La línea oficial sobre la reforma de las empresas públicas ha sido articulada en un comentario publicado en el servicio oficial de la agencia de noticias de China, Xinhua: «La reforma es el único camino a seguir para la economía de China … porque no hay plan B», explica Investec.
Sin embargo, dice la gestora, Pekín sigue mostrándose cuidadosos de atacar el exceso de capacidad cerrando las fábricas no rentables debido al posible impacto económico y social. Para suavizar el golpe, el gobierno chino está buscando maneras productivas de canalizar el exceso de capacidad utilizando la iniciativa de las enromes infraestructuras eurasiáticas, con el programa “Un cinturón, un camino” (One Belt, One Road).
Según los datos de fDi Markets, el proyecto de China de invertir en infraestructuras en terrenos no urbanizados para crear una carretera que atraviese el territorio recibió en 18 meses hasta junio de 2016 el doble de inversiones que en el anterior año y medio.
Pero, como subraya Greg Kuhnert, portfolio manager de Investec, el Ministerio de Hacienda también ha creado un fondo especial para proporcionar fondos para los costes de despido y dar apoyo fiscal y financiero. Kuhnert cree que esto «ha alentado a los gobiernos locales a implementar planes sobre la capacidad de las industrias». De hecho, algunos gobiernos locales podrían haber adoptado medidas enérgicas para tratar con las empresas que controlan. Shanghái, por ejemplo, ha sido elogiada por el Diario del Pueblo por la reestructuración de las empresas públicas locales, mediante la adopción de un enfoque específico y el tratamiento de las empresas de servicios dependiendo de si eran competitiva, funcional o pública
Sin embargo, aunque hay avances en algunas áreas, en otros se ha producido un paso atrás. En junio, el Partido Comunista reforzó su control sobre las empresas estatales, dando mayor poder a las células del partido dentro de cada empresa pública, algo que parece ir en contra de las políticas encaminadas a hacer que las empresas estatales sean más eficientes y orientadas al mercado. Por otra parte, la unidad anticorrupción del presidente Xi ha visto la eliminación de muchos ejecutivos de alto nivel en las empresas estatales más grandes del país. Casi todos sus reemplazos son miembros del partido, lo que les da un rango equivalente al de los funcionarios del gobierno que los supervisan.