La pandemia del COVID-19 y la invasión de Ucrania por parte de Rusia han provocado una mayor volatilidad en los mercados financieros, poniendo a prueba las previsiones que las firmas de inversión y entidades financieras elaboran de forma periódico, sobre todo en aquellos en los que intentan identificar megatendencias.
Uno de esos documentos de tendencias es el que elabora, cada cinco años, Credit Suisse bajo el título de Credit Suisse’s Supertrends. En su última edición, la entidad financiera reconoce que la reciente volatilidad del mercado no ha afectado significativamente a las convicciones generales que la firma proyecta a largo plazo, aunque puntualiza que algunos ciertos eventos han ejercido de catalizadores para favorecer el desarrollo de algunas tendencias sobre otras.
Según explica Michael Strobaek, director global de inversiones de Credit Suisse, «hemos identificado estas supertendencias, que trasciendan los ciclos económicos, con el fin de ofrecer a los inversores oportunidades de inversión en renta variable a lo largo de varios años. Aunque los catalizadores a corto plazo tienden a favorecer algunas sobre otras, queremos que los inversores miren más allá del sentimiento a corto plazo y de la volatilidad de los mercados financieros. Estas ofrecen una oportunidad para ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos financieros, sociales y medioambientales. Como cada vez más inversores se mueven en esta dirección, creemos que han llegado para quedarse».
En este sentido, la primera de las supertendencias que señalan desde Credit Suisse tiene que ver con el descenso de la ansiedad provocada por la pandemia. «Aunque el COVID-19 sigue siendo una preocupación para muchas personas, ahora se sitúa por debajo de la preocupación por la pobreza, la desigualdad social y el desempleo. Las empresas, así como los inversores, tienen un importante papel que desempeñar en la búsqueda de soluciones. El reciente repunte de la inflación ha supuesto un mayor reto para la asequibilidad, especialmente de la vivienda y los alimentos, lo que abre el camino a las empresas que pueden abordar este desafío«, explican.
En segundo lugar, Credit Suisse considera muy relevante la importancia creciente del sector infraestructuras, y la sitúa como la segunda de sus supertendencias. Según la entidad, 2022 parece ser el inicio de un boom de infraestructuras de varios años de duración, ya que el gasto público en nuevos programas de infraestructuras se pone en marcha en Estados Unidos y Europa. En sentido, argumenta: «La mayor parte del gasto se destinará al transporte, la transición energética y las infraestructuras de comunicaciones. La inflación tiende a ser positiva para el sector de las infraestructuras porque las empresas de transporte y de servicios públicos regulados tienen escalas de precios incluidas en sus contratos».
En tercer lugar sitúa el sector tecnológico, sobre el que estima que «experimente una revalorización de sus valores». A partir de noviembre de 2021, estas compañías han pasado de revalorizarse a sufrir un importante ajuste en su precio, lo que refleja que las elevadas tasas de crecimiento dadas durante la pandemia no son sostenibles en el futuro. Sin embargo, afirman que la revolución digital aún tiene mucho recorrido, con nuevos catalizadores como el metaverso, que impulsan esta tendencia. «Las inversiones en marketing digital, producción y venta y distribución en el metaverso deberían aumentar, a medida que la población de este mundo virtual se expande», matizan desde Credit Suisse.
Su cuarta supertendencias es la llamada «silver economy», es decir, aquella que hace referencia a la actividad económica que generan las personas mayores y que está asociada a un tipo concreto de bienes de consumo y servicios. El motivo de su relevancia es que se estima que la población mundial de personas mayores se duplicará hasta alcanzar más de dos mil millones en 2050. Según explican, este cambio creará una demanda, pero también planteará retos que exigen soluciones innovadoras, en la asistencia sanitaria, los seguros y los mercados de consumo e inmobiliarios. «Las áreas terapéuticas de especial importancia son las enfermedades cardiovasculares, la oncología y la neurología. Fuera del sector sanitario, la economía de plata también está expuesta a las empresas financieras, que deberían beneficiarse del entorno de subida de los tipos de interés, junto con determinados nombres de consumo», afirman.
La siguiente supertendencia que identifica Credit Suisse es la generación de los Millennials. «Las generaciones más jóvenes está dispuestan a integrar los entornos digitales simulados en las actividades cotidianas. En este sentido, la sostenibilidad también desempeña un papel fundamental para las generaciones más jóvenes en sus hábitos de consumo diarios, ya que están muy preocupados por el medio ambiente y motivados para impulsar el cambio adoptando estilos de vida más sostenibles, especialmente en los mercados emergentes, donde vive la mayoría de esta cohorte», apuntan desde la entidad financiera.
Por último, la megatendencia que cierra este listado es, justamente, el cambio climático; un fenómeno que ya se refleja en el reciente aumento de los precios de la energía y que debería servir de catalizador para reducir la dependencia mundial de los combustibles fósiles para la producción de electricidad y el transporte. «El sistema alimentario mundial, responsable de más del 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), también está en proceso de reducir su huella de carbono y ofrece oportunidades a largo plazo para una amplia gama de industrias», concluye el documento.
Ante estas conclusiones, Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora de Economía Global e Investigación de Credit Suisse, añade: «Todos los temas de las supertendencias están mapeados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Con el fin de captar este vínculo de manera efectiva, seguimos el progreso del marco general de los ODS de la ONU y supervisamos de cerca la alineación de nuestros temas de inversión con los ODS. Es alentador ver que nuestras supertendencias contribuyen positivamente a los objetivos de desarrollo más amplios, a la vez que ofrecen rendimientos a los inversores».