Tras las últimas declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en Jackson Hole, son muchos los ojos que están pendientes de la reunión de la institución monetaria de esta semana. En opinión de los analistas, este miércoles la Fed podría dar más detalles sobre lo que ya adelantó a finales de agosto.
Poniéndonos en antecedentes, en Jackson Hole, Powell anunció una fórmula flexible de objetivos de inflación para permitir que esta supere temporalmente el 2%, si previamente se ha movido por debajo de esta cota. Según explica Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, la finalidad de este cambio de estrategia es conseguir más inflación después de una década en la que se convirtió en norma que la inflación y las expectativas de inflación se situaran por debajo del objetivo oficial de la Fed.
“En la revisión de su marco de política monetaria, la Fed también expresó su compromiso de responder no solo ante el nivel general de empleo, sino también ante el subempleo en subcategorías de trabajadores, lo que refuerza aún más su apuesta por estimular la inflación. De este modo, la Fed confirma implícitamente lo que llevamos afirmando desde comienzos de 2019: el ciclo de endurecimiento monetario preventivo de la Fed que culminó en la perturbación que sufrieron los mercados en el cuarto trimestre de 2018 fue el último de su especie protagonizado por un banco central occidental. El cambio de política de la Fed ha elevado la presión sobre otros bancos centrales para que sigan su ejemplo”, explica Bonzon.
Según explica Axel Botte, estratega de Ostrum AM (gestora afiliada a Natixis IM), los anuncios de Jackson Hole han sentado las bases de la política monetaria para los próximos cinco años. «Jerome Powell debe diseñar ahora la política monetaria en un contexto de aumento de tolerancia a la inflación (…) y es probable que la Fed indique que las tasas se mantendrán a cero hasta 2023», afirma.
Los analistas de Bank of America esperan, directamente, ver el inicio de un “nuevo régimen”. Según apunta en su último informe, espera que la Fed dé el primer paso para pasar de la estabilización a políticas acomodaticias en esta reunión. “También esperamos que modifique la declaración para vincular la política del balance con el apoyo a la economía en lugar de la estabilización del mercado. No esperamos ningún otro cambio de política, pero Powell debe abordar el conjunto de herramientas en la conferencia de prensa y tal vez ofrecer alguna orientación sobre los factores desencadenantes del uso de estas herramientas adicionales”, señala este informe.
Para Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors, la Fed debería de dar detalles sobre su nueva estrategia. “Esperamos obtener más información en esta reunión sobre los cambios a su mandato dual. Aunque es poco probable que este nuevo enfoque proporcione un apoyo adicional a la economía de los EE.UU. A corto plazo, los mercados aún quieren detalles sobre cuánto tolerará la Fed una inflación superior al 2%”.
Según Diximier, ante la incertidumbre sobre la evolución del sector sanitario y la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos sobre un nuevo plan de recuperación, la Fed debería reiterar la necesidad de apoyar la economía y continuar con su sesgo extremadamente acomodaticio. “Para los mercados, esto confirmará que muy probablemente los tipos se mantendrán anclados en niveles muy bajos a largo plazo”, añade.
Otras valoraciones
En opinión de Christian Scherrmann, economista de EE.UU. en DWS, la Fed mantiene un calendario bastante apretado en 2020. “Después de la introducción del marco de política monetaria actualizado y la presentación algo inesperada de una nueva declaración sobre los objetivos a largo plazo y la estrategia de política monetaria, la reunión del FOMC de septiembre es el momento perfecto para dar contenido al nuevo contexto”, apunta.
El economista matiza que esto no significa que se esperen cambios importantes en la postura acomodaticia, sino que el nuevo marco permite que la inflación y el desempleo se extiendan a territorios que antes estaban asociados con la reducción del estímulo monetario. Además, es probable que prevalezcan las expectativas de una recuperación moderada y una gran incertidumbre.
“Por último, pero no por ello menos importante, los riesgos para las perspectivas deberían seguir inclinándose a la baja. Desde nuestro punto de vista, se trata de un telón de fondo casi perfecto para desplegar una nueva orientación hacia el futuro y afinar las expectativas del mercado. De cara al futuro, creemos que los miembros del Comité Monetario y Financiero todavía podrían señalar tipos de interés algo más altos una vez que la inflación se acerque de manera sostenible al 2%, a pesar del nuevo compromiso de la Fed de establecer un objetivo de inflación media flexible del 2%. La razón de esto es el citado desfase de tiempo de la efectividad de la política monetaria”, argumenta Scherrmann.
Para Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers, la Fed mantendrá los tipos sin cambios hasta que la inflación haya superado el 2%. «Mientras llega ese momento, su conjunto de herramientas se utilizará para asegurar que las expectativas inflacionarias no caigan más», señala. Tal y como indica el experto, «es más fácil apuntalar la inflación que evitar la deflación» y comprometerse a mantener la inflación por encima del 2% durante ciertos meses es «la única forma en que el banco central puede anclar su credibilidad». Sin embargo, Moëc señala que este es un enfoque «radical» que la Fed «no está considerando ahora mismo». Por ello, indica que lo «sorprendente» es que la Fed está «totalmente centrada en la compra de bonos», algo que, según comenta el economista, el banco central «ha llevado al extremo al comprometerse a comprar deuda de ángeles caídos».
Según la valoración que hace Juan Ramón Casanovas, Head of Private Portfolio Management de Bank Degroof Petercam Spain, también es posible que la Fed exigirá, una vez más, medidas de apoyo de los estamentos públicos para afianzar la débil recuperación económica, dirigiendo un nuevo llamamiento al Congreso americano sobre la necesidad de aprobar el tan necesario paquete de estímulo que se encuentra estancado en los pasillos. Casanovas considera que de no aprobarse con una cierta urgencia, podríamos ver cómo se retrasa varios meses la tan ansiada recuperación.
«Deberemos estar especialmente atentos al lenguaje que utiliza Jerome Powell en su comparecencia posterior a la reunión. No esperamos movimiento de tipos, pero sí que podríamos apreciar un tono algo más dovish en su discurso. Además, deberá actualizar las previsiones macroeconómicas, anunciando el nivel de contracción económica que espera para este 2020 y qué porcentaje de recuperación podemos esperar para el 2021. El mercado también estará atento a las cifras de desempleo que baraja la FED. Alguna mención esperamos de la reciente evolución de las divisas, con especial énfasis a la relación euro/dólar», añade Casanovas.