversores, dice este experto. “No negaremos que hay enormes desafíos por delante. Pero la dinámica y las tendencias a largo plazo están abriendo nuevas vías para innovación y para la industria, lo que podría marcar el comienzo de una era de crecimiento y prosperidad impresionante. Somos optimistas y creemos que es el momento de dejar atrás el miedo y la incertidumbre que ahora mismo está marcando el ánimo del público y explorar estas tendencias, sus efectos en la economía y sus implicaciones para los inversores”, afirma.
La raíz de los problemas: ¿Qué pasa con el mercado laboral?
Pioneer cree que la gran parte de este pesimismo tiene sus raíces en los desafíos a los que se enfrenta el mercado de trabajo. El gráfico adjunto, dicen los expertos de la firma, prueba que la tasa de recuperación del empleo, en las dos últimas recesiones, se ha reducido de forma dramática, lo que ha conducido al debate nacional de si el aumento del desempleo es estructural, es decir permanente, o meramente coyuntural.
La Reserva Federal considera que la historia del desempleo en Estados Unidos sigue siendo en gran medida cíclica, opina Temple. “Algunas voces de peso indican que hemos entrado en una era de «estancamiento» y necesitamos rebajar nuestras expectativas, creyendo que el problema del empleo es la evidencia de un malestar económico provocado por una época de menor innovación y viento en contra para la demografía. Estamos de acuerdo con el argumento del ‘estancamiento’, pero estamos convencidos de que el problema del empleo a largo plazo está ligado a la sustitución tecnológica de los trabajadores humanos”.
El ciclo de empleo débil empezó hace tiempo
El ciclo de empleo débil comenzó hace mucho tiempo con la desaceleración del crecimiento de la mano de obra disponible, debido, sobre todo, a tendencias seculares, que es la base del argumento del ‘estancamiento’, de la demografía. En esto se incluyen a la generación del baby-boom que le toca jubilarse, a la mano de obra femenina y a la inmigración, explica el portfolio manager de Pioneer Investments.
La «tasa de participación» (la proporción de la población en edad de trabajar que está realmente en el mercado de trabajo) ha estado en declive desde el año 2000, conforme se han ido jubilando más personas y dejan de formar parte de la fuerza laboral. Sin embargo, el factor clave es la población más joven y el sector más productivo de la fuerza de trabajo (jóvenes de 25 a 54 años). Este segmento debería haber sido el más resistente a las tendencias cíclicas y demográficas, pero claramente ha sufrido un revés.
De la deslocalización geográfica a la deslocalización tecnológica
Para Pioneer, la creciente competencia con China es una de las razones de la debilidad estructural del mercado de trabajo en Estados Unidos. La deslocalización de fábricas a otras zonas del mundo donde el trabajo es mucho más barato ha provocado la pérdida de puestos de trabajo en EE.UU. A pesar de perder 7.000.000 de empleos manufactureros en más de tres décadas y a pesar de que la fabricación ha disminuido como porcentaje del PIB (actualmente el 13%, por debajo de los máximos de los años 90), el tamaño total de la producción manufacturera siguió creciendo. Otros sectores importantes, como la construcción, la minería, y la información también han experimentado un descenso generalizado desde principios del siglo XXI.
“Sin embargo, durante este período de tiempo, la economía ha seguido creciendo. ¿Qué pasa? Creemos que la deslocalización laboral geográfica que tuvo lugar en el sector manufacturero durante los últimos 25 años ha enmascarado un fenómeno más amplio de deslocalización laboral tecnológica. Y es este último el que dará forma a la economía de Estados Unidos en la próxima década”, concluye Temple en su columna, la primera de tres que tratarán de analizar el contexto económico que atraviesa Estados Unidos.