Históricamente, en los últimos 100 años, desde 1915 a 2014, el clásico portfolio 60/40 (60% de renta variable y 40% de renta fija) ha generado una rentabilidad media anual del 8,4%. Un período de tiempo tan largo, obviamente, tiene sus altibajos, pero a pesar de las innumerables crisis en las últimas décadas, las cifras de los últimos 50 años, e incluso de los últimos 25, son mejores todavía.
El comportamiento de un estrategia tan simple no es solo bueno sino que también ha sido constante en el tiempo. Es por eso que resulta tan tentador concluir que los inversores deberían seguir confiando en un portfolio 60/40 que funciona durante mucho tiempo y es resistente a las crisis, explica Jeroen Blokland, senior portfolio manager y parte del equipo de Robeco Global Allocation. El reciente periodo de turbulencias es también un buen ejemplo de esto, pues en los últimos 10 años el retorno ha sido del 7,2%. Todo un logro en una década marcada por la crisis financiera mundial, la Gran Recesión, las tasas de desempleo récord en muchos países y el lento crecimiento económico.
Según un estudio de Research Affiliates, desde 2004 el portfolio 60/40 ha batido a 9 de las 16 principales clases de activos. Esto demuestra implícitamente que no es fácil mejorar el éxito de la fórmula añadiendo un activo que aporte un rendimiento extra, cuenta Jeroen Blokland en su último artículo. “La fórmula 60/40 demuestra que no siempre hay que adoptar medidas drásticas para conseguir retornos atractivos”, admite este senior portfolio manager de Investment Solutions. “Pero muchos de esos otros activos no tienen un historial de 100 años», dice. Y no es una observación más, por supuesto. «La rentabilidad no dice nada sobre el perfil de rentabilidad-riesgo. Añadir algunos activos de otro tipo al 60/40 probablemente suma poco en términos de rendimiento, pero bien puede reducir el nivel de riesgo».
Tampoco es que 100 años de historia sean una garantía para el futuro. El período comprendido entre 1965 y 1974 fue difícil para la estrategia 60/40, que generó una rentabilidad nominal anual del 2,3%. Y después de ajustar a la inflación la rentabilidad arrojaba un dato negativo. Ese pobre retorno, dice el experto de Robeco, estaba relacionado con las altas valoraciones de renta variable y la baja rentabilidad de los bonos a principios del período. Ahora, en 2015, las valoraciones de renta variable son aún más altas y la rentabilidad de los bonos son aún más bajas de lo que lo eran en 1965. Esto podría conducir a una nueva era de baja rentabilidad y el análisis de Research Affiliates revela cifras de esto. De acuerdo con sus modelos, el rendimiento esperado para un portfolio 60/40 en los próximos diez años es de un escaso 1,2% anual.
Más activo o más inteligente
Lo que tienen que decidir los inversores ahora es si aceptan esto o ajustan sus portfolios de forma activa.»Activamente» en este contexto no sólo significa la búsqueda del ‘nuevo Apple’, enfatiza Blokland. «A nivel de asignación de activos, con una gestión activa se puede dar mayor peso a la renta variable y menos a la renta fija. Pero dentro de los parámetros de la estrategia 60/40 también se pueden buscar estrategias que históricamente han batido al mercado en general y sin tener que deshacer el reparto de 60/40″.
Según Blokland, hay que tener en cuenta varios factores clave como la baja volatilidad, el volumen y el momento, que suelen generar rendimientos adicionales y se pueden aplicar tanto a las acciones como a los bonos. «No es que esto de repente vaya a convertir una rentabilidad del 1,2% en una del 8%, pero puede ayudar a generar un beneficio adicional sin aumentar el nivel de riesgo del portfolio».
Está claro que los inversores que confiaron en la antigua estrategia de oro 60/40 ahora tendrán que hacer algo para asegurar el aumento de su capital. El tiempo de sentarse a esperar relajadamente y generar retornos de 8% está llegando a su fin. Es necesario tomar medidas en forma de gestión activa.