Sólo en Estados Unidos, la deuda high yield supone un mercado de 1,3 billones de dólares, el de high yield europeo se acerca a los 500.000 millones y el mercado de deuda corporativa de los países emergentes crece. Erick Muller – estratega jefe de Mercados y Productos de Muzinich, que visitó recientemente Miami- explicaba así el alcance de este enorme segmento, el del crédito corporativo, en el que su firma se ha centrado desde su fundación en 1988. Las estrategias que maneja la gestora no se limitan al high yield, puesto que también invierte en valores con grado de inversión, ni tampoco a una duración determinada.
Momento de invertir en energía…
Muller cree que el precio del barril de petróleo seguirá bajo y volátil y evita invertir en el sector energético estadounidense –salvo en las firmas no sensibles al precio del crudo-. “No es momento de invertir: con un precio del barril mantenido en el entorno de los 40 dólares, el 30% de las compañías podrían quebrar en los próximos 12 meses. Hay sectores que presentan mejores oportunidades como los de las telecomunicaciones, televisión por cable, sanidad, productos de consumo o servicios, por citar algunos”, comenta en una entrevista a Funds Society.
¿Renta variable o deuda corporativa?
Según Muller, empieza a haber competencia entre la renta variable y la deuda corporativa high yield y parece que hay una mayor afluencia hacia este último segmento. “Ahora es momento de entrar en el mercado de deuda corporativa, pero manteniéndose en valores con calificación BB o B-, apartándose de las emisiones con rating de C”, dice Muller, explicando que la crisis aún durará y la deuda de peor calidad puede sufrir.
También es el momento de ser táctico, pues las correlaciones son muy grandes, y flexible para permitirse aprovechar las oportunidades y salir cuando se tenga que hacer, sin estar atado. Otra de las claves de este estratega para invertir en el actual entorno de mercado es la diversificación, una diversificación más sofisticada que diluya riesgos dentro de cada clase de activos, pero que le permita ser fiel a sus convicciones.
El mercado de high yield estadounidense, que está muy orientado a la economía doméstica, es atractivo por fundamentales (exceptuando algunas actividades como el petróleo o la minería), el europeo es atractivo por su menor volatilidad, mientras que por valoración podrían ser atractivos los mercados emergentes.
“Somos muy cautos con el crecimiento global. La Fed subió tipos por razones de estabilidad financiera y no para relajar un sobrecalentamiento en la economía de Estados Unidos”, dice el estratega, que no cree que se den las condiciones para más de una subida de tipos en 2016, aunque también advierte de que habrá que esperar a junio para tener más claro cómo acabará el año.
En su opinión, las estrategias más adecuadas para este entorno son la estrategia de deuda high yield estadounidense a corto plazo, las de retorno absoluto (global tactical y long-short) y la centrada en deuda high yield norteamericana con larga duración.