La segunda edición del Funds Selector Summit de Miami, organizada por Funds Society y Open Door Media, ofreció en su segundo y último día ideas de inversión centradas en la renta variable con diferentes perspectivas (bolsa europea con estrategias long-only y long-short, acciones estadounidenses de pequeña capitalización, bolsa europea y emergente con un enfoque value), high yield global y estrategias flexibles (en renta variable, renta fija y deuda emergente), de las gestoras Allianz Global Investors, Legg Mason Global AM, Schroders, Brandes, Edmond de Rothschild AM y Aberdeen AM.
La renta variable europea sigue de moda, tanto con estrategias long-only como long-short. En el primer ámbito, Matthias Born, senior portfolio manager de renta variable europea de Allianz Global Investors, presentó una estrategia de alta convicción centrada en nuevas ideas de crecimiento estructural a largo plazo (con características como crecimiento estructural, liderazgo en costes, liderazgo en tecnología o con un modelo de negocio superior). Una estrategia (con 70.000 millones de euros en activos actualmente) gestionada de forma muy activa y en la que el stock picking es clave porque, a largo plazo, el estilo growth no tiene por qué batir al mercado.
El Allianz Europe Equity Growth Select ha sido diseñado específicamente para aprovechar la principal fortaleza del equipo de inversión: la selección de valores con un enfoque bottom-up. El fondo tiene potencial para evolucionar bien tanto en los mercados alcistas como bajistas, donde muestra resistencia “gracias al stock picking y a las compañías que hay en cartera”, explica el gestor. Normalmente invierte en unos 30-35 nombres, con una posición máxima del 6% y un foco en el universo de large y midcaps europeas. Como ejemplos de inversión, Born habló de firmas como Infineon, Inditex, Reckitt Benckiser o Coloplast. Los nombres que más sobrepondera en su cartera son Infineon, Reckitt Benckiser, SAP, Hexagon, Prudential, Novo Nordisk, Ingenio, DSV, Legrand y Richemont; por sectores, apuesta por tecnologías de la información o industriales, mientras no tiene exposición a utilities o firmas de telecomunicaciones. Por países, Alemania, Dinamarca o Suecia están sobreponderados. El turn over del fondo suele estar por debajo del 20%.
El principal catalizador de la rentabilidad de la cartera es el crecimiento, pues es el que determina la evolución de las acciones a largo plazo, dice. “En Europa, que vivirá un entorno de bajo crecimiento e inflación durante años, es incluso más importante tener una estrategia como ésta a largo plazo”, dice. El peso individual de cada compañía se basa en el nivel de convicción que reflejan los criterios de crecimiento, calidad y valoración: “Buscamos altos beneficios y poder de fijación de precios”, dice el gestor, sin verse influenciados por el benchmark y siendo agnósticos con respecto a países y sectores. Y dando importancia también a los criterios ISR. Normalmente las compañías en cartera no pagan altos dividendos porque utilizan su capital para realizar nuevas inversiones.
También se le puede sacar un gran partido a la bolsa europea con estrategias long-short. Mike Gibb, product specialist de Legg Mason Global Asset Management, habló de una forma para invertir con una estrategia long-short en el mercado europeo y mostró cómo el proceso de inversión del fondo Legg Mason Martin Currie European Absolute Alpha, gestionado por Michael Browne y Steve Frost, tiene la flexibilidad suficiente para capear este entorno de mercado, al tiempo que ofrece un atractivo perfil de riesgo-rentabilidad. Es una estrategia de alta convicción direccional (no es de mercado neutral), que pretende capturar dos tercios de las subidas del mercado y solo una parte de las caídas. La exposición neta puede oscilar entre el -30% y el 100% y suele invertir entre 40 y 70 compañías (unas 35 en la cartera larga -centrándose en firmas con grandes productos y balances, crecimiento de márgenes e innovación- y unas 35 en la corta –firmas con márgenes y cuota de mercado decrecientes, pobres balances, mala gestión, bajas barreras de entrada…-, todas ellas seleccionadas de un universo de 600 compañías), centrándose en el universo de mediana capitalización con un enfoque puramente bottom-up.
