Los mercados de renta variable estadounidense recibían con sorpresa la victoria del líder republicano, Donald Trump, a la presidencia de Estados Unidos. El que será 45 presidente de la nación ha definido en campaña sus ideales, pero ha mostrado muy poco sobre sus políticas concretas, por lo que los inversores –inquietos- tratan de adivinar cuales serán sus resoluciones provocando movimientos inestables en las bolsas.
“El electorado estadounidense ha votado por el cambio, si bien cabe recordar que las políticas mencionadas por Trump han sido un tanto superficiales y no sabemos cuáles de sus anuncios de campaña se utilizarán en el proceso de una rigurosa formulación de políticas”, dice Mark Burgess, director de inversiones para EMEA y director global de renta variable de Columbia Threadneedle . “Sabremos más durante las próximas semanas, pero entretanto los mercados probablemente permanecerán volátiles ya que tendrán que lidiar con la incertidumbre presente”.
Ian Heslop, director de renta variable global de Old Mutual y gestor de su fondo de renta variable norteamericana coincide en la falta de definición de políticas del nuevo presidente: “La incertidumbre es grande, y no ha ayudado que su campaña haya estado llena de promesas largas en retórica y cortas en detalles de medidas concretas”.
También Paul Markham, gestor de carteras de renta variable global en Newton, (BNY Mellon), cree que es mucho más difícil anticipar claramente qué supondrá una victoria de Trump para los mercados, más allá de una extrema inestabilidad a corto plazo, aunque –añade-es posible que resulte reflaccionaria en los próximos seis a doce meses, puesto que ha indicado que invertirá grandes cantidades en ciertas áreas de la economía, como las infraestructuras, que podrían considerarse inflacionarias si reciben el capital suficiente
Este segundo efecto lo señala también Heslop: “Mirando hacia el futuro, algunas de las políticas que Trump ha anunciado durante la campaña, como el proteccionismo, su deseo de disputar los acuerdos comerciales internacionales, y deportar a los inmigrantes ilegales, pueden contribuir a la volatilidad de los mercados a largo plazo; pero, otros, por ejemplo, su intención de rebajar impuestos –en el caso de las corporaciones tanto como desde el 35 hasta el 15%-, sus planes para alentar la repatriación de los beneficios corporativos que hoy se quedan fuera del país, y su anuncio de embarcarse en una gasto en infraestructuras masivo, podría estimular la economía estadounidense, y aupar la renta variable”.
De hecho, según Burgess, “este resultado tendrá un efecto dispar en los mercados de renta variable, con una penalización inicial a corto plazo a medida que el mundo se ajusta a un aparente aumento del riesgo económico y geopolítico”. Según él, los claros ganadores serán las infraestructuras, especialmente las carreteras, los puentes, los aeropuertos y los sectores que se beneficien tanto de fusiones y adquisiciones como de la consolidación del sector, “algo por lo que Trump muestra un especial entusiasmo”. También, en su opinión, el sector financiero se verá favorecido por la relajación de la normativa Dodd-Frank, mientras que el sector de defensa probablemente prosperará. Otros sectores con posibilidades de avanzar son el consumo discrecional, el consumo básico, las telecomunicaciones, la energía y la minería.
“En las bolsas, tras una racha inicial de volatilidad, la rebaja del tipo del impuesto de sociedades (si se aplica tal y como se ha propuesto) sería positiva a corto‐medio plazo”, señala Ángel Agudo, gestor de fondos de renta variable estadounidense de Fidelity. Por sectores, el sector sanitario debería remontar el vuelo tras la derrota de Hillary Clinton en las elecciones y su evolución se verá cuando Trump aclare sus planes para la Affordable Care Act (Obamacare) y los precios de los medicamentos. El sector financiero también podría salir beneficiado si Trump mantiene su promesa de campaña de flexibilizar el marco normativo.
Como dice Eric Lonergan, gestor del equipo de multi activos de M&G : Estamos ante una reedición del Brexit. El auge de los movimientos contestatarios ha adquirido una dimensión mundial. El Brexit ya no puede considerarse como un suceso anómalo, es una tendencia. Donald Trump ha ganado desafiando a su partido, a los medios de comunicación y a la política convencional. El populismo está haciéndose con el poder. La clave ahora es saber qué va a significar en la práctica.