Mientras las bolsas mundiales retroceden, algunas materias primas, en particular el petróleo, continúan su particular rally. El factor que está detrás de estos movimientos es la guerra en territorio ucraniano, así como las sanciones económicas impuestas por los principales países occidentales a Rusia, promotora de este conflicto bélico. ¿Cuáles son las implicaciones para el mercado y los inversores?
El índice general de materias primas de Bloomberg (DJP) subió un 23% el mes pasado y un 35% este año. Según destacan desde eToro, la crisis de Rusia agravó un mercado de materias primas ya ajustado e impulsó la demanda de cobertura contra la inflación, tras una década de inversión en esta clase de activos. En concreto, el precio del petróleo podría registrar máximos históricos, el níquel duplicó su precio en un breve período de tiempo y el trigo ha subido un 50% en un mes.
“El análisis del impacto de la actual crisis ucraniana en los mercados energéticos se hace más complejo por la cambiante situación en torno a la naturaleza exacta de las sanciones. En la actualidad, se han impuesto sanciones a particulares y a las principales instituciones financieras rusas, pero se han evitado explícitamente las sanciones sobre la energía (petróleo y gas) procedente de Rusia”, advierte Mark Lacey, analista del sector energético de Schroders.
En este sentido, la última novedad llegaba ayer por la tarde, cuando Estados Unidos y Reino Unido anunciaron que no importarán crudo ruso. Como advierte Mabrouk Chetouane, Head of Market Strategy Natixis Investment Managers Solutions, “los países europeos aún no han decidido seguir a Estados Unidos, por la dependencia de las economías europeas de la energía es un obstáculo. Las circunstancias indican que los precios de la energía seguirán dependiendo en gran medida de las tensiones geopolíticas, lo que pesará sobre la confianza de los consumidores, el crecimiento de los ingresos de las empresas y los márgenes operativos”.
Desde Julius Baer explica que el aislamiento de Rusia deja un vacío en el mercado del petróleo. «La fluidez de la situación y la incertidumbre sobre cómo se ajustarán las cadenas de suministro crean un nerviosismo extremo en los mercados petroleros y alimentan la subida del precio del petróleo. La prohibición del petróleo ruso por parte de Estados Unidos y el Reino Unido no supone un cambio de juego fundamental. El mundo no está a punto de quedarse sin petróleo. Estamos asistiendo a una crisis de precios más que a una crisis de suministro. Más allá de la incertidumbre a corto plazo, confiamos en que el repunte del precio del petróleo siga unas pautas más o menos conocidas. Estos movimientos bruscos al alza suelen ir seguidos de movimientos a la baja en semanas y meses, no en años», indica Norbert Rücker, Head of Economics & Next Generation Research en Julius Baer.
Según Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, esta decisión por parte de Estados Unidos podría impulsar los precios del petróleo hacia 150 dólares por barril, un nuevo máximo histórico, ya que los mercados temen una mayor interrupción del suministro. «Estas restricciones de EE.UU. serán probablemente unilaterales, y Europa se mantendrá por ahora al margen de las restricciones, dada su mayor dependencia de la energía rusa. Las importaciones de petróleo ruso representan menos del 1% del consumo de petróleo de Estados Unidos», explica.
En su opinión, la subida de los precios del petróleo empeorará las perspectivas económicas mundiales a corto plazo, ya que frenará el crecimiento y aumentará la ya elevada inflación. «El único aspecto positivo es que el crecimiento mundial es actualmente sólido. Mientras que la solución a los altos precios del petróleo son los altos precios del petróleo, ya que los consumidores se ven cada vez más impulsados a reducir la demanda por el aumento del coste», añade Laidler.
El petróleo y gas ruso
Si nos centramos en el mercado del petróleo, se observa que la semana inició con el barril cotizando en 126 dólares y con subidas del 4,3% al inicio de la jornada del lunes. Un comportamiento atractivo, pero que entra en una fase menos predictiva. Según los expertos, habrá que tener varios factores en cuenta como, por ejemplo, si este conflicto nos lleva a una mayor contracción económica y si, finalmente, se opta por un bloqueo sobre las importaciones de petróleo ruso en Estados Unidos y en Europa.
Para comprender qué está pasando en sectores como el energético y con materias primas como el gas y el petróleo es importante no perder de vista el punto de partida. Rusia produce el 11% del petróleo del mundo, pero suministra el 45% de las necesidades de crudo de Europa y el 40% de su gas natural. Por el contrario, las importaciones de energía estadounidense desde Rusia representan el 8% del consumo de Estados Unidos.
