2018 fue un jarro de agua fría para muchos activos de los mercados emergentes por la fortaleza del dólar y por la crisis de Venezuela y Turquía. Sin embargo, las gestoras siguen señalando que sus fundamentales han mejorado y pueden jugar un papel importante en las carteras de este año mientras se ajuste bien la relación entre rentabilidad y riesgo que pueda asumir el inversor.
En opinión de Thomas Rutz, del equipo de inversión en mercados emergentes de MainFirst, los mercados emergentes se configuran como uno de los destinos de inversión más atractivos para este 2019, especialmente la renta fija corporativa, pues “esperamos que las empresas de mercados emergentes sean más resistentes que sus comparables a nivel high yield estadounidense y de la eurozona, incluso en un escenario económico bajista. Además, las perspectivas económicas también nos llevan a pensar que, en términos de rentabilidad-riesgo, el crédito es una inversión mucho más atractiva que la renta variable”.
Para Rutz, los sólidos fundamentales respaldan el potencial de rentabilidad de los mercados emergentes. “Los bonos corporativos de los mercados emergentes deberían ofrecer sólidas rentabilidades en los próximos años, ya que las compañías de estas regiones cuentan con buenos fundamentales, tienen potencial de mejora, están menos apalancadas y, por lo tanto, poseen un mayor margen de maniobra que las compañías de países desarrollados. Por ejemplo, los bonos del índice JP Morgan Corporate Emerging Market Bond (CEMBI, por sus siglas en inglés) ofrecen una relación riesgo-rentabilidad idéntica al high yield en dólares y euros. Además, a diferencia de los países industrializados, los mercados emergentes todavía se encuentran en un ciclo temprano o, a lo sumo, en la mitad del ciclo y, por lo tanto, todavía tienen mucho potencial de crecimiento. Esto hace que muchos bonos corporativos de mercados emergentes sean muy atractivos”, argumenta.
Respecto a la renta variable, la política monetaria estadounidense y el incremento del diferencial de crecimiento favorecen a las acciones de los mercados emergentes favorecerían a este tipo de activos. Además, la disminución de las valoraciones derivada de la venta masiva de 2018 podría ser un impulso importante. “2018 no ha sido un año bueno para los mercados de renta variable en general, en particular para los mercados emergentes. A escala mundial, las acciones han caído un 4,1% en euros, mientras que la renta variable de los mercados emergentes ha registrado una rentabilidad negativa superior al 10%, también en euros”, apunta Jeroen Blokland, gestor de Robeco.
En su opinión, teniendo en cuenta los últimos movimientos de los mercados, existen bastantes probabilidades de que los mercados emergentes resurjan a partir de ahora. Las piezas del puzle van encajando poco a poco: “Las valoraciones podrían convertirse en un catalizador. El promedio de la ratio precio/beneficio de las acciones de mercados emergentes ha descendido nada menos que un 30%, como consecuencia de la venta masiva registrada el año pasado”.
Según Blokland, en consecuencia, la valoración de la renta variable emergente ha bajado muy por debajo de su media a largo plazo. “Además, aunque el patrón que muestran las valoraciones de las acciones de mercados desarrollados es similar al de los países emergentes, sobre todo fuera de Estados Unidos, la renta variable emergente sigue resultando bastante asequible en términos relativos. Si bien es cierto que raras veces esto pueda dar lugar a un cambio de rumbo en los mercados, consideramos que el nivel actual de las valoraciones puede suponer un impulso importante cuando las cosas comiencen a cambiar”, añade.
Tim Love, director de inversiones de GAM Investments, va un paso más allá y afirma directamente que las acciones de mercados emergentes están infrainvertidas, infravaloradas e infracalificadas. “Pensamos que las acciones de mercados emergentes están próximas a concluir su evolución bajista y que el descenso actual podría suponer un punto de entrada acertado. En términos de valoraciones de mercados emergentes, la ratio precio/beneficios (PER) del índice MSCI EM ha descendido a cotas muy bajas, por debajo de 10, lo que contrasta con el dato de esta época el pasado año (11,85). Auguramos que la PER de mercados emergentes se reajustará al alza, aproximadamente, hasta 14, en 2019”.
En cuanto a la exposición de la estrategia, Love señala que se siente más cómodo con Brasil y Rusia. “En Brasil, creemos que el entorno económico resulta muy positivo para las perspectivas de la renta variable, concretamente, el gobierno recién elegido, proclive a la empresa. Creemos que el sentimiento del mercado en Brasil ha virado en la dirección adecuada: mejora la confianza de los consumidores, caen los tipos de interés, el gobierno es proclive al mercado y las valoraciones son asequibles. También nos inclinamos por Rusia por razones similares, sin perjuicio de la posibilidad de que se apliquen nuevas sanciones. Con respecto a nuestra reciente sobreponderación en mercados fronterizos VARP (Vietnam, Argentina, Rumanía y Pakistán), seguimos mostrándonos optimistas, concretamente, en torno a Vietnam, pues dicho país se ha visto muy beneficiado, en nuestra opinión, de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la continua la externalización gracias a su mano de obra cualificada, altamente competitiva”, argumenta.
Por su parte, Anjeza Kadilli, economista en Pictet Asset Management, advierte que el riesgo para estos países es su creciente dependencia de China para sus exportaciones, especialmente en el contexto actual de tensiones comerciales mundiales. Las exportaciones a China han estado al alza desde 2000 -en menor medida las de Colombia- y China es ya el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú.