Es inevitable otra crisis, argumentó Marc Faber en el Foro Mundial de Inversión, de Robeco. Así pues, ¿cómo deberían posicionarse los inversores? Y ¿cómo puede determinarse cuándo va a estallar la burbuja de los precios de activos? Siga leyendo para saber más.
P: ¿Cree que los precios actuales de los activos reflejan con precisión los riesgos?
R: No, desde luego que no. Creo que los precios actuales de los activos han quedado distorsionados por tipos de interés artificialmente bajos. Si los tipos de interés están en cero, es difícil valorar nada. No existe un valor real.
P: ¿Diría que la relajación monetaria de Estados Unidos ha sido el eje de los problemas financieros que afrontamos en este momento?
R: Sí, la relajación monetaria y las políticas de expansión monetaria de los últimos 30 años, que han conducido a un crecimiento excesivo del crédito, han sido un factor primordial para causar la crisis financiera de 2007/2008 y el malestar constante que tenemos hasta hoy. Pero diría también que otras intervenciones de los gobiernos, sus medidas fiscales, han resultado también muy perjudiciales para la economía.
P: Ha hablado sobre cómo estas políticas expansionistas son similares a imponer una hipoteca a las generaciones futuras. ¿Podrán pagar alguna vez las deudas que se han ido forjando?
R: Las generaciones futuras nunca podrán pagar sus deudas y las pensiones de jubilación. Pero también quisiera introducir otro concepto: depende del uso que se haga de esa deuda. Si tomas dinero prestado y construyes una factoría que produce algo que resulta en flujo de efectivo y beneficios, y que permite liquidar el interés de los préstamos, además de generar un excedente de efectivo para nuevas inversiones, eso es una cosa. Pero si solo tomas el dinero prestado para irte de vacaciones, eso es otra cosa totalmente diferente.
P: ¿Cuál es la vía de escape?
R: La vía de escape es hacer algo diferente de lo que hemos hecho en el pasado. Bajo la influencia de los banqueros centrales de hoy en día y de los políticos neokeynesianos, hay mayor estimulación, mayor intervención gubernamental y mayor impresión de dinero. Hacen precisamente todo aquello que nos ha llevado a la crisis. Pero esa no es la medicina correcta. Lo mejor sería que todos los consejos directivos de los bancos centrales dimitieran. Necesitamos personas con responsabilidad monetaria para dirigir los bancos centrales.
P: ¿Qué deberían hacer los inversores?
R: Tenemos que vivir con el hecho de que se está imprimiendo dinero. Ese dinero llegará a distintos sectores y distintos mercados de todo el mundo. Esto no dará lugar a menor, sino a mayor volatilidad. Así que tendremos burbujas en NASDAQ, en el sector inmobiliario, en materias primas, en mercados emergentes y en bonos del Estado. Ahora mismo tenemos una burbuja gigantesca en la deuda soberana. Los inversores tienen que diversificar y evitar comprar en mercados de activos que se hayan hecho demasiado populares.
P: Estamos todavía en la fase de relajación monetaria. ¿Qué va a ocurrir?
R: Vamos a tener una enorme crisis sistémica. La última vez que el sector financiero quebró, fue rescatado por los gobiernos. En la próxima fase, los propios gobiernos van a quebrar. Antes de caer, imprimirán dinero a la desesperada. No sabemos cuándo tendrá lugar la crisis. Podría ocurrir mañana, pero también podría llegar en un plazo de tres, cinco o diez años. Como cuando un ordenador se queda colgado, habrá que reiniciar la economía global. Pero antes, lo más probable es que tengamos altos índices de inflación, quizá tengamos un colapso deflacionario y se libren guerras. Todos vamos a caer.
P: ¿Hay indicadores que pueden pronosticar cuándo estallará la burbuja?
R: En mi opinión, ya hay un indicador, que está emitiendo una señal de alarma muy evidente. Los precios de los activos están al alza, pero los estándares de vida del hogar medio en Europa y en los Estados Unidos —no me refiero a quienes trabajan para Goldman Sachs— están descendiendo. La economía industrial va mal. El vínculo entre la impresión de dinero y la economía industrial ya ha quedado roto. Los ricos están comprando segundas viviendas en los Hamptons, apartamentos de lujo en Nueva York y Mayfair, cuadros, oro: todos ellos son activos totalmente improductivos. No van a construir una nueva factoría; no van a emprender un nuevo negocio; no se está creando nada a nivel económico.
P: ¿Por qué no están invirtiendo?
R: No están invirtiendo debido a la excesiva reglamentación. Tomemos, por caso, ObamaCare: es una pesadilla administrativa. Las personas están reduciendo su actividad empresarial. Las firmas no están invirtiendo en los Estados Unidos, sino que están adquiriendo otras empresas y recortando personal. Están despidiendo a gente.
P: ¿Prevé una revolución si las desigualdades de ingresos continúan incrementándose?
R: Cuando la masa de pobres se torna más poderosa que la minoría, los ricos tienen que pagar. Normalmente, la historia ha resuelto ese problema mediante la redistribución, ya sea a través de impuestos, o por una revolución. El rescate de Chipre es el comienzo: los ricos tienen que pagar más que los pobres. En Chipre, existe un elemento social por el que se persigue a los ricos. Incluso en Norteamérica hay signos claros, como la limitación de las cuentas individuales de pensiones a 3 millones de dólares. Avisados estamos.
Marc Faber es el reconocido inversor inconformista que escribe cada mes el boletín de noticias relativas al mundo de la inversión The Gloom Boom & Doom Report y autor del best-seller Tomorrow’s Gold: Asia’s Age of Discovery.