Dos cosas han cambiado el mercado de deuda high yield de cara a este año, las expectativas sobre el número de ‘defaults’ y el nivel de prima de riesgo que demandan los inversores. Dos factores fundamentales en este tipo de activo y que han ido aumentando en los últimos meses.
Wes Sparks, director de estrategias de crédito estadounidense de Schroders, a quien entrevistamos en su reciente viaje a Miami, está convencido de que este es un buen momento para invertir en high yield. No sólo porque las valoraciones apuntan a un mercado barato, es que además los spreads se encuentran en niveles muy altos y podrían bajar a corto plazo si hubiera un catalizador positivo que cambie el sentimiento del mercado y renueve el interés de fondos de pensiones, aseguradoras e inversores en mutual funds por este activo.
Este catalizador, apunta, podría llegar del lado de las noticias macro, que es dónde el mercado acumula la mayor parte de las incertidumbres. La fortaleza del dólar, el bajo precio de las commodities y la debilidad del crecimiento chino, siguen causando movimientos sin definición.
Para los inversores a largo plazo, dice Sparks, está ampliación de los spreads puede suponer una buena oportunidad para obtener rentabilidades adicionales si no necesitan liquidez a corto plazo. Pero su recomendación principal es que buscar bien los puntos de entrada en el mercado high yield. “Los inversores deberían tratar de comprar o añadir exposición a este activo después de una oleada de ventas antes que tras un período prolongado de tranquilidad”, explica.
Aunque la sensibilidad a los tipos de interés es modesta en la deuda con menor calificación crediticia, también la Fed ha jugado su parte en el mercado high yield. La subida de tipos en diciembre desató la cautela entre las compañías, y redujo el número de emisiones en un contexto en el que la demanda de deuda sigue siendo alta. Si la Fed no mueve los tipos, o tal y como anunció el pasado miércoles, reduce de 4 a 2 las subidas, el ciclo del crédito es más largo, explica el director de estrategias de crédito estadounidense de Schroders.
“Muchos inversores mantienen la opinión de que los rendimientos en renta fija serán, por naturaleza, negativos durante el periodo en que la Fed suba los tipos, pero un análisis de los tres ciclos de subida de tipos más recientes llevados a cabo por el organismo demuestran que este no es el caso. De hecho, un análisis en profundidad de estos tres últimos ciclos revela que la deuda high yield puede generar rentabilidades positivas durante los 12 meses siguientes a la primera subida de la tasa de los fondos federales. La deuda high yield, además, puede tener un comportamiento superior que otras clases de activos de renta fija como la deuda del Tesoro estadounidense o los bonos corporativos investment grade”, afirma Sparks.
La duración del Schroder International Selection Fund Global High Yield, que gestiona Sparks, tiene en el segmento de deuda de 3 a 5 años su mayor parte, seguido por el segmento de deuda de 5 a 7 años. Los segmentos de calificación en los que se centra el portfolio es deuda con rating BB y B.
Atención al sector de la energía
Otro de los eventos a los que el mercado no le quita el ojo es el número de defaults. Por lo general, en el universo high yield este es un factor muy importante a tener en cuenta, pero con la caída de los precios del petróleo y las expectativas de quiebra de muchas empresas del sector de la energía y la minería, se ha vuelto un elemento crítico a la hora de seleccionar high yield para el portafolio.
Los bonos high yield han mostrado una correlación con el precio del crudo del 90%, cuando el porcentaje normal está en el entorno del 20%. “Es como si el mercado estuviera actuando sólo en función del precio del petróleo”. La entrada de nuevos productores y la falta de acuerdo entre todos ellos para limitar una oferta que excede la demanda–“no esperamos consenso hasta 2017”- dibujan un mercado dividido y que todavía provocará la quiebra de algunas empresas del sector energético. Razones, todas ellas, que hacen que Schroders siga infraponderando el sector.
Sparks cree que los defaults repuntarán durante el próximo año, pero es probable que el ratio se quede en un rango de entre el de 4%-5% en 2016. Para el experto de Schroders, está claro que el mercado ya descuenta una alta probabilidad de quiebra en una gran parte del índice global de high yield. “Si los precios no rebotan al menos un 15%, veremos nuevas quiebras. El 53% (166 de 305) de las empresas calificadas como investment grade están `en revisión´. Hay que tener en cuenta que las agencias de rating están siendo más activas que otras veces rebajando las calificaciones de las compañías energéticas”, recuerda el gestor.
High yield global
“¿Por qué high yield global?”, le preguntamos al gestor. En este sentido, Sparks acude a los datos históricos para afirmar que la deuda high yield global registra el mejor ratio riesgo-rentabilidad dentro del universo de este activo.
Con el gráfico en la mano, el director de estrategias de crédito estadounidense de Schroders explica que la rentabilidad total para cada uno de los tres principales mercados regionales de high yield, así como para el índice global durante los últimos 11 años, dan ventaja a este tipo de deuda high yield. Tanto los mercados más pequeños de la región paneuropea como los mercados emergentes tienden a ser más volátiles y, por tanto, producen la mejor o la peor rentabilidad total cada año, mientras que el high yield estadounidense y los índices globales tienden a mantenerse en la media, lo que demuestra que los universos más grandes proporcionan una evolución más suave para los inversores.
“Para aquellos inversores dispuestos a ampliar la lista de inversiones autorizadas con el objetivo de incluir deuda high yield a nivel mundial en lugar de limitarse a invertir inversión en una sola región o divisa, el mejor ratio riesgo-rentabilidad se encuentra en la deuda high yield global. Esto es especialmente así cuando el portafolio se gestiona activamente”, concluye Sparks.
Le pedimos una apuesta concreta, un país y sector en el que hay que estar, y, sin dudarlo, el director de crédito estadounidenses de Schoders nombra bancos, medios de comunicación y sector consumo, todo en Reino Unido, un mercado algo sobreponderado en su cartera (5% de la composición total).
Antes de despedirse, nos recuerda que las subidas después de las correcciones suelen ser de más del 10% y avisa de que “es momento de tener en cuenta el high yield. Los inversores sólo piensan en esta clase de activos para el 5% de su riesgo, pero hoy, deberían asignar el 30%”.