Desde 2008, los rendimientos de los activos monetarios, la deuda pública y la deuda corporativa de alta calidad crediticia están en mínimos históricos. Según apunta un informe reciente de Fidelity WI, para los inversores orientados a la percepción de rentas, la búsqueda de mayores rendimientos ha estimulado la demanda de acciones de empresas que pueden ofrecer dividendos sostenibles y crecientes.
Aunque las acciones tienden en general a comportarse de forma positiva cuando arranca un ciclo de subidas de los tipos de interés, un ciclo sostenido de subidas de tipos “podría hacer que los inversores salgan de las bolsas para entrar en otros activos que comienzan a parecer atractivos desde una perspectiva ajustada al riesgo. Las acciones también pueden verse afectadas por el hecho de que las subidas de tipos se traducen en mayores costes de financiación para las empresas, lo que limita la cantidad de beneficios que pueden destinar al dividendo”, explica Fidelity en su último informe de mercado.
A pesar de las expectativas de subidas de tipos en EE.UU., las perspectivas de la renta variable mundial con reparto de dividendo siguen siendo buena para la firma principalemente por tres razones:
- Los tipos van a subir desde un nivel muy bajo y probablemente permanezcan en niveles bajos desde un punto de vista histórico durante algún tiempo. El FOMC de la Fed (que tiene un doble cometido por el que también debe apoyar el crecimiento) y otros bancos centrales probablemente mantengan una cautela extrema a la hora de decretar subidas de tipos y de evaluar el efecto de dichas subidas en la actividad económica.
- Las empresas siguen aumentando los dividendos y existen buenas perspectivas de nuevos incrementos de la remuneración al accionista, especialmente en algunas regiones que tradicionalmente no se asocian a las rentas y donde sus rasgos de crecimiento también están dejando paso a los flujos de rentas.
- Con independencia de la fase del ciclo de tipos de interés, invertir en acciones que pagan rentas con un enfoque internacional ofrece ventajas de diversificación, protección frente al aumento de la volatilidad, rentabilidades más predecibles que la revalorización del capital y, quizá más importante, el contrastado poder de los dividendos capitalizados.
“A veces los inversores se quedan sorprendidos por la cantidad de empresas asiáticas que pagan dividendos. Las políticas de dividendo y la gestión del capital se están convirtiendo en factores cada vez más importantes para los equipos directivos en la región y, a medida que estas tendencias se vayan desarrollando más, veo un enorme potencial de crecimiento de los pagos de dividendos y, posteriormente, un atractivo de dichos dividendos”, afirma Polly Kwan, manager del FF Asia Pacific Dividend Fund.
En el caso de Reino Unido y Europa, Fidelity apunta que los inversores de la bolsa británica pueden esperar recibir 88.800 millones de libras en dividendos en 2015. “No es difícil imaginarse por qué se sienten atraídos por las acciones que pagan dividendos elevados. Dado que los tipos de interés de referencia van a seguir en mínimos durante todo 2015, y que los depósitos y la deuda pública a 10 años rentan apenas un 1,5%, el 4% de interés que ofrece el FTSE 100 es atractivo”, dicen.
En Europa, las rentabilidades por dividendo medias siguen estando entre las más altas frente a otros países desarrollados. Un importante número de empresas de alta calidad de toda Europa han elevado el dividendo a lo largo del tiempo.
Para los expertos de Fidelity está claro: “Aunque el entorno de tipos de interés bajos que impera desde 2008 ha impulsado la demanda de acciones que pagan rentas, el hecho de que los tipos de interés y los rendimientos de los bonos vayan a subir (en EE.UU.) no debería disuadir de invertir en lo que constituye una estrategia todoterreno. Los tipos de interés probablemente permanezcan en mínimos históricos durante algún tiempo”.