El dólar estadounidense se ha visto fuertemente revalorizado en los últimos nueve meses. En su último artículo, James McAlevey, portfolio manager del Henderson Horizon Total Return Bond Fund, describe las razones por las que la firma cree que la divisa se mantendrá en niveles elevados:
1. Moderación del crecimiento de las reservas de divisas globales
En el periodo de ventas masivas de activos de alto riesgo inducido por el llamado “taper tantrum”, se puso en duda la capacidad de algunos países de los mercados emergentes para devolver sus deudas denominadas en dólares, ahora más caras. Esto provocó una fuga de activos hacia el dólar estadounidense; sin embargo, un porcentaje considerable se quedó en los emergentes con una clara diferenciación entre las economías frágiles y sus homólogas más fuertes; el real brasileño se depreció en torno al 16%, mientras que las divisas asiáticas registraron una apreciación, entre ellas el won coreano, que avanzó un 5,3%.
Aunque la “pataleta” ya pasó, posteriormente asistimos a una moderación del crecimiento de las reservas de divisas que, de hecho, se contrajo en el segundo semestre de 2014 cuando algunos bancos centrales de los emergentes se vieron obligados a vender reservas para defender sus divisas frente a las salidas masivas de capital. Para que estos bancos centrales puedan vender reservas de divisas, están obligados a vender divisas distintas al dólar y comprar dólares antes de venderlos a cambio de sus propias monedas. Esta tendencia favorece aún más al dólar.
Gráfico 1: Se ralentiza la acumulación de reservas de divisas globales
2. El “carry trade”
Los agresivos recortes de tipos aplicados, y la atonía del dólar estadounidense en los años posteriores a la crisis financiera, la han convertido en una importante divisa con fines de financiación para las operaciones de “carry” (endeudarse a tipos de interés bajos en una divisa para financiar compras de activos mejor remunerados en otra parte), especialmente en China/Asia. Sin embargo, ahora, con la incesante apreciación del dólar, los inversores podrían tratar de reducir su exposición (es decir, comprar dólares para amortizar su deuda), una iniciativa que haría apreciarse aún más al dólar.
3. Sin suficientes dólares
Un déficit por cuenta corriente en descenso (la diferencia entre el coste de las importaciones y los ingresos derivados de las exportaciones) suele ser un catalizador positivo para una divisa. Esto es especialmente cierto en el caso del dólar estadounidense, dada su condición de divisa de reserva y divisa principal en el comercio internacional. Como muestra el gráfico 2, el déficit por cuenta corriente de Estados Unidos viene menguando desde 2012, medido como porcentaje del comercio mundial, una tendencia que previsiblemente continuará. Esto implica una reducción de la liquidez mundial, al disponer los extranjeros de menos dólares para llevar a cabo operaciones comerciales. Si el déficit por cuenta corriente sigue estrechándose, o si vemos una reactivación del comercio internacional, el dólar seguramente continuará apreciándose.