Parece como si los mercados de valores estuvieran probando la paciencia de los inversores. La volatilidad se ha vuelto algo habitual y, con las previsiones tan opacas en términos geopolíticos y de crecimiento global, es más que probable que siga formando parte del panorama inversor durante el futuro próximo.
En el caso de los fondos de renta variable exclusivamente a largo plazo (long-only), el recorrido puede ser bastante agitado. El gráfico siguiente muestra que el índice Eurostoxx 50 ha experimentado siete movimientos significativos, de más del 10% (tanto al alza como a la baja), desde comienzos de 2015.
En este tipo de mercados, Henderson tiene claro que contar con una asignación en una estrategia de rentabilidad absoluta puede resultar muy útil. Los fondos long/short en renta variable de rentabilidad absoluta tienen como objetivo conseguir unos resultados (“absolutos”) positivos independientemente de las condiciones del mercado subyacente, con una baja correlación con respecto a los mercados de valores y una volatilidad también inferior. Evidentemente, no puede garantizarse que se vayan a lograr los objetivos y todo dependerá de la destreza del gestor.
La firma gestiona dos estrategias long/short centradas en la renta variable europea: Henderson UK Absolute Return Fund, gestionado por Ben Wallace y Luke Newman, y Henderson European Absolute Return Fund, gestionado por John Bennett. Ambos tienen como objetivo conseguir rentabilidad absoluta, pero invierten de forma diferente para obtenerla. A continuación, los gestores explican su enfoque y algunos de los temas que están definiendo sus carteras.
Para explicar su enfoque y los temas que están definiendo su cartera, Luke Newman, cogestor del fondo Henderson Gartmore United Kingdom Absolute Return, explica que la estrategia, centrada en Reino Unido, cuenta con dos carteras de negociación; “core” y “táctica”. Ambas pueden asumir posiciones tanto largas (comprar participaciones con la idea de que aumenten de valor) como cortas (posiciones en un título que nos permitan obtener beneficios si su valor cae).
“Nuestra cartera “core”, que normalmente representa un tercio del fondo, se compone de opiniones a largo plazo sobre cómo esperamos que aumenten los beneficios de las compañías subyacentes, un factor importante para conseguir una rentabilidad superior en términos del precio de las acciones. En este sentido, un tema clave actualmente es el crecimiento de los dividendos. En vista de que la rentabilidad de los bonos y del efectivo se encuentra en este momento en mínimos históricos, las compañías que pueden traducir el crecimiento de sus beneficios en un crecimiento sostenible de sus dividendos (y, por consiguiente, en ingresos para sus inversores) están muy cotizadas en el mercado. Como resultado, se han producido importantes incrementos en el precio de sus acciones y creemos que esta será la tónica en lo sucesivo, dado lo apagado que se prevé el entorno económico. Esto también explica nuestros posicionamientos a largo plazo en la compañía editorial y de eventos RELX así como en las aseguradoras Aviva y Legal & General”, afirma.
En esta estrategia, el portfolio manager de Henderson asume posiciones cortas en compañías que se espera que lo pasen mal por algún suceso que pueda repercutir en su capacidad para obtener beneficios a largo plazo. En este momento, apunta, esta premisa incluye a aquellas empresas que puedan verse afectadas negativamente por el nuevo reglamento del gobierno británico, que incrementa el salario mínimo y “digno” en los sectores de la alimentación minorista, el ocio y de subcontratación de las administraciones públicas.
“Nuestra cartera táctica, que normalmente compone dos tercios del fondo, pretende aprovecharse de distintos factores que podrían influir en el precio de las acciones durante un corto período de tiempo y nos brinda la posibilidad de conseguir rentabilidad positiva en medio de mercados volátiles y/o a la baja. Las posiciones se basan en comunicados de prensa, discrepancias en la valoración de distintos sectores y en ofertas públicas iniciales. Durante el período previo al referéndum del Brexit esperamos que se produzca un incremento significativo en la volatilidad y consideramos probable que los mercados reaccionen de forma exagerada, tanto al alza como a la baja. Por consiguiente, prestaremos una atención especial a la evolución del mercado e intentaremos aprovechar la situación cuando se produzcan desajustes irracionales en los precios”, cuenta Newman.
Como consecuencia, al combinar ambas carteras y reponder de forma ágil a la evolución de los mercados, Henderon confía en poder ofrecer “un flujo estable y coherente de rentabilidad absoluta para nuestros inversores, independientemente de la dirección subyacente de los mercados de valores”, cuenta el gestor.
Aprovechar los cambios
En el caso del Henderson Horizon Pan European Alpha, su gestor John Bennett explica que la estrategia cuenta con dos centros de beneficios: una cartera larga y otra corta, e invierte por toda Europa combinando las posiciones a largo plazo con participaciones tácticas a corto plazo. Las participaciones a largo plazo (aproximadamente el 75% del fondo), son normalmente de naturaleza temática y pretenden aprovecharse de los cambios que se produzcan, tanto en el mercado como en los distintos sectores, a través de posiciones tanto largas como cortas.
Como ejemplo, Bennett afirma que dispone de una exposición a largo plazo en el sector farmacéutico, “ya que el actual boom científico está haciendo que aparezcan medicinas claramente diferenciadas que hacen frente a necesidades hasta ahora no atendidas”.
“Este es un tema en el que hemos mantenido distintos niveles de exposición desde 2010. De hecho, el sector en su conjunto se encuentra bien posicionado para aprovechar la creciente demanda de asistencia sanitaria por parte de una población cada vez más envejecida, así como de los mercados emergentes, y seguirá gozando de capacidad para imponer sus precios. Entre nuestras participaciones actuales se incluyen Novartis y Roche. Con respecto a las participaciones a corto plazo (que normalmente suponen 25% del fondo), intentamos explotar oportunidades que redunden en un cambio en el precio de las acciones identificando factores como anuncios corporativos, subidas o bajadas de previsiones, cambios en la dirección de la compañía y actividad de la competencia”, explica.
Otra de las características de este fondo es que trata de ajustar su exposición a los cambios globales del mercado. Como ejemplo, Bennett afirma que en caso de prever momentos de volatilidad o alguna caída en los mercados, “quizá rebajemos la exposición neta del fondo al mercado (la suma de las posiciones largas menos las cortas) utilizando futuros de índices cotizados. Estos instrumentos permiten asumir una posición corta en una amplia cesta de compañías y, pese a tratarse de herramientas “grandes y generales”.