El viejo refrán de las inversiones, «vende en mayo y desaparece hasta el día de San Leger” parece más pertinente este año que ningún otro, estima John Stopford, co-responsable de las estrategias multiactivo de Investec. Los meses de verano parecen propensos retrocesos del mercado, sobre todo debido al menor volumen de negociación. Pero este año, “no sólo hay algunos riesgos claros en el horizonte, sino también es probable que la liquidez del mercado sea peor que de costumbre”, sentencia en su columna mensual.
Los principales riesgos son probablemente el desenlace del referéndum griego y el aumento de los tipos de interés en Estados Unidos. Hasta cierto punto, estos posibles acontecimientos ya han sido descontados por el mercado porque son de sobra conocidos. Sin embargo, es poco probable que lo hayan hecho por completo dado que ambos tienen un componente de incertidumbre y su efecto en el mercado no está claro, cree Stopford.
En el caso de Grecia, parece que los inversores todavía otorgan una alta probabilidad al escenario de que el país heleno evite el impago. Con un referéndum a la vista el próximo domingo y el Eurogrupo estudiando aún salidas, todas las opciones están abiertas. Lo que sí es cierto es que los últimos acontecimientos sugieren que el riesgo de accidente está aumentando. Incluso aunque se alcance el acuerdo, Grecia solamente estaría comprando un poco más de tiempo para proseguir las negociaciones.
El país heleno es demasiado pequeño para producir un impacto profundo en la economía global, y ahora que el BCE está comprando bonos del gobierno, hay más respaldo a los mercados periféricos. En algún nivel, sin embargo, un ‘default’ griego y la posible salida del euro sellarían el fracaso de la unión monetaria europea. Esto debería hacer que los inversores se sintieran incómodos entrando en la deuda de países del sur de Europa, al menos sin una prima de riesgo mayor.
La inestabilidad también llega de la Fed
Más allá de lo que ocurra con Grecia, es probable que veamos un ajuste a corto plazo de la política monetaria de Estados Unidos, apunta el co-responsable de las estrategias multiactivo de Investec. A pesar de ello, el mercado de deuda sigue descontando que el resultado de poner en una balanza todos los riesgos tenderá más hacia un desenlace pesimista. Los inversores están condicionados por la experiencia posterior a la crisis, quizás esperando que el Comité Federal del Mercado Abierto -el FOMC por sus siglas en inglés- peque de cauteloso. Los datos del mercado de trabajo, sin embargo, sugieren que la capacidad disponible se está utilizando de forma rápida y la junta de la Fed está en peligro de quedarse detrás de la curva. Históricamente, recuerda Stopford, el mercado de bonos ha sido lento a la hora de descontar los posibles aumentos de los tipos de interés hasta que son inminentes, y entonces el mercado ha tendido a sobrereaccionar.
“Así que la posibilidad de una reacción negativa del mercado este verano para cualquiera de los casos parece razonablemente alta, con una volatilidad probablemente en aumento. El temor es que cualquier venta masiva se vea exagerada por la escasa liquidez, especialmente en los mercados de bonos. Los volúmenes de operaciones se han visto afectados negativamente por la regulación del mercado que ha reducido la capacidad y la voluntad de los bancos de inversión de hacer que los mercados funcionen. Es probable que la liquidez se reduzca aún más en los próximos meses, por la ausencia de operadores durante la temporada de vacaciones de verano”, afirma el experto de Investec.
Como consecuencia de ello, parece prudente eliminar algún riesgo del portfolio, o comprar activos que protejan. Sin embargo, es probable que cualquier debilidad sea una oportunidad de compra. Esto es especialmente cierto para los mercados de renta variable, donde la volatilidad tiende a causar correcciones en lugar de marcar el final de los mercados alcistas, concluye.