El proceso incluye análisis cuantitativo, cualitativo, visitas a compañías (unas 300 cada año) y evaluación de la oportunidad. “Los gestores tratan de identificar cambios a nivel de compañías y cómo éstos pueden afectar a su negocio y al precio de sus acciones”, explica el experto. También hacen un filtro del escenario macro, con un sistema de luces de semáforo. Actualmente, su visión del activo es neutral, sin ser demasiado optimistas ni pesimistas.
“En los mercados reina la volatilidad y tratamos de capturar los retornos pero controlando el riesgo y las potenciales caídas. El reto es captar el crecimiento de las compañías en la región: Europa es un lugar con grandes compañías pero también con firmas con problemas y presiones en márgenes… y por eso el concepto long-short funciona muy bien y ayuda a evitar problemas y proteger capital”. En su opinión, esta estrategia encaja muy bien en las carteras.
Estilo value…
Por su parte, Gerardo Zamorano, gestor de emergentes de Brandes Investment Partners, también ofreció sus perspectivas sobre la renta variable, gestionada en la entidad desde una perspectiva value y con estrategias tanto en bolsa global como emergente, europea o estadounidense. El proceso de inversión se compone de tres fases: análisis (por parte los equipos de inversión), valoraciones (los comités de inversiones toman las decisiones finales) y construcción de la cartera (también a cargo de los comités de inversiones). Con la convicción de que a largo plazo el value sobrepondera a los mercados y de que en este entorno –tras años de peor funcionamiento de este estilo por la crisis financiera- hay una gran oportunidad en este estilo de inversión.
En emergentes, las valoraciones están cercanas a los niveles de anteriores crisis en estos mercados pero, desde entonces, ha habido fuertes mejoras, en sus fundamentales. “La situación es mucho más sana que a finales de los 90”, dice el experto. El value ha funcionado mejor que el estilo growth pero recientemente, desde 2014, lo hizo peor. Por eso, los valores con este sesgo están más baratos que en el pasado. El Brandes Emerging Markets Value Fund invierte en firmas de todas las capitalizaciones, aprovecha la sobre reacción a factores macro y sentimiento negativo (por ejemplo, eventos políticos), aprovecha la falta de entendimiento o de cobertura de firmas individuales (“exploramos todos los corners del mercado”) y con convicción construyen carteras concentradas y gestionan el riesgo. También incluyen en el universo de inversión compañías de los mercados frontera y firmas de mercados desarrollados donde las características se parecen más a las emergentes. En total, suelen tener entre 60 y 80 nombres. Actualmente, algunas sobreponderaciones clave están en el sector de consumo discrecional, Brasil, Rusia o Hong Kong e infraponderaciones en Taiwán, Suráfrica, China o el sector de tecnologías de la información. También les gusta Panamá.
En Europa, Zamorano también destaca el atractivo de las valoraciones y la oportunidad en el fondo Brandes European Value. Sobrepondera el sector de petróleo y gas, alimentación, y países como Italia y Rusia, mientras infrapondera bancos, salud, y países como Suiza y Alemania. El fondo incluye la inversión en mercados europeos emergentes, que actualmente ronda el 10%. Compañías como GlaxoSmithKline, Engie, Sanofi, BP o ENI están entre sus 10 mayores posiciones.
Renta variable estadounidense
También en renta variable, pero estadounidense, hay oportunidades. Jason Kotik, senior investment manager de renta variable norteamericana en Aberdeen Asset Management, habló sobre la inversión en empresas de pequeña capitalización. “En general la economía estadounidense crece a ritmo lento, pero se pueden encontrar buenas compañías con calidad. Dos tercios de la economía es el consumo y está en buena forma”. Sin embargo la industria lo hace peor. Pero en general las firmas tienen buena salud financiera y las valoraciones no son demasiado agresivas, comenta el experto. “No apostamos por la economía sino por las compañías”, recuerda.
