El inversor español está mucho más familiarizado con la inversión en Europa o Estados Unidos que con la inversión en Japón. Sin embargo, este otro mercado desarrollado consiguió el pasado año superar la rentabilidad financiera de los activos europeos gracias a las reformas monetarias, fiscales y estructurales que fueron adoptadas por el primer ministro japonés Shinzo Abe; y a la prolongada recuperación estadounidense tras la crisis financiera global, pues las exportaciones del país del sol naciente dependen fuertemente del consumo en Estados Unidos.
A finales de 2017, después de dos años consecutivos de crecimiento, la economía japonesa alcanzó su mayor periodo de crecimiento desde la década de 1980. Reflejando esta solidez económica, el índice Nikkei marcó en enero de este año su nivel más alto desde 1991. En una reciente entrevista, Archibald Ciganer, gestor de renta variable japonesa de T. Rowe Price, explica cuáles son los motores de la economía y las bolsas niponas y sus perspectivas.
¿Qué está provocando este aparente resurgimiento del mercado bursátil japonés?
El primer factor es la Abenomics, es decir, la política de reforma fiscal, monetaria y estructural adoptadas por el primer ministro, Shinzo Abe. El segundo es la prolongada recuperación estadounidense después de la crisis financiera global; la economía exportadora de Japón depende fuertemente del consumo en Estados Unidos.
Las políticas monetarias expansivas del Banco de Japón han contribuido a debilitar considerablemente el yen. Esto ha impulsado las exportaciones japonesas a Estados Unidos y ha encarecido las importaciones chinas a Japón, importando inflación tras años en los que Japón ha estado sumido en deflación. Esto ha provocado un cambio en las expectativas y el comportamiento de los consumidores y las empresas de Japón.
¿Qué sucede con las empresas y los mercados de Japón?
Las empresas japonesas iban a la zaga del resto de los países desarrollados en cuanto a calidad, pero están recuperando mucho terreno y han empezado a ofrecer mejores rentabilidades y a tratar mejor a los accionistas. El nuevo Código de gobierno corporativo en el marco de la Abenomics establece mejores estándares, una mayor comunicación de información y un mejor trato a los accionistas minoritarios.
Otro nuevo reglamento, el Código de administración, exige a los inversores, como fondos de pensiones y gestoras de activos, que muestren cómo protegen a los inversores y trabajan con las empresas para armonizar sus intereses. En el pasado, las grandes aseguradoras japonesas eran los principales accionistas, pero no obligaban a las empresas a gestionar mejor el negocio.
Estas reformas han mejorado la rentabilidad financiera de los valores japoneses, que solía ser inferior al de los valores europeos. El año pasado, la rentabilidad financiera de Japón superó a la de Europa, lo que ha atraído a inversores extranjeros, que poseen ahora más del 30% del mercado de renta variable japonés, un porcentaje superior al de las instituciones financieras del propio Japón.
¿Hemos perdido el tren de la renta variable japonesa tras este excelente recorrido?
Es cierto que el mercado japonés incluye muchos valores caros, pero también es un mercado amplio y profundo y, en general, las valoraciones no son excesivas. Seguimos encontrando oportunidades con valoraciones atractivas entre los aproximadamente 1.200 valores que forman parte de nuestro universo de inversión. No es demasiado tarde para invertir. Creemos que estas mejoras van a continuar, porque los cambios se están produciendo lentamente.
¿Cómo gestiona la estrategia?
Busco empresas que se benefician de cambios sociales o tecnológicos a largo plazo. Dado que registran un aumento de la demanda, estas empresas crecen con facilidad, a pesar de que no invertir de forma contundente. Como inversor, uno quiere beneficiarse de las tendencias principales, como el envejecimiento de la población de Japón, el aumento del poder adquisitivo de los consumidores de los mercados emergentes y el endurecimiento de la normativa medioambiental. Hay que tener exposición al aumento de la demanda y disponer de la ventaja competitiva necesaria para beneficiarse de ese factor de impulso.
