La cumbre del G20 y las expectativas a favor de un posible recorte de tipos de interés en Estados Unidos han impulsado los activos de riesgos, y alejado de la mente de los inversores los efectos de una guerra comercial o de una mayor ralentización de la economía global. Pero las gestoras apuntan a que estamos en un oasis temporal y que los riesgos volverán, añadiendo volatilidad al mercado tal y como prevén en sus outlook semestrales.
La previsible demora de un acuerdo entre Estados Unidos y China tras el G20, trae de nuevo el riesgo de que el conflicto comercial vuelva y se intensifique a medida que Donald Trump, presidente de EE.UU, comience su la campaña por la reelección. En opinión de Fabiana Fedeli, responsable global de activos fundamentales de Robeco, llegar a un acuerdo comercial es algo crucial para los mercados de renta variable, en parte por que el sentimiento Chino se ha vuelto más “duro” respecto a Estados Unidos.
“Las declaraciones del Presidente Trump en la reunión del G20 sobre que las empresas estadounidenses podrían continuar vendiendo productos a Huawei es un primer signo positivo, que sin embargo podría quedar en nada, o no ir seguido de un acuerdo de mayor alcance. Llegar a un acuerdo es una necesidad que va más allá de la mejora del clima del mercado: hablo en términos concretos, sobre todo del efecto de los aranceles sobre los beneficios empresariales, tanto directa como indirectamente”, sostiene Fedeli.
En opinión de esta responsable de Robeco, el acuerdo comercial llegará en algún momento de 2019 y lo ideal es que conllevase el fin de los aranceles. “Mientras el gobierno chino consolida un frente duro, la preocupación de Trump sobre la pérdida de electorado y su obsesión por los mercados bursátiles estadounidenses podrían suavizar su postura hasta el punto de que China se planteara volver a la mesa de negociaciones”, añade.
La reactivación del conflicto entre ambos países dañaría a la economía global, lo cual está metiendo un extra de presión a la postura de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), quien sigue mandando señales sobre su intención de flexibilizar más su postura. “El testimonio de Jerome Powell en la audiencia del Congreso dejó sentadas las bases para el primer recorte de tipos de la Fed en una década. Powell destacó que los crecientes riesgos externos en las manufacturas, el comercio y la inversión global deterioran las perspectivas de crecimiento de la economía norteamericana, balanceando el saldo de presiones inflacionarias a la baja. El buen estado del mercado laboral, con una sorprendente adición de nuevos puestos en el mes de junio, no parece estar produciendo los suficientes incrementos salariales para estimular considerablemente la inflación”, señalan desde Monex Europe.
En este sentido, la evaluación de Powell y sus palabras fueron interpretadas por el mercado como una garantía de un inminente recorte de los tipos en la reunión de finales de julio. Ahora bien, el debate está en si se recortan 25 o 50 puntos básicos, aunque el primer caso es lo que está en la mente de la mayoría de los analistas e inversores. Por el contrario, si la Fed no complace al mercado, las gestoras apuntan que se podría producir una corrección en el mercado.
Por último, otro factor que las gestoras siguen con atención es la inflación. “Las expectativas de inflación han caído drásticamente recientemente, lo que ha presionado a la baja los rendimientos de la deuda pública estadounidense y ha desviado la atención hacia la política de la Fed. Ahora, el mercado espera tres recortes de tipos a manos de la Fed para finales de 2020. La Fed empieza a mostrar su preocupación por la posibilidad de que su actual abanico de herramientas no pueda contrarrestar una futura recesión de forma efectiva. Por tanto, se está planteando el uso de nuevas estrategias para impulsar las expectativas de inflación, lo que tendrá importantes repercusiones para el plano económico y para los mercados, en nuestra opinión”, señala el último informe elaborado por BlackRock Investment Institute (BII).
En este sentido, desde Unigestion, apunta que sin inflación, la Fed es un gestor de riesgos. “Lejos de un entorno recesivo, en realidad hay dos razones que podrían empujar a la Fed a recortar tipos. En primer lugar, los riesgos externos, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China; y, en segundo lugar, porque es el único país desarrollado que ha subido tipos después del comienzo de la crisis. Por tanto, tiene margen de actuación”, concluyen desde la gestora.