Los gestores preparan ya sus carteras para afrontar un año que estará marcado por la retirada de los programas de compras de los bancos centrales, por un horizonte de aumento de tipos, por una mayor volatilidad y por posibles correcciones de los mercados bursátiles, dado la inestabilidad de algunos focos políticos tanto en Asia, como en Europa y Estados Unidos. Ante este contexto, ¿cuáles serán los activos más atractivos para la asignación de las carteras?
Desde Columbia Threadneedle Investments consideran que los mercados de deuda de los países centrales son algo más interesantes que hace bastante tiempo. “Las valoraciones del crédito parecen situarse en la media, y si bien los rendimientos de la deuda de los países centrales han experimentado un ligero incremento, los rendimientos absolutos de los bonos revisten, hoy por hoy, un mayor atractivo”, señala Mark Burgess, vice-director global de inversiones y director de inversiones para EMEA de Columbia Threadneedle Investments.
Pese a ello, la gestora sigue prefiriendo, en líneas generales, la renta variable a la renta fija, aunque de manera menos rotunda que en 2018. “En los mercados de renta variable, seguimos otorgando prioridad a las firmas con reducidas necesidades de capital y altas rentabilidades que muestren capacidad para incrementar su cuota de mercado y exhibir unos precios sostenibles. Conforme las cadenas de valor siguen evolucionando, los modelos tradicionales de negocio quedan desfasados y la tecnología alcanza su pleno desarrollo, aquellas compañías capaces de innovar deberían seguir prosperando”, añade Burgess.
En la parte de deuda soberana, Burgess apunta hacia los mercados emergentes ya que “ofrece una oportunidad interesante en 2019 tras el drástico repunte de los rendimientos, si bien los inversores tendrán que ser cuidadosos, pues habrá enormes diferencias en ese bloque”.
Una opinión que también comparte Ronald Temple, responsable de gestión multi-asset y US Equity de Lazard Asset Management. “Haciendo balance de la situación, creemos que la renta variable seguirá al alza dadas las perspectivas para el crecimiento de las ganancias y los niveles de valoración. Sin embargo, deberíamos advertir que en este punto del ciclo, los inversores deberían aprovechar las oportunidades para mejorar la calidad de sus posiciones, centrándose en la valoración y en sólidos fundamentales como los altos rendimientos del capital, los sólidos balances y uno flujo de caja potente”.
Del mismo modo, Temple considera que, en los mercados de deuda, “los inversores tienen opciones ahora de extender la curva de riesgo en términos de crédito o duración y deberían adoptar un enfoque más defensivo hasta que la compensación riesgo/recompensa sea más convincente”.
Aunque los gestores insisten mucho con que no poseen una bola de cristal para saber cómo irá la economía en 2019 o qué eventos agitarán al mercado, Dave Lafferty, economista jefe de Natixis IM, advierte de que hay muchas señales mixtas y que las valoraciones proporcionan pocas pistas porque los precios ya no están en niveles extremos. “El aumento de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento han acercado a los bonos soberanos / de calidad a nuestras estimaciones de valor razonable. Del mismo modo, el sólido crecimiento de las ganancias, la caída del PER y la expansión de los diferenciales de crédito han encarecido a las acciones y los bonos corporativos, a un nivel medio o ligeramente superior”, explica Lafferty.