En cuanto a los flujos sobre la renta variable, los inversores se muestran cautos tras el rally vivido, pero en ese rally las small caps fueron a la zaga de las grandes. Por eso las valoraciones en las compañías de pequeña capitalización son ahora más atractivas. “Históricamente las small caps lo hacen mejor que las grandes, y además, normalmente se comportan bien incluso en escenarios de subidas de tipos”, destaca el gestor. La razón: cuando se suben tipos es por una mejora en la economía (por un mayor crecimiento e inflación) y normalmente las small caps tienen una mayor exposición a la economía doméstica estadounidense. Además, pueden ser protagonistas de procesos de M&A, normalmente con importantes primas, y tienen menor cobertura por parte de los analistas, lo que otorga ventaja a los gestores activos.
En la entidad creen que los fundamentales corporativos apoyan esta inversión, hablan de un escenario macro positivo aunque modesto y las valoraciones son justas. En un escenario más volátil, la dispersión también ha aumentado y hace más importancia la selección de valores. Para el experto, los mercados seguirán volátiles dadas las próximas elecciones en EE.UU., la incertidumbre sobre la política monetaria y las dudas macro, algo que puede llevar a alguna corrección pero también beneficiar a gestores activos como Aberdeen. “Nos gustan nombres aburridos por los que otros no se interesan”, dice el experto, que espera retornos en la parte media de un dígito. Con su estrategia (Aberdeen Global-North American Smaller Companies Fund, que también invierte una pequeña parte en Canadá) son capaces de ofrecer una mejor rentabilidad que el mercado, explica, tanto en mercados alcistas como bajistas. Actualmente sobrepondera sectores como materiales, consumo básico, industriales y servicios de comunicaciones y tiene una fuerte infraponderación en financieras y utilities.
En renta fija…
En renta fija, Wes Sparks, responsable de las estrategias de Crédito y de Renta fija de Schroders en Estados Unidos, explicó la oportunidad que supone actualmente el crédito tanto con grado de inversión como el high yield, a nivel global. “Somos constructivos en IG y HY pero hay que ser conscientes de que ha habido un gran rally en un periodo muy corto de tiempo: el high yield global ha subido más del 12% desde febrero”, recuerda. Por esta razón, en la gestora siguen siendo constructivos en el activo en cuanto a lo que a fundamentales y factores técnicos se refiere, pero se muestran algo preocupados por las valoraciones. “Los fundamentales y factores técnicos del high yield son más positivos que en la deuda con grado de inversión pero las valoraciones son menos atractivas que en febrero. Es una recuperación más rápida incluso que el sell-off y normalmente eso no funciona así”, dice Sparks; de ahí su cautela en el activo. “No está caro pero no hay margen de seguridad”, añade.
Pero insiste en que los fundamentales son positivos: “El riesgo de default no es una amenaza extendida”. En Estados Unidos, habla de muchos ángeles caídos en el primer trimestre que ve como oportunidades muy atractivas. En cuanto a flujos, en la gestora utilizan los flujos extremos en fondos como un indicador contrario: si hay salidas, coincide con fuertes ventas y caídas en precio, que vienen seguidas de recuperación. Y hay apoyo por parte de inversores a largop lazo: “En un entorno de bajos tipos, los inversores siguen buscando rentabilidad y el high yield es uno de los activos con más potencial en renta fija. Estamos viendo demanda de inversores a largo plazo, como fondos de pensiones”, añade.
El gestor rechaza que pueda haber un fuerte sell-off de ahora en adelante en high yield pero cree que la deuda con grado de inversión, al presentar mejores valoraciones, puede ser un mejor lugar en el que estar a medio plazo, ya que no ha vivido un rally tan fuerte en los últimos meses. “Las valoraciones son más positivas, el activo cuenta con una base de compradores más diversificada y que apoya al mercado”, dice, si bien matiza que confía en que el high yield bata al IG en un periodo de doce meses. “Confiamos en los dos activos, a doce meses los retornos serán positivos”, añade.
