2022 podría ser el año de la normalización del crecimiento económico, de los resultados empresariales y de las políticas monetarias, según señalan desde Renta 4 Banco. Pero, respecto a este último punto, Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de la entidad, advierte de que a la Fed y a los bancos centrales les será difícil salir de las políticas ultraexpansivas.
Como consecuencia, el banco considera que habrá un escenario de represión financiera y no habrá activos sin riesgo como refugio para el ahorro. “La empresa sigue siendo el activo invertible por excelencia, por tanto, la renta variable”, ha señalado Carlos Ureta, presidente de Renta 4 Banco, durante la presentación de las perspectivas para 2022.
En su escenario base, Renta 4 Banco prevé un crecimiento mundial en torno al 4,5%, con los mismos apoyos que ha habido en 2021 (condiciones financieras favorables o políticas fiscales aún expansivas). Pero advierte de que existen riesgos como una inflación persistentemente alta que lleve a que las política monetarias se retiren pronto, los cuellos de botella, los rebrotes de COVID-19 (si implican restricciones) o una desaceleración excesiva de China.
Respecto a la modificación de las políticas monetarias de la Fed y el BCE, Aguirre destaca que llevan ritmos diferentes. Por ejemplo, en Estados Unidos, con la inflación muy por encima del objetivo y con crecimientos del PIB por encima del potencial, Aguirre ve lógico que la Fed empiece a retirar estímulos.
Sin embargo, en Europa, aunque cuenta con una base de crecimiento sólida, posiblemente se revise a la baja el crecimiento. Además, la inflación a corto plazo será alta pero no tanto como en Estados Unidos, con la idea de moderarse y sin efectos de segunda ronda. “Esto se traduce en un BCE muy flexible. La subida de tipos no llegará hasta finales de 2023”, pronostican desde Renta 4.
En cuanto a la inflación, Aguirre cree que se retirará ese apellido del que ha ido acompañada: transitoriedad. “A corto plazo se va a mantener alta. En la segunda mitad del año creo que los precios energéticos deberían moderarse a medida que aumente la oferta y se suavice la demanda, desaparezcan los efectos base y desaparezcan los cuellos de botella, según pase deberíamos ver una moderación de la inflación”. A esto, según la experta, hay que sumar algunos factores estructurales que son deflacionarios como la automatización, el envejecimiento o la globalización.
¿Dónde invertir?
Respecto a las bolsas, Ureta considera que han alcanzado un punto de mayor cautela, debido a la inflación, los cuellos de botella, la crisis energética o la inquietud sobre las actuaciones de los bancos centrales. “Seguimos con tono positivo, pero con cautela y eso deja la sensación de que vamos a una fase de las bolsas algo más madura, reflexiva, basada en fundamentales, más selectiva, lo que cambia el escenario del que venimos. Probablemente con mayor volatilidad e implicaciones en la gestión de inversiones que lleve a una mayor atención a los fundamentales y menor movimiento por flujos”, explica el experto.
Los analistas de Renta 4 Banco plantean por tanto un escenario de crecimiento superior al potencial junto a una normalización gradual de tipos de interés, lo que justifica sobreponderar renta variable frente a renta fija, aunque en un entorno de volatilidad creciente ante el inicio de salida de las políticas monetarias ultraexpansivas.
Geográficamente, los analistas reiteran su preferencia por Europa frente a EE. UU., en base a un mayor apoyo monetario del BCE frente a la Fed, unas valoraciones más atractivas y un componente value/ciclo de los índices europeos.
En el caso concreto del Ibex 35, los analistas fijan un objetivo de 10.700 puntos y consideran que el selectivo español debería recuperar, al menos parcialmente, su peor comportamiento relativo a Europa apoyado por la aceleración del crecimiento relativo, la recuperación económica global, el elevado peso del sector bancario en un contexto de normalización de la política monetaria a medio plazo y repunte gradual de TIRes, el menor riesgo regulatorio en utilities y una progresiva recuperación del turismo.
Los cambios estructurales que afronta la economía pos-COVID
2021 ha sido un año muy especial para los mercados en los que se empiezan a materializar una serie de cambios que definirán la economía pos-COVID-19. Según explica Juan Carlos Ureta, estas dos novedades estructurales son un entorno de tipos 0 o casi cero estructurales y una disrupción tecnológica permanente y acelerada. “No es que esto sea nuevo, lo que es nuevo es que esos dos elementos se han convertido en estructurales y ya forman parte del paisaje de la economía del siglo XXI y la economía pos-COVID”, señala.
Estos factores estructurales provocarán grandes efectos: una desaparición del activo sin riesgo y que la disrupción tecnológica sea un driver esencial de las bolsas. “Esto lo que produce es que el flujo de dinero a las bolsas sea enorme y que no se repartan por igual, se reparten hacia aquellas empresas, sectores y bolsas que se consideran ganadoras en el mundo pos-COVID, lo que produce una divergencia”, señala Ureta.