Cuando la administración Trump presentó en mayo un «anteproyecto» para reducir los precios de los fármacos, la industria farmacéutica se sintió́ aliviada. Pasados unos meses, Andy Acker y Ethan Lovell, gestores de cartera de la estrategia Global Life Sciences en Janus Henderson, explican el motivo.
Y es que la propuesta excluía diversas recomendaciones, entre ellas permitir al gobierno negociar los precios de los fármacos directamente con los fabricantes o importar del extranjero medicamentos con receta de menor coste. Cualquiera de ellas podría haber causado una disrupción considerable en el sector.
Sin embargo, este alivio no duró mucho. A finales de junio, Amazon.com anunció su intención de comprar PillPack, una farmacia de venta por catálogo autorizada a enviar medicamentos con receta en 49 estados.
Menos de dos semanas después, Pfizer subió los precios en docenas de medicamentos, aunque luego se echó atrás y aplazó las subidas después de que el presidente Trump criticase la medida en un tuit con un duro mensaje. Desde entonces, otras compañías también han pospuesto los aumentos de precios o incluso los han reducido.
“En resumen, los precios de los fármacos continúan siendo objeto de debate, el cual podría intensificarse a medida que nos acercamos a las elecciones de mitad de mandato de EE.UU. Sin embargo, creemos que las reformas potenciales podrían tardar años en implantarse y su efecto en la mayoría de empresas seguramente sería modesto. Entre tanto, el sector es testigo de constantes innovaciones, lo que da lugar a terapias transformacionales. Habida cuenta de esto, pensamos que los inversores deberían ser conscientes de estas tendencias clave de cara al futuro”, estiman en su análisis Acker y Lovell.
Mejoran los múltiplos
Dada la incertidumbre que existe en torno a los precios de los fármacos, los títulos de biotecnología y farmacéuticos se han quedado rezagados con respecto al MSCI World Health Care Index, al depreciarse un 1,0% y un 2,2%, respectivamente durante el primer semestre de 2018, a diferencia del índice de referencia, que ganó un 1,9%. No obstante, los dos gestores de Janus Henderson estiman que este bajo rendimiento ha contribuido a aumentar el atractivo de las valoraciones dentro de estas categorías, especialmente en vista de la incesante innovación.
De hecho, apuntan, en abril, los datos de ensayos clínicos en fase avanzada revelaron que un medicamento inmunooncológico principal, en combinación con quimioterapia, reduce un 51% el riesgo de muerte en pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio avanzado.
“A nuestro juicio, esto representa un avance revolucionario en la lucha contra la causa principal de muerte por cáncer en el mundo. Por otro lado, este hecho demuestra también el potencial tanto clínico como comercial de estos fármacos, que se sirven del sistema inmune del organismo para atacar y matar células cancerosas. Los agentes inmunooncológicos alcanzaron unas ventas de 10.000 millones de dólares en 2017 y prevemos que esa cifra podría exceder de 15.000 millones de dólares este año, con la posibilidad de ser mucho más alta en el futuro”, explican los gestores.
Interés por el valor
Por todo esto, creen, el mercado podría comenzar a valorar esta innovación a medida que se intensifica el interés por el valor dentro del sistema sanitario. El mes pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) publicó una directriz sobre cómo los fabricantes pueden comunicar adecuadamente la eficacia de un fármaco cuando negocian los llamados contratos «basados en valor» con pagadores.
Con estos contratos se pretende establecer un vínculo entre las decisiones de reembolso y los tratamientos generales, un modelo que está ganando terreno en Estados Unidos y otros países concretos. Como señaló Scott Gottleib, comisario de la FDA, en una declaración conjunta: “Los precios deberían poder ajustarse para reflejar el valor en función del modo en que se recetan medicinas y los resultados que producen, así como para controlar el aumento del gasto y reducir la carga de costes que conllevan dichos fármacos para los consumidores”.
De esta manera, las compañías con terapias que mejoren la calidad actual de la atención sanitaria podrían tener más margen de maniobra para fijar precios atractivos y garantizar el reembolso de gastos sanitarios. Para otras, las apuestas están subiendo.
Presiones en la cadena de suministro
Los miembros de la cadena de suministro de medicamentos (distribuidores, gestores de prestaciones farmacéuticas y farmacias) también podrían comenzar a sentir presión de precios. Los aumentos de precios de los fármacos a menudo se achacan, entre otras razones, a las rebajas y descuentos que pagan los fabricantes de fármacos a la cadena de suministro. Los descuentos se calculan como porcentaje de una lista de precios de medicamentos, por lo que cuanto mayor es el precio, más cuantioso es el desembolso.
“El anteproyecto de Trump propone cambiar la estructura de incentivos por rebajas, lo que incluye repercutir parte del ahorro económico directamente a los consumidores. Si los legisladores no consiguen ningún efecto, Amazon con el tiempo podría lograr un objetivo similar con su participación en el negocio de distribución de fármacos. Como afirmó el director general de Amazon, Jeff Bezos, en una conocida broma: ‘Su margen es mi oportunidad’. De un modo u otro, creemos que la cadena de suministro podría sufrir una compresión de los márgenes. El mercado parece compartir esta apreciación: durante el primer semestre del año los distribuidores de productos sanitarios, como subsector, se depreciaron casi un 10%”, explican Acker y Lovell.
La reciente divergencia de comportamiento entre los innovadores y la cadena de suministro de fármacos podría continuar en el sector de la sanidad, lo que explica porqué Janus Henderson considera crucial que los inversores se centren en los fundamentales y comprendan todos los matices cuando se adentren en el sector.