En su fondo de HY global (Schroder ISF Global High Yield), apuesta por firmas con caja, buenos márgenes y beneficios, poder de fijación de precios y un apalancamiento manejable, y habla, en EE.UU., de sectores defensivos orientados al mercado doméstico (no impactados por el dólar y las materias primas en niveles bajos) como el de salud o juego, o compañías que se benefician del bajo precio del gas (restaurantes, sector automovilístico….). El fondo infrapondera sectores relacionados con las materias primas (energía, industrias básicas…) y ve más valor en otros sectores como el de comunicaciones.
Sobre los bancos centrales, Sparks cree que la Fed no será muy agresiva en su subida de tipos, debido a que tendrá en cuenta los problemas internacionales, mientras los bancos centrales de Japón y Europa seguirán siendo acomodaticios. Los bonos del Tesoro subirán en los próximos meses, pero no demasiado, dice. Sobre los riesgos, reconoce que el de tipos de interés es mayor en IG que en HY, rechaza un ciclo de defaults extendido (solo se reducirá a sectores de metales, minas y energía, opina) y habla del próximo ciclo de defaults en dos años, en 2018. Sobre la iliquidez, dice que los mercados deben compensar por la misma.
Estrategias flexibles…
Kevin Thozet, especialista de producto del equipo de asignación de activos y deuda soberana de Edmond de Rothschild Asset Management, compartió el posicionamiento de los fondos flexibles y dinámicos de la entidad, en renta fija global, renta fija emergente y renta variable europea. “La flexibilidad es parte de nuestro ADN y lo definimos como gestión activa e inversiones sin restricciones. Buscamos las oportunidades donde quiera que estén y somos flexibles para invertir en distintos segmentos del mercado y vehículos”. Desde la entidad creen que con la vuelta de la volatilidad, la escasez de liquidez y los mayores movimientos del mercado, esta filosofía es más necesaria que nunca para generar valor. Porque, independientemente de la visión sobre los mercados, la clave es tener capacidad de adaptarse a lo que pase con rapidez, dicen desde la entidad.
Su fondo de renta fija global trata de batir a los mercados y obtener retornos absolutos, y para ello puede invertir en todo el universo de renta fija. Como algunos ejemplos de esa actividad y cómo intentan capturar las oportunidades, explica que, cuando empezó el tapering en 2013, apostaron por activos que sufrieron como la deuda emergente, porque tenían convicción; en la crisis china del año pasado, construyeron posiciones en convertibles para beneficiarse del rebote en noviembre de 2015; este año con la fuerte volatilidad y la ampliación de diferenciales en la deuda pública de Grecia y Portugal, lo vieron como una oportunidad e incrementaron exposición a Portugal. En lo referente a la rentabilidad, de forma anualizada el crédito y la deuda pública han sido los mayores contribuidores, pero también la deuda emergente y los bonos convertibles.
En cuanto a la estrategia de mercados emergentes de la entidad –en formato UCITS y domiciliada en Luxemburgo-, en la gestora tienen un enfoque contrarian y oportunista y sin restricciones, agnóstica con respecto al benchmarck y capaz de invertir también en todo el universo (deuda pública y privada). La mayor posición hoy en la cartera es Ucrania (sobre todo, ven oportunidades en el segmento corporativo). Otra convicción de la cartera es Venezuela (con posiciones tanto en deuda pública como privada): no es una apuesta por su economía pero sí ofrece un perfil muy asimétrico entre riesgo y rentabilidad, dice el gestor. También, una cobertura oportunista, aunque son positivos en deuda emergente, es la inversión en CDS en China. En 2013, los emergentes sufrieron fuertes caídas pero el fondo obtuvo retornos positivos.
El gestor también habló de la estrategia flexible de la entidad en bolsa europea, que cuenta con una parte core, un 60%, concentrada en renta variable con convicción, y por encima de la misma, una cobertura con derivados para generar rentabilidad y reducir la volatilidad y proteger a los mercados en caso de caídas.