Japón, a pesar de ser la tercera potencia económica mundial, es uno de los mercados desarrollados que menos atención despierta entre los inversores. Sin embargo, Japón tiene ahora una política centrada en la mejora del gobierno corporativo de las empresas japonesas, con la introducción del Código de administración y el Código de gobierno corporativo. Con estas medidas más centradas en la reforma de las empresas nacionales, se busca favorecer a las empresas con un modelo de negocio más doméstico y menos orientado a la exportación; los inversores deberán tomar nota de este cambio de tendencia.
Según explica, Nick Samouilhan, estratega de soluciones en la división Multiactivos de la región EMEA en T. Rowe Price, de todos los héroes de la II Guerra Mundial, Abraham Wald probablemente sea uno de los más desconocidos. Sin embargo, su anonimato no debería sorprendernos: los estadísticos no tienen suficiente glamur para protagonizar películas. No obstante, su historia sí que merece ser más conocida. Durante la II Guerra Mundial se llevó a cabo un proceso de análisis de aviones que volvían del combate: las partes más dañadas se examinaban minuciosamente y después se reforzaban. Estos aviones mostraban un patrón de daños constante: las alas y las partes de la cola sufrían más daños que el fuselaje. La conclusión era que, si se reforzaban esas partes, los aviones resistirían mejor a los ataques.
Por lógica que fuera, descubrió Abraham, esta idea era totalmente equivocada. Los aviones que se revisaban eran los que conseguían volver. Pero esos eran justamente los aviones que no había que examinar, ya que la única información que aportaban era en qué parte podían recibir un disparo y conseguir volver. En cambio, los aviones que debían examinarse eran los que no volvían. Y esos aviones mostraban un patrón totalmente distinto, con daños en el fuselaje, el motor y la cabina.
Ese error, que consiste en interpretar correctamente («reforzar las partes dañadas») a partir de una muestra incorrecta («aviones que conseguían volver»), es lo que en economía conductual se conoce como «sesgo de superviviencia». Y aunque conocen este sesgo, los inversores lo siguen adoptando por la misma razón que lo hacía el ejército en la II Guerra Mundial: cierta información es más fácil de obtener que otra, por lo que se corre el riesgo de tomar la decisión correcta a partir de la información incorrecta.
Por ejemplo, si se busca un fondo activo de renta variable japonesa, podrían evaluarse los fondos disponibles en base a sus parámetros habituales de éxito (como la rentabilidad superior) de los últimos años. Sin embargo, podría caerse en la trampa del sesgo de supervivencia. ¿Por qué? En el pasado, Japón ha mantenido una política monetaria que trataba de debilitar el yen, un proceso que a su vez daba empuje a las empresas exportadoras a expensas de las empresas orientadas al mercado interno. Por tanto, si se analizaba la muestra de fondos activos durante ese periodo, los fondos activos más rentables eran normalmente fondos centrados en las empresas exportadoras y no en las empresas nacionales.
Sin embargo, esta muestra de gestores de las acciones japonesas más rentables probablemente sea la muestra equivocada a partir de la que elegir. Japón tiene ahora una política centrada en las reformas de las empresas nacionales y no en debilitar el yen. En consecuencia, paradójicamente, los inversores deberían en cambio buscar en fondos que no se hayan comportado tan bien durante el periodo de debilidad del yen: fondos activos enfocados en los efectos de la reforma interna, en vez de en las exportadoras (al igual que el ejército tenía que centrarse, paradójicamente, en las partes que no resultaban dañadas de los aviones, en lugar de en las partes dañadas).
La próxima vez que seleccione un fondo de renta variable japonesa o de otro tipo, recuerde la historia de Abraham Wald y los aviones dañados de la II Guerra Mundial. Es importante que dedique tanto tiempo a entender la muestra específica que evalúa como a seleccionar los fondos de dicha muestra. En resumen, no hay que extraer las conclusiones correctas a partir de la muestra incorrecta: reforzar más las alas no habría servido de ayuda a los pilotos que se estrellaron por toda Europa y que nunca volvieron.
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