Enero ha sido uno de los peores arranques del año de la historia. Pero a pesar de todas las noticias negativas, Victor Verberk y Reinout Schapers, portfolio managers de renta fija de Robeco Institutional Asset Management, US, creen que esto representa una buena oportunidad de compra en el crédito.
“La oleada de ventas de activos de riesgo a nivel global se ha visto alentada por la debilidad de los mercados energéticos, los recortes en el gasto de capital del sector industrial, los temores a una recesión en Estados Unidos y unas cifras de ganancias débiles en general”, argumentan.
Además, las economías emergentes han estado publicando cifras de crecimiento pobres y siguen siendo un foco de preocupación en el mercado, apuntan ambos gestores. “Una vez dicho esto, hay que tener en cuenta también que cada vez más países emergentes se financian a sí mismos en moneda local y las devaluaciones de sus monedas funcionan como una válvula de escape. Aun así, los datos económicos europeos siguen apuntando contra la estabilización”, explican.
Tanto Verberk como Schapers coinciden en que el mercado ha pasado una temporada en modo de pánico preparándose para las salidas y temiendo un mayor deterioro. “Sobre todo, las empresas de energía han tenido una pobre evolución debido a que los precios del petróleo han caído por debajo de 30 dólares por barril. Pero los mercados desarrollados más estables tampoco han sido inmunes a todo esto. Las noticias de un posible abandono de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) o la posibilidad de que los ‘defaults’ alcancen el 5% o 6% tampoco están ayudando a la confianza en los mercados”, dicen.
“En Robeco, hemos estado debatiendo la oleada de ventas y el contexto económico de forma amplia y también con grupos de investigación externos. Estas son nuestras principales conclusiones:
- Sabemos que las recesiones son difíciles de predecir o casi imposibles, así que no vamos a intentar hacerlo;
- Lo que sí vemos es que los mercados de crédito estadounidenses descuentan una recesión en investment grade y un ciclo severo de ‘defaults’ en high yield;
- Bonos de las empresas de energía o empresas mineras, por ejemplo, están ofreciendo un diferencial del 5% y 6%, respectivamente;
- La deuda bancaria subordinada y bonos seguros (Lower Tier 2) ofrecen un diferencial del 3% y 4%, respectivamente;
- Los valores híbridos cotizan con un diferencial en torno al 5%”.
Los portfolio managers de Robeco creen que llegados a este punto, la pregunta que debemos hacernos es si estamos entrando en un escenario como el de 2008 o más como un ciclo parecido al del 2002 (que no causó una gran recesión). “Creemos que es el segundo, ya que la desaceleración actual se debe a ciertos sectores empresariales”, concluyen Verberk y Schapers.
Los sectores de energía y minería tienen un exceso de capacidad como consecuencia de la demanda de los países emergentes. “Es necesario enjuagar este exceso pero este tipo de correcciones históricamente no han dado lugar un freno repentino o a recesiones profundas tal y como vimos en 2008. El sobreapalancamiento de las corporaciones les obligará a ajustar sus estrategias y reparar sus balances, lo cual es bueno para los acreedores. Además, la caída de los precios del petróleo es una gran ventaja para Estados Unidos, pero sin duda también para el consumidor europeo”, cuentan.
Así, creen que la búsqueda de rentabilidad continúa alimentada por las medidas de política monetaria adoptadas por el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de China y desde Robeco estiman que la Reserva Federal va a ser muy cautelosa en lo que respecta al aumento de los tipos de interés en este período de volatilidad y de datos económicos débiles.
Por eso, recuerdan que los mercados de crédito tienden a funcionar bien en entorno de crecimiento lento, de política monetaria flexible y de reequilibrios corporativos. La búsqueda de rentabilidad se intensificará, especialmente si, en marzo, el BCE responde a las acciones del Banco de Japón.
“Esta es la razón de que estamos añadiendo lentamente riesgo en nuestra cartera, incluyendo la compra de algunas de las mejores compañías mineras en su clase y de compañías petroleras integradas. También hemos añadido a algunos valores financieros. De hecho, para este sector sigue siendo válida nuestra teoría del desapalancamiento visto tras la crisis financiera de 2008. En nuestra opinión, las nuevas valoraciones son una oportunidad para los inversores”, dicen.
Y concluyen afirmando que aunque todavía mantienen la cautela y siguen analizando los balances de calidad y los casos de negocio, este contexto representa una buena oportunidad de compra. “Cuando este sentimiento bajista termine, la liquidez del mercado, o en realidad la ausencia de ella, hará que los diferenciales sean más ajustados”, apuntan.