Este domingo, millones de ciudadanos de la Unión Europea acudirán a las urnas para decidir la composición de un nuevo Parlamento, determinante en los próximos años para concretar las políticas que permitirán la salida de la crisis económica, y también crucial en el desarrollo de normativa que dibujará el marco para la industria de la gestión de activos. Tendrán que elegir a un total de 751 diputados que darán forma al espectro politico del Parlamento Europeo, que actualmente cuenta con siete grupos que representan a más de 160 partidos nacionales. Además, de ahí saldrá el nombre del próximo presidente de la Comisión Europea.
Aunque los gestores esperan que crezca el apoyo a los grupos euroescépticos y alternativos, confían en que los partidos mayoritarios seguirán liderando Europa sin demasiados problemas de gobernabilidad y además explican que las grandes reformas y pasos hacia la unión bancaria ya se han tomado a lo largo de los últimos meses (también el grueso de la legislación que afecta a la industria de gestión y asesoramiento). Además, dicen que los factores fundamentales de mejoría económica se impondrán a la volatilidad que la política puede generar a corto plazo. Por eso, y aunque asumen que podría darse algo de volatilidad en los mercados, están tranquilos y no vislumbran consecuencias de gran calado.
“En el frente político, el apoyo de los euroescépticos ha estado creciendo pero no creemos que suponga un reto significativo para la actual política en Europa. Las elecciones al Parlamento tienen el potencial de crear volatilidad debido a los votos que puedan lograr esos partidos antieuropeos pero no esperamos que tengan un impacto material negativo en la economía”, explican desde BlackRock.
Christian Von Engelbrechten, gestor del FF Germany Fund, de Fidelity Worldwide Investment, se pronuncia en la misma línea: cree que los detractores del euro tienen pocas probabilidades de conseguir la mayoría y descarta que supongan una amenaza de cambio en las políticas actuales. “Tras las elecciones, espero que la importancia de los populismos de derechas se vaya reduciendo gradualmente a medida que mejoren las economías europeas”, dice.
Gunther Westen, director de Asset Allocation y Gestión de Fondos de Meriten, parte de BNY Mellon, también cree que los partidos radicales sumarán votos en el proceso, debido a la insatisfacción con respecto al estado de la eurozona, y a una baja tasa de participación que normalmente les beneficia. Sin embargo, y aparte de algunos resultados que tilda de “anecdóticos” en países como Grecia u Holanda, cree que un derrumbamiento de los grandes partidos frente a los extremos es “completamente exagerada”. Por ello, cree que las elecciones centrarán la atención de los inversores momentáneamente pero lo más seguro es que dejen a los mercados totalmente “incólumes”.
Desde Threadneedle, Martin Harvey, gestor del equipo de renta fija de la gestora, también espera un cambio en la opinión pública que apoye a los partidos de protesta, como el UKIP en Reino Unido. Sin embargo, esa circunstancia no impedirá que los partidos más tradicionales formen una mayoría, dado que no es probable que los partidos euroescépticos se unan en toda Europa debido a sus diversas ideologías. En su opinión, hay dos razones por las que las elecciones no deberían impactar demasiado en los mercados: el hecho de que los gobiernos nacionales sean más importantes que el europeo en las políticas para salir de la crisis y la circunstancia de que la mayoría de medidas para la integración europea ya han sido tomadas.
“Es cierto que los próximos meses implicarán un elemento de impasse político mientras se asigna el Parlamento para los próximos años, por lo que es posible que una potencial resurrección de la crisis se encuentre con una especie de vacío político. Pero los gobiernos nacionales juegan un papel más importante a la hora de luchar contra las crisis así que no esperamos mayores problemas”, explica. Además, comenta que desde una perspectiva más amplia, muchas de las medidas de integración europea ya se han decidido en los últimos años, como la legislación sobre la unión bancaria, algo improbable de modificar a pesar de que se diera un cambio en el parlamento. Harvey reflexiona también sobre la preocupación, a largo plazo, de que los ciudadanos se sientan incómodos con la dirección que están tomando las políticas europeas anti-crisis, que implican una mayor integración en muchos casos. “Esto debería ser motivo de reflexión para los políticos europeos ansiosos por mantener la legitimidad democrática”.
Kevin Barker, estratega de renta variable de UBS Global AM, también descarta que las elecciones puedan tener un impacto significativo en los mercados, en los que hay una cierta calma a pesar también de eventos geopolíticos como las propias elecciones o las tensiones en Ucrania.
Mejoras económicas contra el euroescepticismo
Desde Fidelity apuntan además que un momentáneo debilitamiento del euro ante el aumento del voto euroescéptico beneficiará a las compañías europeas. “Preveo que las consecuencias de las elecciones europeas durarán poco. Aunque los mercados podrían reaccionar con nerviosismo ante un posible aumento del número de euroescépticos, en realidad un debilitamiento del euro tendría un efecto positivo en los beneficios empresariales por el lado de las exportaciones”, dice el gestor. Y señala que los populismos de derechas se irán reduciendo gradualmente a medida que mejoren las economías europeas.
Entre esas mejoras, dice que “dado que en la periferia se están registrando superávits por cuenta corriente y que Europa ha regresado a la senda del crecimiento, el empleo pronto empezará a dar alegrías. Las intenciones de contratación de las empresas de Europa están girando al alza, mientras que en España el paro ya está descendiendo”, explica.
También comenta que las exportaciones de España están creciendo, lo que supone una prueba importante de la competitividad de la economía española y pone de relieve que los fuertes ajustes aplicados están funcionando, como también dieron fruto las duras reformas que aplicó en su día Alemania (Agenda 2010). “Es importante que los países y las empresas no se duerman en los laureles de estos primeros éxitos y que sigan reformando Europa para preservar la competitividad del continente frente a otras regiones. Las empresas alemanas seguirán desempeñando su papel de locomotora y basando su fortaleza en su innovación, el valor de sus marcas, sus cuentas saneadas y sus competitivos costes laborales unitarios. Estos factores fundamentales se impondrán a la volatilidad que la política puede generar en los mercados a corto plazo”.
Westen también espera que los mercados se muevan por la macroeconomía: “Esperamos pocas implicaciones de las elecciones. Los mercados y especialmente los periféricos estarán más catalizados por la reunión del BCE el 5 de junio y el trasfondo macroeconómico”. En su opinión, el BCE probablemente ofrecerá al menos un pequete de medidas monetarias y mantendrá las expectativas de un programa de QE, lo que debería apoyar los spreads de la deuda periférica y mitigar las recientes subidas. Desde una perspectiva macro, los indicadores han retrocecido y deberían revertirse y dar lugar a datos mejores a lo esperado en la eurozona”.
Los partidos
En total, se presentan a las elecciones 13 partidos. Los siete con actual representación son, por orden de escaños, el Partido Popular Europeo (PEE), compuesto por 73 partidos de 39 países y con 265 escaños en la última legislatura, y con Jean-Claude Juncker al frente como candidato para presidir la Comisión; el Partido Socialista Europeo (PSE), liderado por Martin Schulz y con 184 diputados; Alianza de los Liberales y Demócratas (ALDE), con Guy Verhofstadt como presidente y con 84 diputados; el Partido Verde Europeo, con dos candiatos a presidir la Comisión –José Bové y la alemana Ska Keller-; Alianza Libre Europea, de ideología regionalista e independentista; Partido de la Izquierda Europea (PIE), con el griego Alexis Tsipras, del partido Syriza, como candidato a presidir la Comisión; y Partido Demócrata Europeo (PDE-EDP), de centroizquierda e inspiración cristiana. El resto, sin representación, son la Alianza de Conservadores y Reformistas Europeos, el Movimiento por la Europa de las Libertades y la Democracia, la Alianza Europea por la Libertad, EUD, el Movimiento Cristiano Político de Europa y la Alianza de los Movimientos Europeos Nacionales.