JP Morgan AM considera que la tendencia de crecimiento general y las favorables condiciones financieras se combinan para crear un entorno positivo para los activos de riesgo. Este contexto también favorece a la renta variable regional diversificada, que la firma cree que está mejor posicionada para beneficiarse del repunte del crecimiento global.
Estas son algunas de las conclusiones y valoraciones a las que ha llegado el equipo de Soluciones Multiactivo de JP Morgan Asset Management. La gestora, como cada trimestre, organiza una cumbre estratégica en la que reúne a sus gestores, estrategas y analistas para analizar y debatir la su visión sobre la asignación de activos e identificar cuáles son los temas globales claves.
Según sus conclusiones, esperan que el crecimiento sea la tendencia global de la economía, lo que les lleva a posicionarse en renta variable japonesa, europea y de mercados emergentes sobre la de Estados Unidos y Reino Unido; y respecto a los bonos, consideran que las actuales tires demostrarán que están en el punto más bajo del rango de 2017.
En este sentido, la gestora señala que su cartera refleja el punto de vista fundamental del crecimiento global como tendencia persistente que se traducirá en niveles más altos de las rentabilidades y los beneficios. “El sentimiento moderado entre inversores y empresas por igual puede retrasar la exuberancia que puede preceder al final del ciclo económico. Pero las economías de final de ciclo están ya, por definición, bastante maduras, por eso nuestro tono moderadamente proriesgo viene acompañado de una cuidadosa diversificación y un escrutinio constante de cualquier bajada en los datos”, explica en el informe que JP Morgan ha publicado a raíz de este encuentro trimestral.
Visión del entorno
La gestora considera que el primer semestre de 2017 se está conformando como el mejor comienzo de año desde 2011. En su opinión, el aumento del momentum económico en Europa y Japón, y los sólidos beneficios corporativos en todo el mundo, compensan ampliamente algunos tropiezos en los datos y las cifras por debajo de lo esperado del crecimiento del primer trimestre de Estados Unidos.
“La renta variable, tal como se esperaba, presentó buenos beneficios como resultado; pero aún así, el sentimiento inversor pareció más cauteloso de lo que podría implicar el comportamiento de los precios. La bajada en las tires de bonos, sin embargo, podría pintar una imagen diferente. Aunque éstos y los precios de la renta variable ya han sido divergentes previamente en esta expansión, la desviación está planteando ahora cuestiones sobre la reflación y, a su vez, sobre la política de la Reserva Federal (Fed)”, defiende. En este sentido, considera el nivel de las tries un aspecto calve para posicionarse de cara al resto de 2017.
Esta tendencia de crecimiento global se sustenta en que la ralentización en la fabricación en Estados Unidos es moderada y transitoria, en que la expansión económica en Europa y Japón son sólidas, y en que todos los segmentos clave de las economías participan en la subida, y las economías de mercados emergentes (ME) también muestran signos de mejora, a pesar de la ligera ralentización del ritmo de crecimiento de China.
Como punto negativo, señala que el optimismo sobre el estímulo fiscal de Estados Unidos se ha desvanecido en gran medida, aunque quedan algunas esperanzas de recortes fiscales este otoño. Además, con Estados Unidos en el pleno empleo y la economía aproximándose al final del ciclo, “la mayor amenaza para nuestro punto de vista constructivo es un excesivo endurecimiento de la política”, matiza.
Pero considera que la reducción del balance de Fed de aquí a final de año y las subidas de tipos graduales les tranquilizan. Según apunta en su último informe, “un ritmo de subidas trimestrales sigue en sincronía con la tendencia económica prevalente y no debería dañar nuestro punto de vista positivo de los mercados de activos”.
Asignación de activos
Respecto a qué supone toda esta visión en la asignación de activos que hace la gestora, destaca que “seguimos sobreponderados en renta variable e infraponderados en duración globalmente. A medida que la economía de Estados Unidos se aproxima al final del ciclo, nuestro único cambio en el nivel de la clase de activos es recortar el crédito desde sobreponderados a neutral, reflejando así que, aunque el crédito probablemente continuará batiendo la rentabilidad de los bonos gubernamentales, no es probable que supere a las acciones. En otros lugares, mantenemos un punto de vista neutral en inmuebles y productos básicos”.
Dentro de la renta variable, la gestora apunta que el bajo nivel de correlación de índices de renta variable interregional, junto con el alza global en el crecimiento, apuntan a una exposición a renta variable diversificada en todas las regiones.
“Nuestras señales cuantitativas y nuestro análisis fundamental nos llevan a una preferencia marginal, en orden aproximado, por la renta variable japonesa, europea y de ME sobre la de Estados Unidos y Reino Unido; por lo tanto mantenemos una sobreponderación a Japón, Europa y mercados emergentes y una infraponderación a acciones de Reino Unido. Somos conscientes de los altos precios de las acciones de Estados Unidos, pero preferimos mantener una pequeña exposición sobreponderada, ya que teniendo todo en cuenta las rentabilidades siguen siendo atractivas, y si los recortes fiscales volvieran a estar en la agenda, probablemente esto impulsaría los beneficios de Estados Unidos”, explica.
En cuanto a los bonos, la gestora considera que los actuales tires demostrarán que están en el punto más bajo del rango de 2017, a medida que la reciente debilidad de la inflación desaparezca y la tendencia económica global persista. “Con 2018 preparado para ser el primer año de oferta de bonos G4 neta positiva desde 2014, vemos espacio para que las tires globales se ralenticen en el segundo semestre de 2017”, argumenta la gestora.
Además, espera que el Bund alemán lleve a otros mercados a rentabilidades más altas a medida que la mejora del crecimiento, la desaparición de los riesgos políticos y la perspectiva de una reducción de las compras de bonos por parte del Banco Central Europeo lastren los precios de los bonos de la eurozona. Según advierte, “es probable que la trayectoria de las tires de los bonos impida que el dólar vuelva a fortalecerse, y aunque vemos algunas subidas modestas frente al yen japonés, esperamos que otros cambios de divisas importantes frente al dólar estén contenidos”.