Por ejemplo, tenemos posiciones en varias empresas de contratación japonesas. Con una economía sólida y un déficit estructural de mano de obra, los trabajadores empiezan a cambiar más y más de trabajo. Las empresas de contratación pueden crecer de forma fácil y rápida si actúan bien.
También nos parecen interesantes las empresas en proceso de reestructuración, cambio de estrategia, mejora de su mix de productos o de su gobierno corporativo; cualquier factor que haga que el mercado cambie de opinión con respecto a sus perspectivas. Suelen ser acciones value que están cambiando de verdad cuando existe un incentivo.
¿Qué sectores le parecen atractivos en este mercado?
En primer lugar, el sector servicios en general. Una posición, una empresa de contratación denominada Recruit, también ofrece muchos otros servicios diferentes a pymes y produce medios orientados al consumidor. Aparte de las empresas de contratación, cualquier empresa que se beneficie de la evolución del consumo japonés.
En segundo lugar, empresas relacionadas con la automatización, como Keyence y FANUC. Keyence es una empresa de consultoría que diseña plantas para un mejor uso de la automatización y suministra los componentes. FANUC fabrica robots industriales que se benefician de la sólida demanda global de mejora de la productividad. La demanda de automatización sigue siendo mayor en las economías avanzadas, pero está creciendo de forma muy rápida en China. El número de robots en ese país podría multiplicarse rápidamente.
¿Qué sectores está evitando?
Por ejemplo, el bancario. Creemos que Japón tiene demasiadas entidades de crédito, de bancos a entidades de crédito de afiliación pública. En Japón, hay una oferta de crédito prácticamente ilimitada. Como resultado, los márgenes de intereses netos llevan disminuyendo desde hace mucho tiempo, los diferenciales de los rendimientos son muy reducidos y, en la práctica, los tipos de interés son negativos. Así resulta muy difícil ganar dinero. Además, la regulación bancaria es muy estricta. Los fundamentales bancarios probablemente no van a mejorar hasta que el sector se consolide.
Sectores de la fabricación de la vieja escuela, como las siderúrgicas, se enfrentan también a obstáculos, como la competencia directa de China y otros productores de bajo coste. Es muy difícil que esos sectores mantengan su poder de fijación de precios y muchos de ellos se están yendo a China.
¿No será este otro «falso amanecer» para la renta variable japonesa?
Creemos que esta vez hay tantos factores favorables para Japón que no hay vuelta atrás. En otras ocasiones, cuando todo salió mal, las empresas japonesas se esforzaban temporalmente por mejorar, para luego volver a sus viejas costumbres cuando la situación mejoraba. Esta vez, la nueva legislación en materia de gobierno corporativo y administración, el aumento de la inversión extranjera y la creciente competencia de China impiden que Japón dé marcha atrás.
Por supuesto que hay riesgos. No todas las empresas están mejorando y algunas se resisten a los cambios. El mercado japonés se muestra poco a poco más diverso, menos cíclico y menos dependiente de las empresas exportadoras. Pero sigue estando muy expuesto al ciclo macroeconómico global. Si hay una crisis mundial, especialmente si empieza en Estados Unidos, los beneficios japoneses se verán afectados, eso es inevitable.
¿Es el momento de invertir en Japón?
Ahora puede ser el momento de invertir en Japón. Creemos que es un mercado de calidad que está mejorando y su perfil de riesgo y rentabilidad es muy atractivo. Japón tiene las características de un mercado desarrollado, pero también cuenta con la ventaja de que tiene mucho margen de mejora. Es un proceso que podría durar 20 años, por lo que veo gran potencial de ganancias.
Riesgos principales: los riesgos siguientes son especialmente relevantes para la estrategia destacada en el presente documento.
Las transacciones con valores denominados en divisas están sujetas a fluctuaciones en los tipos de cambio, lo que puede afectar al valor de una inversión. La estrategia ha incrementado el riesgo debido a que puede emplear enfoques tanto growth como value para tratar de lograr la revalorización del capital a largo plazo.
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