Bill McNabb, consejero delegado de Vanguard, se mostró tajante en sus declaraciones al Financial Times en las que aseguraba que “no creo que vaya a haber una burbuja de la gestión pasiva”. De esta forma se posicionaba McNabb en uno de los debates que más preocupa a las gestoras y a los gestores de fondos: el alza de la gestión pasiva frente a la gestión activa.
McNabb, con 60 años de edad y más de 30 años de experiencia en el sector, conoce las oportunidades y los riesgos de esta industria. Según reconocía en declaraciones al Financial Times, “cuando llegué al puesto de consejero delegado, la crisis financiera estaba en su apogeo«. Ahora tiene delante un sector con muchos otros retos.
Según señala la publicación, actualmente, casi todo el crecimiento de Vanguard proviene de su mercado interno. Los inversores estadounidenses representan más del 90% de sus activos. McNabb apunta que tiene muy buenos contactos con los clientes y las autoridades reguladoras; área que se ha convertido en un área prioritaria. «He pasado mucho tiempo con autoridades y grupos de expertos hablando de grandes temas políticos», dice McNabb.
Vanguard ha hecho una gran apuesta por los fondos cotizados, que han tenido un explosivo crecimiento con una entrada neta de capital de más de un billón de dólares entre 2014 y 2016. Según la información más reciente, tiene 800.000 millones de dólares en fondos cotizados, frente a 40.000 millones en 2009, y 3,7 billones de dólares en fondos de inversión.
Tal y como recoge la publicación, McNabb rechaza las sugerencias de que a Vanguard le será difícil mantener su crecimiento o superar a BlackRock: «Ni siquiera pensamos en eso. Para nosotros el crecimiento nunca es un objetivo, sino que lo más importante son los costes y los inversores, aunque eso no significa que no tengamos un instinto competitivo. La gente solía ignorarnos. Pero de repente los márgenes operativos de las gestoras de activos cotizadas se están esfumando debido a la competencia de precios, que se mantendrá».
Sucesión en Vanguard
En julio, la gestora sorprendió a sus competidores con el anuncio de un “cambio radical en su equipo directivo”, recuerda el Financial Times. El director de inversiones Tim Buckley, de 48 años, fue ascendido para suceder a McNabb como consejero delegado a principios de 2018.
“El cambio se produce en un momento importante para Vanguard, que ha consolidado su posición como líder mundial de fondos de bajo coste, especializándose en estrategias de gestión pasiva”, argumenta la citada publicación.