“Rusia produce alrededor de 10,5 millones de barriles por día, algo más del 10% de la producción mundial; por lo que es el segundo productor mundial, por detrás de Estados Unidos, y un actor importante en el mercado del petróleo. Además, es miembro de la OPEP+, que incluye a los países de la OPEP y a una docena de otros países productores. En total, la OPEP+ produce entre 30 y 40 mmbl/d y representa alrededor del 30%-40% de la producción mundial. Así pues, además de ser un importante país productor, Rusia tiene una posición estratégica dentro de la organización que influye en los precios del petróleo. Concretamente, China es el principal cliente de Rusia, con casi 3 millones de barriles diarios”, afirma Manuel Maleki, economista sobre EE.UU. y materias primas en Edmond de Rothschild.
Si nos centramos en Europa, Rusia representa el 40% de las importaciones de gas y el 25% de las de petróleo. “También exporta otras materias primas, como fertilizantes nitrogenados, paladio, cobre, níquel, potasa y aluminio. Ucrania y Rusia son también grandes exportadores de grano, por ejemplo, exportan hasta el 29% del trigo mundial”, añaden desde la Oficina del CIO de Edmond de Rothschild Banca Privada.
Respecto al gas, cabe destacar que la Federación Rusa tiene las mayores reservas probadas de gas natural del mundo, con unos 1.320 trillones de pies cúbicos (tcf). Representan alrededor del 20% del total de las reservas probadas de gas natural en el mundo y son ligeramente mayores que las del segundo, Irán (1.133 tcf), aproximadamente tres veces el tamaño de Estados Unidos (446 tcf) y más de diez veces el tamaño de las reservas europeas de gas natural (111 tcf).
“La producción de la Federación Rusa es de unos 61 bcf/día, lo que representa alrededor del 17% del total del suministro mundial. Se exportan unos 24 bcf/día, de los cuales 4 bcf/día se exportan mediante GNL y 20 bcf/día por gasoducto (unos 16 bcf/d de este gas por gasoducto van a Europa). Rusia es responsable (en tiempos normales) de alrededor del 23% del consumo de gas del noroeste de Europa y de alrededor del 35% del consumo global de gas europeo. Incluyendo el gasoducto Nordstream 2, la capacidad de los gasoductos rusos hacia Europa aumentará de 17,5 bcf/día a unos 23 bcf/día”, explican desde Guinness Global Investors.
Según destacan los expertos de Bank of America en su último análisis, estamos ante tres posibles escenarios para la evolución del mercado de commodities ahora afectado por el conflicto entre Rusia y Ucrania:
- Un escenario malo, donde los flujos de materias primas rusas se desvían fundamentalmente de Europa y EE.UU., pero no surgen grandes déficits estructurales, lo que lleva a un precio medio del brent en 2022 de 110 dólares/bbl y a un precio medio del gas natural TTF europeo de 105 euros/MWh.
- Un escenario bueno y optimista, donde el conflicto se resuelve en poco tiempo y los flujos de materias primas vuelven a ser aproximadamente los de hace seis meses, con el Brent a 95 dólares/bbl y el TTF a 75 euros/MWh este año.
- Un escenario feo, en el que las restricciones en el suministro de materias primas rusas conducen a importantes déficits estructurales, con el Brent y el TTF a 130 $/bbl, 200 €/MWh en 2022.
Respecto a otras materias primas, Benjamin Louvet, gestor Fondos OFI Precious Metals y OFI Energy Strategic Metals, señala que lo que está ocurriendo con el gas y el petróleo es similar a materiales como el paladio, el níquel y el aluminio son los más afectados. «Es difícil establecer objetivos de precios en este momento», indica el gestor.
La incertidumbre y sus consecuencias
Según explica Lacey, sería lógico que la rápida escalada de las sanciones occidentales reduzca la demanda europea de petróleo y de productos petrolíferos rusos, a pesar de que las sanciones no están diseñadas para atacar directamente los flujos energéticos rusos. “Esta pérdida de demanda en Europa se verá compensada por el aumento de la demanda en China. Los responsables políticos occidentales son reacios a interrumpir los flujos energéticos rusos, pero cada vez se hace más complejo compaginar este objetivo con la creciente presión para aumentar las sanciones a medida que empeora la situación en Ucrania”, puntualiza.
