Desde el inicio del año, la renta variable se ha posicionado como uno de los activos más atractivos para los inversores dada la relación riesgo/recompensa que ofrece. Por eso, los gestores de activos han ido calibrando y buscando la mejor combinación entre renta variable estadounidense, europea y de mercados emergentes. Según las gestoras, esta seguirá siendo un pieza fundamental en las carteras de cara a la segunda parte del año.
Pese a que históricamente los veranos son periodo tranquilos –como es lógico hay sus excepciones–, desde DWS apuntan que este año “el crecimiento de algunas acciones ha sido castigado, por ejemplo Facebook, y las acciones defensivas han superado el comportamiento de los valores más cíclicos. De hecho, algunas acciones cíclicas obtuvieron resultados poco brillantes y por el lado de los bonos soberanos, éstos apenas se movieron”.
La renta variable americana destacó por el buen comportamiento de las ganancias empresariales que, como era de esperar, aumentaron gracias a la reforma fiscal que ya se notó este trimestre. En opinión de Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, “la solidez de los beneficios empresariales, sobre todo en Estados Unidos, se mantendrá hasta finales de año, ya que las optimistas previsiones de las empresas muestran que su confianza se orienta al alza”.
En su opinión, las empresas estadounidenses se sitúan a la cabeza de otra destacada temporada de resultados a escala mundial. Según su análisis, las firmas que superaron las expectativas se han visto recompensadas con una subida de las cotizaciones, incluso a pesar de las inquietudes de los inversores sobre el aumento de la incertidumbre en el plano económico, las tensiones comerciales y la apreciación del dólar estadounidense. “Nuestros análisis de las previsiones empresariales sugieren que la confianza empresarial se orienta al alza, lo que nos otorga fundamentos para afirmar que la solidez de los beneficios puede perpetuarse en 2018 en un contexto caracterizado por la robustez del crecimiento mundial”, afirma Turnill.
Pero no es oro todo lo que reluce, en especial en Estados Unidos. “La parte negativa es que las empresas norteamericanas están notando una mayor presión sobre el coste de las materias primas y los salarios. También han sido bastantes las empresas de Estados Unidos que han señalado los efectos negativos que tiene para ellos el aumento de aranceles, en cambio las compañías europeas han sabido aprovechar las oportunidades que la tensión comercial está generado”, matiza DWS en su último informe.
De nuevo, Estados Unidos y Europa son los mercados donde los inversiones y los gestores encuentran más oportunidades para la renta variable, después de la salida de flujos de los países emergentes ante efecto que tuvo en ellos la fortaleza del dólar. En opinión de Union Bancaire Privée (UBP), a la fortaleza del dólar hay que sumar la incertidumbre política que ha generado la administración de los Estados Unidos con su política comercial.
“En nuestra opinión, los inversores se han vuelto excesivamente pesimistas sobre los activos de los mercados emergentes y una estabilización del dólar debería permitir un repunte en las acciones en los mercados emergentes”, explica UBP en su último informe.
La entidad se muestra precavida y prefiere seguir estrategias que les permita participar en el crecimiento de la renta variable a través de fondos de cobertura, estrategias que protejan el capital y bonos convertibles, evitando la inversión directa en acciones. “Dentro de la renta variable, hemos ampliado nuestra infraponderación en Europa dado la fragilidad política constante que se proyecta y un crecimiento económico más moderado. Por otra parte, las acciones de la eurozona cotizan con más atractivo que las acciones de Estados Unidos, a la vez que ofrecen una modesta perspectiva de crecimiento de las ganancias”, argumenta sobre su posición de cara al final del verano.