La semana arrancaba con las palabras de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, resonando en el mercado: “Con la silenciosa lectura de la inflación que hemos visto, seremos pacientes para observar cómo evoluciona la economía”. Con este comentario, el mercado ha interpretado que la Fed está dando un argumento a favor de la flexibilidad de la política monetaria.
De hecho, las palabras de Powell fueron más allá y afirmó que “estaremos preparados para ajustar la política de manera rápida y flexible y utilizar todas nuestras herramientas de apoyo a la economía, si fuera apropiado para mantener la expansión en curso”. Como consecuencia, el índice S&P repuntó un 3,4% el viernes pasado, apoyado por los comentarios de la Fed y los sólidos datos laborales de Estados Unidos.
“La elevada volatilidad en los mercados de renta variable impulsó a Jerome Powell a intervenir. El presidente de la Fed se pronunció en favor de un enfoque flexible, particularmente con respecto a la política de la hoja de balance. sin temor a equivocarnos, el mensaje de Powell es de cautela y posiblemente anuncia una pausa en el ciclo restrictivo”, explica Axel Botte, estratega de Ostrum Asset Management, afiliada a Natixis IM.
Las últimas actas de la reunión de la Fed, celebrada a mediados de diciembre, ya anticipan que el banco central de Estados Unidos realizaría dos subidas más, algo menos de lo esperado por el mercado que ya ha visto cuatro subidas en 2018. Pero no todo está tan claro, según explica Christophe Morel, economista jefe de Groupama AM, “ las actas son una herramienta de comunicación de la Fed. Esto significa que la Fed puede utilizar su publicación para transmitir un mensaje, insistir en ciertos puntos en el momento de la publicación y al hacerlo, produce una brecha entre el mensaje de las actas y el mensaje del FOMC. Actualmente estamos en esta situación: las actas sugieren una pausa en el ajuste monetario, mientras que el FOMC concluyó en su momento una desaceleración en el ajuste monetario”.
Desde Allianz GI consideran que “la Fed continuará probablemente subiendo los tipos de interés, y cabe suponer que lo hará en mayor medida de lo que esperan los mercados monetarios. Por ahora, estos últimos no están descontando prácticamente ninguna subida de tipos de cara al nuevo año. No obstante, las subidas previstas de los tipos de interés en Estados Unidos y una nueva valoración de la política de la Fed justificarían que, de momento, el dólar se mantuviese firme”.
Esta contradicción muestra una Fed dividida sobre si cuál debe ser el ritmo de la subida de tipos. Ahora bien, habrá que esperar hasta el próximo reunión de la Fed, prevista para la última semana de enero, para entender por dónde irán sus próximos pasos.
“La reunión de los responsables de política monetaria el 29 y 30 de enero constituirá un acontecimiento clave del primer trimestre, a medida que la economía estadounidense se acerca al final del ciclo y las condiciones financieras se endurecen. Tanto los miembros de la Fed como los mercados se centrarán en los datos económicos para obtener indicios sobre el estado de la economía global”, afirma Richard Turnill, director mundial de estrategia de Inversión en BlackRock.