Las bolsas mundiales siguen padeciendo la volatilidad fruto de las tensiones diplomáticas entre Rusia y Ucrania, que involucran también a Estados Unidos y a la Unión Europea. Aunque Moscú ha anunciado la retirada de algunas de sus tropas de la frontera con Ucrania, no ha rebajado sus exigencias en la mesa de negociación; lo que hace pensar a los analistas que una guerra a gran escala puede evitarse, pero las tensiones podrían prolongarse más en el tiempo. ¿Qué implicaciones seguirá teniendo esta situación para el mercado?
Según el último análisis de DWS, Putin lleva varios años preparándose para un posible conflicto. “Nuestra hipótesis base sigue apuntando solo a un aumento duradero en la concienciación del riesgo subyacente, en lugar de nuevas escaladas militares significativas. Por el momento, esperamos que continúen las actividades diplomáticas, con esfuerzos serios para ofrecer a Rusia formas de dar marcha atrás que salven las apariencias. Aunque los acontecimientos ciertamente dan mucho en qué pensar, todavía no vemos razones suficientes para cambiar nuestra perspectiva fundamentalmente constructiva”, señalan sobre la situación del conflicto.
Hoy el mercado escucha de fondo las declaraciones de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, insistiendo en que Rusia prepara una invasión y que hoy, 16 de febrero, es la fecha identificada por la inteligencia estadounidense para que se produzca esa invasión. “El conflicto lleva semanas gestándose y algunos piensan que una vez finalicen las olimpiadas de invierno en China, Putin no quiere eclipsar este evento a su aliado, podría desencadenarse el movimiento final, por lo que esperamos aún unas jornadas de fuerte volatilidad. Como en cualquier otra crisis geopolítica, solemos pensar que el sentido común se impone y el escenario principal es que no haya enfrentamiento armado porque a nadie conviene, pero el desenlace es absolutamente imprevisible”, reconoce el informe semanal de A&G Banca Privada.
Como bien indican desde A&G Banca Privada, es imposible saber el desenlace de estas tensiones, pero sí podemos comprender cómo está reaccionando el mercado y en según los posibles escenarios, qué activos serán los más perjudicados. En su última nota de mercado del CIO Global de Credit Suisse, Michael Stobaek, plantea tres posibles escenarios: invasión y conflicto abierto; provocaciones persistentes; y resolución negociada.
Si se produjera una invasión y un conflicto militar, Stobaek, apunta que se produciría un fuerte aumento de volatilidad de los mercados con respecto a los niveles actuales: “Los mercados mundiales de renta variable podrían sufrir una caída más pronunciada, superior al 10%, y los mercados europeos de renta variable y renta fija tendrían un rendimiento inferior”. Ahora bien, si no hay conflicto, pero las provocaciones y las tensiones continúan, la volatilidad y la aversión al riesgo persistirían. “Los mercados bursátiles podrían perder otro 5% o más, con un rendimiento inferior en los mercados europeos, y los precios del petróleo y del gas podrían aumentar aún más”, señalan.
Por último, si las negociaciones diplomáticas llegan a buen puerto el escenario sería complementa diferente: “La volatilidad de los mercados disminuiría rápidamente junto con la aversión al riesgo. Los mercados de renta variable y renta fija repuntarían y los rendimientos reales de los Estados Unidos aumentarían, mientras que los precios del petróleo y del gas bajarían. Este resultado sería positivo para el crecimiento económico y ayudaría a que las tasas de inflación europeas se normalizaran”.
El conflicto a través de los activos
Los analistas de Banca March se muestran prudentes y recuerdan que, en casi todos los escenarios, “los analistas ven a Europa como la más perjudicada del conflicto ucraniano, y la creciente tensión en la zona ha colaborado a desinflar la cotización de la divisa comunitaria”. Sobre esto último, Ebury apunta que “en el G10, las divisas relacionadas con las materias primas, como el dólar australiano, neozelandés y canadiense, también mostraron mejor desempeño, ya que los mercados han llegado a la conclusión de que el conflicto ucraniano puede hacer aumentar aún más los precios de las materias primas en todo el mundo”.
Para Banca March, los activos más sensibles al conflicto serán justamente las materias primas: “La situación actual en Ucrania, donde debemos tener en cuenta que Rusia es uno de los referentes mundiales en producción de petróleo y gas, mantiene la tensión, y los miedos acerca de una invasión real, que colaborase a impulsar el precio del petróleo por encima de los 100 dólares/barril están ahí. En cuanto al oro, subidas de 0,67% durante la sesión de ayer. La apertura esta mañana es negativa por el momento -0,15%, y la cotización se sitúa rondando los 1.868 dólares/onza. Las tensiones en Ucrania continúan colaborando en el aumento en precio de los metales preciosos, situando al oro en máximos desde noviembre”, explican en su análisis diario.
El análisis de DWS coincide con esta visión y consideran que Europa y el euro estarían claramente en riesgo ante un escenario de mayor tensión, además verían lógico una mayor dispersión en el rendimiento de los distintos mercados emergentes. “En nuestro escenario principal de concienciación sobre el riesgo, pero sin una escalada militar en toda regla, esperaríamos un cierto alivio en los precios de la energía a medio plazo, con un nuevo y sólido crecimiento del PIB, principalmente en Europa, un escaso riesgo de recesión en los próximos 12 meses y un aumento de los rendimientos del Tesoro y del Bund a corto plazo, junto con una compresión selectiva de los diferenciales de los activos de riesgo”, apuntan.
En cambio se muestran mucho más cautos en el caso de la renta variable y los activos alternativos. Aunque no ven razones suficientes para cambiar sus perspectivas fundamentales, sí consideran que la evolución de los sectores estará muy influida por los matices dentro de estos escenarios.
“Por ejemplo, los valores energéticos se beneficiarían claramente si las tensiones dieran lugar a una prima de riesgo permanentemente mayor en los precios del petróleo y el gas. En un escenario de mayor escalada, los recortes de los objetivos de los índices serían probablemente más severos en Europa, mientras que los Estados Unidos tendrían un rendimiento superior, al igual que probablemente los valores growth en comparación con los cíclicos y los value”, explican desde DWS.
Por su parte, Credit Suisse recuerda que es importante mantener un fuerte enfoque en la gestión del riesgo ante la incertidumbre sobre qué escenario se impondrá. Según explica en su última nota de mercado, los inversores no deben permanecer pasivos: “Los inversores deben esperar a que se aclare la situación y actuar con una perspectiva a medio y largo plazo, en lugar de tomar decisiones audaces antes de que se conozcan los hechos”.
Desde finales del año pasado, la entidad redujo el riesgo general de su cartera cerrando su posición sobreponderada en los mercados de renta variable. “Al mismo tiempo, mantenemos una importante posición infraponderada en bonos del Estado, lo que ha ayudado en el entorno actual, ya que tanto los mercados de renta variable como los de renta fija han perdido terreno y la incertidumbre es excepcionalmente alta. Mantenemos una importante asignación a inversiones alternativas y actualmente estamos sobreponderados en efectivo, lo que ayuda a mantener los riesgos de la cartera bajo control en un entorno en el que tanto los mercados de renta variable como los de renta fija tienen dificultades. Creemos firmemente que los inversores deben actuar con rapidez en respuesta a las pruebas contundentes de que estamos avanzando de forma decisiva hacia uno de los tres escenarios descritos anteriormente”, añaden sobre sus preferencias.
Y mientras…, la inflación
La sensibilidad de las materias primas a estas tensiones en Europa se traducirá en una mayor inflación a través de los precios de la energía, algo que puede tener una dimensión mayor si tenemos en cuenta la transformación que vive el continente. “El aumento de las tensiones geopolíticas ha añadido una nueva dimensión a la transición de Europa hacia una economía con bajas emisiones de carbono, haciendo que la seguridad energética y la sostenibilidad ocupen un lugar más destacado en la agenda política”, afirma Eiko Sievert y Levon Kameryan, analistas de Scope Ratings.
Según su valoración, la actual situación geopolítica subraya la necesidad de una estrategia energética estrechamente coordinada en toda la UE para mejorar la seguridad y la sostenibilidad energética a largo plazo. “Dar prioridad y acelerar estos esfuerzos también serviría para avisar a Rusia de que una escalada del conflicto ruso-ucraniano acabaría perjudicando, en lugar de aumentar, la demanda europea de las exportaciones energéticas de Rusia. Éstas siguen siendo la piedra angular de la economía rusa, ya que las exportaciones de productos petrolíferos y de gas al mercado europeo generaron más de 90.000 millones de euros en el último año”, añade.
En opinión de Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum, el problema ucraniano se está solapando con la fuerte subida de la inflación en EE.UU. y Europa, que avocará a los bancos centrales a reducir sus estímulos antes y con más intensidad de los previsto inicialmente. «La prueba está en que, aunque se están publicando noticias alentadoras de que se puede llegar a una solución del conflicto sin invasión, los activos de riesgo no se están recuperando de las caídas sufridas. En definitiva, tendremos mercados volátiles en el mejor de los casos, si se llega a un conflicto bélico habrá que analizar su alcance, pero las correcciones seguro que serán violentas”, afirma García.
Así, mientras la geopolítica gana protagonismo esta semana, el desarrollo de la política monetaria y la inflación continúan preocupando a los mercados. El último dato publicado en Europa ha sido el IPC del Reino Unido, que vuelve a sorprender al alza y pone en un aprieto al Banco de Inglaterra.
Según explica Simon Harvey, director de Análisis de Mercado FX en Monex Europe, el aumento de la tasa de inflación de enero ejerce una mayor presión al alza sobre las previsiones del Banco de Inglaterra para el primer trimestre, que se sitúan en el 5,7%, especialmente porque la inflación básica de los bienes va a repuntar en los próximos meses. “Dado que la inflación se sitúa ahora por encima de las expectativas de forma constante y que no se publicará ningún otro informe sobre el IPC antes de la reunión de marzo del Banco de Inglaterra, es probable que los mercados se inclinen por la idea de una subida de 50 puntos básicos por parte del Banco en su próxima reunión. Esto se ha visto en el salto inicial de la libra frente al dólar hasta el nivel de 1,3550 esta mañana antes de la apertura de los mercados de tipos de interés a corto plazo. Sin embargo, dada la última cautela en las comunicaciones del Banco de Inglaterra y el perfil más suave de la inflación a medio plazo, no estamos convencidos de que el Banco de Inglaterra vaya a subir los tipos más de 25 puntos básicos en marzo y de nuevo en mayo, a pesar de los sólidos datos del mercado laboral y de la inflación de esta semana”, apuntan.
“El panorama de la inflación en el Reino Unido ha seguido deteriorándose a principios de 2022, desafiando las expectativas de estabilización con altos niveles en enero. La inflación general del IPC se situó en el 5,5%, frente al 5,4%, y un nuevo máximo desde 1992. La inflación subyacente del IPC aumentó al 4,4%, desde el 4,2% (frente a las expectativas de un modesto aumento al 4,3%), también un nuevo máximo desde 1992. Las presiones al alza de este mes procedieron principalmente de la inflación subyacente de bienes, que se disparó al 5,8% interanual, desde el 5,2% de diciembre. Esto refleja probablemente el impacto de las restricciones de la oferta mundial y un cambio inducido por el Covid en los patrones de consumo de los servicios a los bienes”, añade Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes.