Las tensiones entre Rusia y Ucrania, y las elecciones celebradas en Italia y Portugal han imprimido volatilidad a los mercados desde finales de enero. Una vez que la geopolítica ha vuelto a colocarse en la lista de riesgos, los expertos valoran el impacto que está teniendo en los activos.
En el caso de Ucrania y Rusia, las relaciones se encuentran en su punto más tenso en años, después de que Moscú desplegara 100.000 soldados en su frontera con la región ucraniana de Donbás. Según el último análisis de Amundi, aunque es posible que las actuales conversaciones continúen y produzcan algunos resultados en los próximos meses, el riesgo geopolítico puede seguir siendo alto a corto plazo, aunque consideran poco probable un conflicto en toda regla. Además, es plausible que se mantengan las posibles sanciones a Rusia, aunque desde Amundi no esperan ninguna medida importante ni una escalada en este momento.
“Los activos rusos y ucranianos se han vendido como consecuencia directa de las tensiones, aunque el impacto sobre Rusia y su divisa se ha visto mitigado por el buen momento que atraviesa su economía gracias a los elevados precios de la energía. Sin embargo, si las tensiones entre Rusia y Ucrania se intensifican aún más, esto podría tener implicaciones mucho más amplias en los activos de riesgo a nivel mundial. De hecho, esto se sumaría a las actuales presiones relacionadas con las elevadas expectativas de inflación para 2022, el debilitamiento de los indicadores de sentimiento debido a la variante Omicron y el hecho de que los bancos centrales se vuelvan más agresivos y estén dispuestos a actuar, como ha declarado claramente la Reserva Federal (Fed)”, afirman Alessia Berardi, Head of Emerging Macro and Strategy Research, Francesco Sandrini, Head of Balanced, Income & Real Return, y Yerlan Syzdykov, Global Head of Emerging Markets, y responsables del del último Investment Talk de Amundi.
Los expertos de la gestora consideran que Europa es la zona que hay que vigilar con atención: “Las valoraciones de la renta variable son atractivas y la inclinación del mercado hacia el value es una oportunidad para los inversores globales, pero la zona depende de Rusia para la energía y es vulnerable a nuevas subidas de los costes energéticos. Teniendo en cuenta la evolución de las tensiones en la frontera ucraniana y el contexto mundial, los inversores en carteras de multiactivos globales deberían mantenerse neutrales en cuanto a la asignación de riesgos, manteniendo una postura corta en duración en renta fija y utilizando estrategias de cobertura para los activos que más podrían sufrir en caso de deterioro de la situación geopolítica”. Por último destacan que el dólar y los mercados de Oriente Medio dentro del CEEMEA (Europa Central y Oriental, Oriente Medio y África) podrían beneficiarse en el contexto de las tensiones actuales.
Sin ánimo de ser alarmista, Víctor Alvargonzález, socio fundador y director de estrategia de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance, considera que hay que estar preparados para lo que pueda ocurrir si Putin decide invadir. “Ni a los norteamericanos ni a su economía les perjudicaría, la gran perjudicada sería Europa. Y eso lo saben los analistas estrategas e inversores, así que el renta variable el lugar más seguro donde estar si Putin lanzar el órdago sería en renta variable norteamericana”, explica.
El segundo motivo por el que es importante plantearse hasta dónde pueden caer los mercados europeos si Putin invade es porque, considera, sería una gran oportunidad de compra. “EE.UU. amenaza con sanciones económicas, pero la probabilidad de un enfrentamiento directo de la OTAN con Rusia son muy pocas. El escenario más probable es el de mucha tensión inicial, pero luego se aceptaría el nuevo statu quo, y lo más importante para Europa: se reanudaría el suministro de gas. Europa necesitará gas y los rusos euros”, matiza Alvargonzález.
Italia y Portugal
En cuanto a los procesos electorales, los analistas señalan que su efecto se deja notar más en el comportamiento de los bonos y de la renta variable del país, al tratarse de asuntos locales. Por ejemplo, en el caso de Italia, desde Monex Europe destacan que el diferencial entre BTP y Bund da a los mercados una indicación de la confianza en los bonos italianos en relación con los bonos alemanes, que son más estables. “El movimiento de ayer por la mañana nos muestra que los bonos italianos han regresado”, señalan.
Esto es así a pesar de que el resultado de las elecciones fue bastante diferente de lo que la mayoría había previsto: en lugar de que los mercados se despertaran con Mario Draghi como nuevo presidente, los parlamentarios italianos decidieron no votar por él y, en su lugar, apoyaron un segundo mandato del jefe de Estado saliente, Sergio Mattarella. Mattarella aceptó aplazar su jubilación, lo que significa que Draghi seguirá siendo el primer ministro de Italia.
En este sentido, el informe de Monex Europe explica que la combinación de la elección de ambos políticos, al menos hasta el final de la legislatura en la primavera de 2023, ha sido bien recibida por los mercados europeos, ya que aportan estabilidad financiera y política a Italia. “La falta de reacción en el euro se debe probablemente a que los fondos se mueven dentro del ámbito de los bonos de la eurozona -por ejemplo, de Alemania a Italia-, en lugar de que los inversores muevan sus activos de fuera de la eurozona a los bonos italianos. En general, sin embargo, el resultado de las elecciones elimina al menos un área de incertidumbre dentro de la eurozona”, concluyen.
Para Dennis Shen y Giulia Branz, analistas de Scope Ratings, tan solo se está aplazando un riesgo que los mercados y los inversores se reencontrarán en 2023. “Las próximas elecciones de 2023 siguen representando un riesgo debido a la posibilidad de un vuelco hacia la derecha política tras los comicios, si Italia elige a un (primer) primer ministro de extrema derecha (de la era de la posguerra)», afirma Shen.
Scope estima que la trayectoria de la deuda italiana se mantendrá en una tendencia al alza a largo plazo, teniendo en cuenta los aumentos durante futuras crisis. Según añade Shen, la adopción de políticas prudentes se ha hecho especialmente clave dado el reciente aumento de los rendimientos de la deuda pública italiana hasta un 1,4% -equivalente a un diferencial de 136 puntos porcentuales con respecto a Alemania-, desde un mínimo de alrededor del 0,5% el pasado mes de agosto. “Minimizar las primas de riesgo soberano innecesarias asociadas a la política interna es crucial para la sostenibilidad de la deuda del Estado a largo plazo, ya que el BCE retirará su apoyo en los mercados de deuda en medio de un fuerte repunte de la inflación», matiza el analista de Scope Ratings.
Tal y como recuerda Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, “la estabilidad política va a ser un bien preciado a medida que la economía mundial se normalice y la política económica necesite romper con el sesgo acomodaticio total”. Ejemplo de ello es, en su opinión, el resultado electoral de Portugal: “La clara victoria del actual primer ministro portugués Costa en unas elecciones generales anticipadas ahora le otorga una mayoría absoluta que debería permitirle seguir una política económica que pueda mantener a raya a los populistas mientras mantiene el mercado a bordo. Evitar la crisis y obtener buenos resultados macro es lo que se necesita, aunque puede no ser suficiente, para convencer a Berlín de que se puede confiar en que los países periféricos harán su parte del trabajo si la UE avanza aún más hacia un sistema de responsabilidades mutualizadas”.