Después de 15 años de políticas populistas implementadas por el gobierno liderado por Cristina Kirchner, Mauricio Macri fue elegido como nuevo presidente de Argentina. Aunque haya estado en el poder por menos de un año, ha conseguido aprobar unas 68 nuevas leyes. Tanto él como su administración están trabajando por conseguir que Argentina vuelva a ser un país favorable al negocio una vez más.
Sin embargo, esto tiene un coste, resultando en una caída de la popularidad. El crecimiento es débil, el desempleo es alto y el índice de aprobación de Macri ha caído aproximadamente al 50% desde el rango de 70%. Esto se debe en parte a que el gobierno está elevando los precios que durante años estuvieron mantenidos en niveles artificialmente bajos por la administración Kirchner; y no se ha tratado de un salto pequeño, por ejemplo, en el caso de la factura de la luz los precios crecieron un 400%.
“Estamos siguiendo de cerca las actuaciones del presidente Macri, que continúa eliminando los controles en la economía argentina para que el país pueda crecer de nuevo. Casi todos los miembros de su excelente equipo económico han trabajado en Wall Street en algún momento, y ahora están trabajando firmemente para controlar la inflación (por debajo del 20%, disminuyendo desde su nivel previo en torno a un 35%). Esto debería permitir que el banco central rebaje los tipos de interés en los próximos meses, desde sus niveles actuales de 26,75%”, comenta Edwin Gutierrez, responsable de renta fija soberana de mercados emergentes en Aberdeen Asset Management.
Por su parte, Claudia Calich, gestora del fondo M&G Emerging Markets Bond, comenta: “En mi opinión, Argentina es uno de los pocos países en el área que está mostrando un momentum positivo en términos de reforma, incluyendo la mejora de las relaciones con las economías de occidente y moviéndose hacía políticas más económicamente ortodoxas. Mientras el presidente Macri sigue teniendo que enfrentar una tarea desafiante guiando al país lejos de sus recientes dificultades económicas, creo que esta administración continúa en el camino correcto en sus reformas”.
Desde Pioneer Investments, Yerlan Syzdykov, responsable de deuda en mercados emergentes y high yield comenta que el principal reto para el presidente Macri es conseguir una recuperación económica tan pronto como el año que viene: “El presidente Macri necesita hacer crecer la economía a la vez que gestiona la inflación a la baja. Los desafíos abundan: a pesar de que la inflación ha disminuido sigue siendo persistentemente alta y desempleo está creciendo al 9,3%. Creemos que existe el riesgo de que el Banco Central vea un exceso de inflación, fuera del rango del 14% al 17% que el gobierno tiene como objetivo. Una elevada inflación y el desempleo han tenido un fuerte impacto en una Argentina menos próspera. El presidente Macri necesita generar crecimiento para ayudar al 34% de la población que vive bajo el umbral de la pobreza en el país”.
La senda de la reforma
Los primeros avances llegaron con la liberalización de los controles del peso argentino, provocando una devaluación de la moneda. Apenas un par de meses después, el gobierno llegó a un acuerdo para finalizar la batalla legal que tenía pendiente con los holdouts, los hedge funds tenedores de bonos soberanos argentinos que demandaron al país después del impago de la deuda en 2001. Tras la consecución de este acuerdo, Argentina colocó su primera emisión de deuda soberana después de 15 años de ausencia en los mercados internacionales, lanzando una masiva emisión de 16.500 millones de dólares.
“Vi el exitoso regreso de Argentina al mercado de deuda soberana en abril de este año como un paso positivo a la hora de normalizar las relaciones financieras del país con los mercados internacionales. La emisión fue grande, y alentadoramente, fue sobresuscrita. El fondo M&G Emerging Markets Bond participó en la emisión, ya que consideré que la deuda soberana del país podría representar una inversión interesante en el medio plazo. Entre las consideraciones favorables, por ejemplo, evalué que el desarrollo debería ayudar a incrementar las reservas extranjeras de Argentina, que han disminuido hasta unos precarios niveles conforme el país ha estado cerrado a los mercados por un tiempo”, comenta Calich.
Con este telón de fondo, Calich mantiene una sobreponderación en su asignación a Argentina. Además de invertir en deuda soberana, busca tener exposición en bonos emitidos por la provincia y la ciudad de Buenos Aires, así como en bonos corporativos emitidos por el grupo de energía YPF. Debido a que el peso argentino no es muy líquido, el fondo invierte en Argentina principalmente a través de deuda denominada en moneda fuerte, principalmente en dólares. Sin embargo, la reciente venta masiva en mercados emergentes tras el resultado de las elecciones de Estados Unidos hizo que los bonos soberanos denominados en euros cayeran a niveles que Calich considera más atractivos en términos de valor relativo.“Expresé está visión cambiando la asignación de bonos emitidos por Buenos Aires por deuda del gobierno del país denominada en euros. En el resto de la región de América Latina, mientras que el fondo sigue invertido en mercados grandes como Brasil y México, estas asignaciones están infraponderadas. Otra posición que está sobreponderada en el fondo es Perú”.
Para disminuir la escasez de reservas, el gobierno de Macri puso en marcha una serie de medidas para revitalizar todas las actividades económicas capaces de atraer moneda extranjera. Entre los primeros lugares de la lista, se encuentran las exportaciones agrícolas. A finales del año pasado, el gobierno redujo las tasas sobre ellas. “Desde luego, son muchos los cambios que se han realizado en sólo unos meses. Por ejemplo, a finales de este año, Argentina debería posicionarse como el séptimo exportador de trigo a nivel mundial, y puede ser que eleve su posición en la clasificación a un tercer o cuarto puesto el próximo año. Antes de este año, el país ni siquiera clasificó en este ranking”, comenta Gutierrez.
¿Qué cabe esperar para el próximo año?
En 2017, el país tendrá elecciones legislativas al Congreso de la Nación, definiéndose diputados y senadores. “Con unas elecciones en octubre de 2017, el presidente Macri necesita utilizar el gasto público para acelerar el crecimiento, y para consolidar su posición política. El mercado debería continuar apoyando estos movimientos. La verdadera prueba para el presidente Macri es si podrá diversificar la economía, de una dirigida por el consumo doméstico a un modelo guiado por la inversión y orientado a la exportación. Argentina sufre los efectos de una falta de inversión, por lo que esperamos que el proceso sea lento. Esperamos ver un efecto significativamente positivo a raíz de la amnistía fiscal de 2017, que ayudará a apuntalar el déficit público”, añade Syzdykov.
Gutierrez, gestor de Aberdeen, coincide en que es claro que Argentina está en la senda correcta, pero no esta no está exenta de desafíos: “Desde nuestra visión, Argentina debería crecer entre un 2,5% y un 3% en 2017, pero definitivamente hay potencial para más. Creemos que, de aquí en adelante, continuaremos viendo una empinada escalada para el gobierno de Macri, conforme siga presionando para llevar a cabo sus propuestas de reforma y ayude a mantener a la economía argentina en la dirección correcta”.