Los mercados emergentes registraron un inicio de año heterogéneo. Tras el desplome de enero, este universo repuntó con fuerza desde sus mínimos de principios de año al beneficiarse de un contexto económico más benévolo. De hecho, explican los expertos de Carmignac, el efecto conjunto del repunte en los precios de las materias primas, la debilidad del dólar, una postura más acomodaticia por parte de la Fed, la constante flexibilización de las políticas monetarias y la estabilización de los indicadores clave en China aportó un nuevo impulso a determinados mercados emergentes.
Esto se hace especialmente patente en el caso de los mercados latinoamericanos. Sin embargo, la firma estima que el conjunto del universo emergente como clase de activo seguirá dependiendo de China. «En vista de que el reciente repunte de los mercados emergentes se debió principalmente a la estabilización registrada en el gigante asiático, creemos que, a corto plazo, China —y, con ella, el universo emergente en su conjunto— deberían mostrar buena orientación. Ante la amplitud, complejidad y heterogeneidad de los mercados emergentes, es necesario contar con amplia experiencia y con un enfoque activo, flexible y sin limitaciones para identificar y aprovechar las oportunidades más rentables», explica la firma en un análisis de mercado.
Latinoamérica: buenos resultados en los mercados bursátiles
“La región tiene un carácter heterogéneo y algunos países están especialmente expuestos a la ralentización del crecimiento chino y a una posible depreciación del yuan, más allá de los distintos grados de sensibilidad a los precios del crudo. Además, creemos que los grandes cambios que afectan al universo emergente están registrándose actualmente en Sudamérica, región que visitaron nuestros equipos a finales de 2015 para analizar más de cerca la envergadura de los cambios en curso”, apunta la gestora francesa.
En Brasil, la mayoría de sus indicadores económicos muestran los primeros indicios de mejora. Su balanza por cuenta corriente se está enderezando gracias a la debilidad de la moneda, con un déficit que actualmente se encuentra por debajo del 3% del PIB. Este ansiado descenso se ha producido en paralelo a un incremento en el flujo de inversiones extranjeras directas, lo que apunta a que la confianza de los inversores se está recuperando.
Tras años de prudencia en lo referente a Argentina, Carmignac cree que el país tiene muchas probabilidades de volver a encauzarse y convertirse en uno de los países frontera más prometedores en los próximos años. “El equipo de Mauricio Macri ha realizado grandes avances y, en nuestra opinión, existen más probabilidades de que asistamos a una mejora en los fundamentales económicos y en el clima de inversión. Por supuesto, aún existen grandes retos en el horizonte, como contener la inflación. El Gobierno deberá hallar el delicado equilibrio entre mantener controlada la inflación e ir reduciendo gradualmente el déficit presupuestario al tiempo que evita una ralentización económica. Siempre ha habido oportunidades en este país, que ofrece numerosos sectores infrapenetrados. Sin embargo, esta mejora de los fundamentales económicos y del clima de inversión permite a los inversores volver a apostar por ellos”, explica.
China: uno de los mercados emergentes más complejos
A medida que 2015 tocaba a su fin, cundía una notable preocupación entre los inversores sobre la balanza de pagos china y, de hecho, sobre el conjunto de sus indicadores macroeconómicos. En ambos planos, los temores han remitido. Por un lado, el Gobierno de Pekín ha implantado una ronda de medidas (algunas de ellas draconianas) para combatir las salidas de capitales, tanto las reales como las que estén por venir. Por otro lado, el banco central ha puesto en marcha un amplio programa de estímulos que derivó en un vertiginoso incremento del crédito (el equivalente al 5% del PIB del país en apenas dos meses). Y los frutos de estas acciones ya son palpables.
De hecho, apuntan los expertos de Carmignac, China —como la mayoría de los países emergentes— es un mercado muy heterogéneo y disperso en cuanto a resultados económicos y niveles de valoración de las acciones. Por ejemplo, la exposición de los fondos emergentes de Carmignac a los sectores de la «nueva economía» china, como aquellos vinculados a Internet o al consumo, y a compañías con sólidas posiciones de efectivo, ha dado sus frutos, no sólo gracias a sus resultados positivos, sino también a su liderazgo en segmentos con un impresionante crecimiento anual de más del 30%, a pesar de que el país publicara algunas cifras macroeconómicas algo deslucidas. Por supuesto, rentabilidades pasadas no son indicativas de resultados futuros. Los indicadores económicos del gigante asiático deberían seguir orientados al alza durante la mayor parte de 2016 y es probable que amainen las tensiones en su balanza de pagos.
Conclusión
Como región exportadora de materias primas, Latinoamérica es muy vulnerable a la incertidumbre que se cierne sobre la economía mundial, especialmente en China. Así, los países latinoamericanos han visto cómo se deterioraban sus fundamentales macroeconómicos en 2015, arrastrados por la caída de los precios de las materias primas y el deterioro de los déficits por cuenta corriente.
A pesar de la amenaza de la incertidumbre, los mercados emergentes de renta variable han registrado una buena trayectoria últimamente, especialmente en los países latinoamericanos. En el otro extremo, China sigue siendo uno de los mercados emergentes más complejos y que más desafíos presenta. “Acogemos de forma positiva las recientes medidas gubernamentales y centrales y esperamos que el gigante asiático presente un buen comportamiento a corto plazo, algo que también se aplica al resto del universo emergente” dice Carmignac.
A largo plazo, a pesar de que el crecimiento emergente ha dejado de ser noticia, los problemas estructurales siguen intactos: un reducido comercio internacional, un crecimiento en los mercados desarrollados nada tranquilizador, un elevado apalancamiento y problemas de exceso de capacidad. «Como consecuencia de ello, en nuestra opinión, los mercados emergentes se muestran, a día de hoy, tan prometedores por las oportunidades que presentan como alarmantes en términos de riesgo. A lo largo de este año, los inversores en los mercados emergentes tendrán que ser capaces de lidiar con varios frentes: la transición política a gran escala que vive Latinoamérica, la peligrosa transición económica de China, el proceso de reformas en India y la inestabilidad de Oriente Medio. Con este delicado e inestable panorama en los mercados emergentes, la rentabilidad (y la fuerza) acompañará a aquellos capaces de dar prioridad a la selección de títulos que combinen la capacidad de generar flujo de caja y unas perspectivas de crecimiento a largo plazo», concluye.