“En la ecuación de la recuperación, la primera variable que se tiene que despejar es la de los tipos de interés”, ha señalado Juan de Dios, director de Inversiones de Santander AM, en la presentación del Informe de Perspectivas de Mercado 2023, titulado El gran ajuste de los tipos de interés, de Santander Wealth Management & Insurance, que aglutina el negocio de banca privada, gestión de activos y seguros del banco.
“Esperamos que en el primer trimestre de 2023 se confirme el pico de inflación, permitiendo a los bancos centrales frenar la subida de tipos de interés e iniciándose el proceso de recuperación de los mercados de renta fija”, señala Víctor Matarranz, responsable global de Santander Wealth Management & Insurance. Y añade que, “a partir de la segunda mitad de 2023, podremos ver la recuperación de activos más cíclicos como la renta variable, en la medida en que los bancos centrales puedan anunciar próximas bajadas de tipos”. Por tanto, “es necesario más que nunca combinar la visión del corto y del largo plazo a la hora de gestionar las inversiones”.
Consecuencia de la agresividad de los bancos centrales para luchar contra la inflación, el crecimiento económico saldrá perjudicado. Según ha explicado Alfonso García, director de inversiones global de Santander Private Banking, se esperan niveles mínimos en los próximos trimestres con algunos países experimentando episodios de recesión de intensidad moderada, pero confía en que el aterrizaje sea suave, alejado de los procesos recesivos del 2000 o 2008.
La inflación no ha afectado a todos por igual y las recuperaciones serán también heterogéneas. En Estados Unidos, según ha explicado García, el mix de la inflación está más equilibrado entre la oferta y la demanda y ven datos más alentadores. En esta región esperan que el proceso de desaceleración sea más ordenado. La zona euro, donde la energía adquiere un rol clave dificultando el papel del BCE, irá con retraso, pero García explica que aun así empiezan a ver datos positivos. “Lo importante es ver que no hay efectos de segunda ronda que enquisten la inflación”, añade.
Respecto a China, una región que los expertos han calificado como clave desde el punto de vista geopolítico y económico, García espera que el crecimiento en 2023 sea más favorable, algo que dependerá, en parte, de su grado de apertura por la pandemia.
Las tres fases de la recuperación
La entidad contempla en su escenario central macroeconómico un proceso de tres fases: ajuste, transición y relajación monetaria. Según ha explicado Juan de Dios, la fase de ajuste ya estaría llegando a su punto final en la parte de política monetaria. “Consideramos que estamos próximos a alcanzar el tipo máximo de este ciclo alcista y que el efecto acumulado de la subida de tipos será suficiente para cambiar el rumbo de la inflación. Esta fase de estabilización monetaria se extendería durante gran parte del 2023 y no esperamos un movimiento a la baja de tipos hasta que se produzcan señales más claras de que la inflación está bajo control. Las buenas noticias llegarán primero a los activos defensivos (renta fija) y luego a los activos cíclicos (renta variable)”, se indica en el informe.
Según Santander Wealth Management & Insurance, el momento en que se alcance el pico de inflación variará en cada geografía, pero en líneas generales se podrán apreciar “señales inequívocas de un cambio de tendencia” durante el primer trimestre de 2023.
Oportunidades en los mercados
En renta fija, el informe señala que “los avances en la estabilidad monetaria darían lugar a multitud de oportunidades en los activos de renta fija, cuyos rendimientos se han normalizado y comparan muy favorablemente con años anteriores”. Añade que “las subidas de tipos han sido el ‘villano’ del mercado en 2022, pero a futuro pueden ser el punto de partida para generar rentabilidad con bajo riesgo. Para los inversores conservadores es muy positivo que la liquidez haya dejado de estar penalizada”. Adicionalmente, la subida de los rendimientos de la renta fija potencia de nuevo su capacidad de diversificación en las carteras. En cuanto a los bonos corporativos, recomienda incrementar el riesgo de crédito en las carteras a medida que se anticipe el fin de la desaceleración económica.
Por su parte, en renta variable, la firma mantiene el posicionamiento de cautela a la espera de que se produzcan avances en el ajuste de los beneficios de las compañías. “El ajuste de expectativas de beneficios ha comenzado, pero todavía está incompleto”, indica, y agrega que es probable que éstas se sigan revisando a la baja en línea con las perspectivas de desaceleración económica para 2023. La entidad especifica que los cambios estructurales que se han producido en la inflación (a medio plazo se estima que los precios se sitúen por encima del 2%) aconsejan un incremento del posicionamiento en activos reales, como la bolsa, infraestructuras e inmuebles. También es clave mantener un posicionamiento en inversiones alternativas con especial énfasis en mercados privados (private equity y deuda privada).
El informe apunta que, a medida que se confirme la mayor estabilidad en los tipos de interés y se identifiquen señales de recuperación económica, el mercado volverá a centrarse en empresas innovadoras capaces de generar mayores tasas de crecimiento. En este sentido, considera que las mayores oportunidades se encuentran en biotecnología, transición energética, ciberseguridad, foodtech, robótica y sostenibilidad y destaca el sector de energías renovables debido a la prioridad a nivel global de garantizar el suministro energético de una manera sostenible.
Respecto a la bolsa española, Jacobo Ortega, director de inversiones de Europa, ha señalado que están constructivos. Una posición que argumenta señalando que cuenta con atributos con atractivo como la capacidad de retorno de las inversiones, industrias capaces de fijar precios, más resistencia a los beneficios (ya que el mercado no ha puesto en valor todo lo que pueden generar) y la exposición a Latinoamérica.