Los gestores llevan muchos años dando respuesta a los retos financieros mediante estrategias multiactivo que tratan de adaptarse a los diferentes contextos de mercado y buscan en cada momento las fuentes de rentabilidad y protección más adecuadas para las carteras. Pero el entorno actual es diferente al del pasado y los retos que plantea son más agudos, de forma que es necesario buscar soluciones más creativas e ir más allá de las carteras tradicionales –que se mueven dentro de un marco compuesto en un 60% por renta fija y en un 40% por renta variable-. Para Simon Fox, especialista senior de inversiones de Aberdeen Asset Management, estas estrategias “ya no servirán para construir carteras robustas en el futuro”, según explicó en una reciente entrevista con Funds Society.
¿Los motivos? Los inversores no solo tendrán que hacer frente a un entorno mucho más volátil (marcado por problemas de corto plazo como el Brexit y de largo plazo, con problemas estructurales para el crecimiento como la demografía, el ajuste en China o la desglobalización) sino que además se enfrentan con el hecho de que los activos tradicionales, como la renta fija y la variable, ofrecerán retornos mucho menores que en el pasado, en un marco también de menor crecimiento global. “Los inversores tendrán que afrontar una fuerte volatilidad a corto plazo pero además hay obstáculos estructurales: los mercados de acciones ya no proporcionarán retornos tan altos como en otros momentos de la historia y los bonos, que también han ofrecido fuertes retornos en las carteras en las últimas décadas, cuentan con yields mucho más bajas”, explica. Y en muchos casos, estos últimos ni siquiera ofrecen protección. En conclusión, con la mezcla tradicional entre renta variable y renta fija, los retornos futuros se verán mermados de forma inexorable.
Para lidiar con esta situación no queda otra opción que buscar soluciones creativas. Algunos optan por una gestión más activa que regule la exposición a renta variable y deuda en función de la situación de mercado, es decir, optan por hacer timing de mercado. Para Fox, esta solución es muy difícil, pues “los mercados son muy difíciles de predecir”. Por otro lado, también hay profesionales que están optando por estrategias para navegar este entorno que se basan en el uso de derivados, para impulsar los retornos y aumentar la protección, pero que pueden ser más complejas de implementar y muy dependientes de las capacidades de los gestores y del acierto en las apuestas. Frente a estas alternativas, Fox no tiene dudas y opta por la diversificación.
Así, la búsqueda de oportunidades en nuevos segmentos del mercado, y la investigación en nuevos activos capaces de enriquecer las carteras es la apuesta de Aberdeen AM, en sus estrategias flagship de multiactivos (una centrada en el crecimiento, Aberdeen Global-Multi Asset Growth Fund, y otra en los dividendos, Aberdeen Global-Multi Asset Income Fund). Las carteras, tradicionalmente posicionadas un tercio en renta variable, otro tercio en renta fija y otro tercio en activos diversificadores, han ido evolucionando con el tiempo hasta una situación, desde finales de 2014, mucho más diversificada y con alternativas a activos en los que los gestores no ven valor.
Por ejemplo, no hay exposición a deuda pública ni a crédito con grado de inversión, porque los gestores consideran que actualmente no ofrecen ni retorno ni protección. En cambio, se han sustituido esos activos por otros segmentos del universo de renta fija con más posibilidades (deuda de mercados emergentes, asset backed securities, préstamos, high yield…) y también con activos reales. Así, segmentos como el private equity, el real estate y sobre todo las infraestructuras han ganado fuertes posiciones en cartera, en un entorno en el que los activos tradicionales dan menos de sí, incluida la renta variable, con posiciones de en torno al 25%.
En total, las carteras cuentan con cientos de posiciones, implementadas en el caso de la renta variable desde una perspectiva cuantitativa y centrada en la baja volatilidad. Y está demostrado que las carteras más diversificadas consiguen aportar valor: ofrecen una mayor protección en caso de problemas y, como resultado, mejores resultados que sus comparables.
Visión de largo plazo
La idea de construir estas carteras no se basa en el timing de mercado ni en el análisis a corto plazo: según explica Fox, la construcción se basa en una visión del mundo a largo plazo (5-10 años) llevada a cabo por un grupo de analistas que realizan predicciones con este horizonte y con los que el equipo de gestión de multiactivos trabaja muy de cerca en la gestora. De esta forma, las posiciones no cambian de la noche a la mañana en función de los mercados, sino que se trabaja para buscar soluciones diversificadoras y que aporten valor añadido.
Por ejemplo, la visión es que la inflación acabará remontando, pero no lo hará de forma abrupta en los próximos meses: de ahí la inclusión en cartera de activos como los bonos flotantes y, sobre todo, las infraestructuras para ir jugando esta historia de subida de precios -a la vez que se elimina el riesgo de duración renunciando a la deuda pública en las carteras-.
Nuevos activos
La creatividad es la clave en este contexto y en Aberdeen AM señalan algunas de las últimas incorporaciones y estrategias más novedosas, o de los activos con mayor gancho para ofrecer retornos. “Hay muchas más oportunidades que en el pasado”, dice Fox, y eso lleva a hablar ya no de multiactivos sino de multi-multi activos.
Como ejemplos en este sentido, Fox señala los bonos con alto grado de inversión en India (que pueden ofrecer retornos anuales por encima del 7% y es un mercado que se beneficia de la mejora en los fundamentales –de hecho, la gestora tiene un fondo centrado en este activo-), o el acceso a renta variable a través de una perspectiva de smart beta (centrada en la baja volatilidad o en la obtención de rentas, algo que aplican en los fondos). En el espectro alternativo también se abren nuevas oportunidades, como el leasing de aviones (que puede ofrecer retornos cercanos al 10%), valores ligados a seguros (insurance-linked) o los derechos sobre compañías de salud, opciones disponibles para la gestora gracias a su carácter global y a su tamaño. De momento, no utilizan ETFs, aunque podrían hacerlo.
Todo, en un momento en el que se diluyen los obstáculos tradicionales a la diversificación (como la transparencia, iliquidez, regulación, comisiones….), de forma que “hoy se puede diversificar mejor gracias al tamaño y la globalidad ganada por las gestoras y por la mayor exposición y acceso a diferentes activos”, explica Fox.
Soluciones para la jubilación
Este tipo de soluciones son aptas para la jubilación puesto que ofrecen un bajo perfil de riesgo y aportan beneficios de diversificación, retornos y rentabilidad, de forma que la demanda es muy potente tanto en Europa como en Latinoamérica y en el mercado offshore de EE.UU.