Estas incertidumbres son las que se están reflejando en el precio del petróleo. Según explica Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM, el alcance de la crisis del petróleo depende en gran medida de la intensidad con la que aumenten los precios del petróleo y del tiempo que permanezcan elevados. “Eso depende sobre todo de la rapidez con que la demanda mundial reaccione a los precios del petróleo, cuando los consumidores son en su conjunto más ricos que hace unos años. Rusia necesita urgentemente ingresos en dólares y una gran sacudida petrolera perjudicaría a China en el momento menos oportuno. Por ello, es poco probable que Rusia reduzca significativamente su producción para no perder la ayuda y el apoyo de su aliado clave”, comenta Galy.
Según indica para la Eurozona, este choque de la oferta de petróleo se combina con un choque más amplio de la demanda, ya que las exportaciones a Rusia y Ucrania se ven gravemente reducidas. “El BCE ha señalado que retrasará la decisión de endurecer la política monetaria, con la primera subida de tipos prevista ahora para enero de 2023. El problema es que el BCE se enfrenta a un escenario potencialmente de estanflación, ya que los consumidores y las empresas están profundamente desconcertados, mientras que la inflación podría dispararse. El hogar medio probablemente no esté consumiendo mucho en este momento, preocupado como está por la guerra en Ucrania y el miedo a la subida de los precios del combustible. A lo largo de varias semanas, esta situación debería revertirse a medida que se calmen los ánimos. También es probable que los gobiernos gasten más en el centro de Europa; por ejemplo, Alemania se dispone a gastar lentamente 100.000 millones en gastos de defensa. Por lo tanto, durante varios meses, es probable que el BCE vuelva a mostrarse menos dócil e inicie un ritmo más temprano pero lento de subidas de tipos”, añade.
Por último, respecto a Estados Unidos, el experto indica que el problema es un “choque de inflación” más que de crecimiento directo. “La inflación y la demanda estadounidenses son más sensibles a los elevados precios del petróleo, aunque la demanda global es muy sólida. El presidente de la Fed señaló que el impacto de la guerra de Ucrania es muy incierto, es decir, que la dinámica del precio del petróleo es ahora incierta. La Fed se encamina en marzo a lo que probablemente será una serie de seis subidas de tipos, tal y como se espera, pero está abierta a un ritmo más rápido si persiste la inflación. Si bien la Fed puede mostrarse finalmente más agresiva de lo esperado en cuanto a los tipos, es probable que se muestre más prudente ahora en cuanto a la reducción del balance, dado el gran impacto que el anuncio tuvo en el mercado de valores”, puntualiza Galy.
¿Qué significa esto para los inversores?
En opinión del experto de Nordea AM, en el entorno actual, las posiciones de corta duración en renta fija siguen teniendo sentido. “Las valoraciones de la renta variable europea ya no son tan extremas, lo que reduce el valor de la renta fija como refugio seguro. Por lo tanto, seguimos viendo el valor de la capacidad de alfa de los bonos cubiertos de corta duración”, indica.
Desde JP Morgan AM recuerdan que históricamente, los acontecimientos geopolíticos, incluso los que afectan a los principales productores de energía, no han tenido un impacto duradero en los mercados. “Las ventas en los mercados de renta variable relacionadas con acontecimientos geopolíticos suelen ser breves y bruscas, y no duran más de un mes, ya que los mercados reaccionan al acontecimiento repentino. La magnitud de la reacción del mercado puede ser considerable, como ha ocurrido en este caso, con una caída de la renta variable superior al 10%. Pero en la mayoría de los incidentes geopolíticos anteriores, los mercados han tendido a recuperarse a su nivel anterior en menos de un mes, después de que los inversores evalúen que el entorno macro no ha cambiado materialmente. Por supuesto, si el entorno de crecimiento ha cambiado materialmente, como ocurrió con la crisis del petróleo de 1973, puede dar lugar a una venta más importante y a un período más largo para recuperar las pérdidas”.
Según la gestora es posible que, en ausencia de la introducción de sanciones centradas en la energía, “los inversores vuelvan a la narrativa más amplia de 2022 con relativa rapidez: una de tipos de interés modestamente más altos y una rotación del rendimiento hacia los segmentos de valor del mercado, que benefició a los índices de referencia como Europa”.
Por eso desde JP Morgan AM señalan: “A corto y largo plazo esperamos que la crisis intensifique la inversión en la transición hacia las energías renovables, ya que el aumento de los precios de la energía y el temor a la seguridad energética se suman a las preocupaciones climáticas existentes”.