Una silenciosa pero profunda transición se está dando en el universo de la inversión sostenible. Una transformación que, en opinión de Gavin Power, responsable de desarrollo sostenible y asuntos internacionales de PIMCO, y Mike Amey, director de estrategias ESG de la gestora, va a remodelar los mercados y catapultar la renta fija a un lugar prominente dentro del universo ESG.
Tradicionalmente, y desde que el Pacto Mundial de las Naciones Unidas lanzase el concepto de inversión ESG en 2004, la renta variable se ha convertido en el vehículo más demandado para concretar este tipo de inversión, ya que las acciones ofrecen un corpus de investigación ESG mucho más extenso, cuentan con numerosos indicadores de referencia e índices y presentan conexiones más claras con la participación empresarial.
Sin embargo, en opinión de estos dos responsables de PIMCO, esta es una tendencia que está a punto de cambiar, “lo que marcará el inicio de una etapa con la renta fija en el centro del universo de inversión sostenible, que podría eventualmente expandir los préstamos relacionados con los factores ESG desde los miles de millones de dólares anuales hasta los billones que se necesitan para salvaguardar la solvencia crediticia de un país o una compañía a largo plazo”.
En este sentido, la gestora ve varios indicios de este cambio de tendencia: el creciente reconocimiento por gran parte del mercado de que los asuntos ESG comportan un significativo riesgo de crédito, en comparación tanto con la deuda corporativa como con la deuda soberana; y, en segundo lugar, que en términos de innovación y búsqueda de productos, la renta fija ESG está experimentando una aceleración.
“En cuanto al universo de bonos verdes, se prevé un aumento de la oferta de más del 60% este año, hasta los 250.000 millones de dólares, lo que superaría el nivel récord de 155.000 millones de dólares registrados en 2017, según datos de Bloomberg. Cabe destacar que las categorías de deuda corporativa, deuda pública y bonos de titulización de activos experimentaron, todas ellas, un crecimiento de las emisiones prácticamente similar en 2017. Por supuesto, estas alentadoras estimaciones de crecimiento deben analizarse teniendo en cuenta el tamaño de todo el mercado de renta fija mundial, que ascienda a cerca de 100 billones de dólares”, explican Power y Amey.
La gestora destaca que, en muchos aspectos, el mercado de renta fija presenta las características idóneas para beneficiarse de las iniciativas relacionadas con los factores ESG, así como para financiarlas. Los emisores suelen recurrir al mercado de renta fija (a diferencia del mercado de renta variable) cuando desean refinanciar su deuda antigua o buscar nueva financiación. Esto brinda a los inversores en bonos una oportunidad única de identificar los riesgos, fomentar la participación activa de los emisores y forjar relaciones capaces de promover cambios.
“En nuestra opinión, la inversión ESG no solo hace referencia a la colaboración con los emisores que ya disponen de un arraigado enfoque ESG, sino también al fomento de una participación activa con aquellos que desean mejorar sus propias iniciativas y están dispuestos a trabajar con los prestamistas para lograr sus metas”, argumentan desde PIMCO.