El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado a Jerome Powell como candidato para liderar un segundo mandato al frente de la Fed y ha propuesto a Lael Brainard, actual miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, para el cargo de vicepresidenta. Con estas dos nominaciones, se inicia un proceso que culminará a principios de febrero de 2022 y que primero debe pasar por el Senado.
Según los expertos, es un trámite, pero que dice mucho de la visión económica que Biden quiere para el país. El presidente estadounidense considera que Powell sigue siendo el hombre más indicado para “continuar construyendo éxito económico”, para lo cual su figura dará la necesaria “estabilidad e independencia” a la Fed. “El presidente Powell ha ofrecido un firme liderazgo durante un periodo de desafíos sin precedentes, incluida la mayor contracción económica en la historia moderna”, ha señalado la Casa Blanca en su comunicado.
Según el equipo de analistas de A&G Banca Privada, el anuncio implica la continuidad de las políticas y elimina una fuente de incertidumbre. “Aparte de eso, no debería suponer un gran cambio de las políticas actuales. Brainard podría haber sido una opción un poco más dovish que Powell. La decisión de ayer inclina la política un poco menos dovish que la alternativa, adaptándose mejor a lo que posiblemente pueda venir”, explica
La noticia sobre su reelección ha sido bien acogida por el mercado y por los inversores, que también ven en él una figura de estabilidad. “Aunque pensemos que el mercado es demasiado agresivo en sus precios con respecto a la Fed y demasiado optimista sobre la posibilidad de un endurecimiento monetario incruento, la credibilidad de la Fed es una de las razones por las que creímos que Joe Biden volvería a nombrar a Jay Powell. Que la Fed siga siendo creíble, ayuda a contener cualquier endurecimiento de las condiciones financieras impulsado por el mercado mientras esperamos que la inflación observada finalmente caiga”, apunta Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers.
En opinión de Moëc, en este momento, el mercado se está fijando en el endurecimiento temprano y “preventivo” de la política monetaria, que no necesitaría ir muy lejos para evitar que la inflación se vuelva incontrolable. En este sentido, el experto concluye que “la clave es que el mercado cree que Powell podría hacerlo sin provocar una pérdida masiva de la producción y eso es un resultado neto positivo”.
Según Charles Diebel, responsable de estrategias de renta fija de Mediolanum International Funds Ltd (MIFL), la eliminación de la incertidumbre en cuanto al liderazgo despeja en cierta medida el camino para que la acción política adquiera una forma más dinámica. “De este modo, es probable que veamos una aceleración del proceso de reducción de las compras de activos y que se adelante la posibilidad de subidas de tipos a mediados de 2022, ya que el ritmo de la recuperación sigue siendo sólido y, al mismo tiempo, las presiones inflacionistas siguen siendo más persistentes de lo que muchos creían probable”, matiza Diebel.
Para David Kohl, economista jefe de Julius Baer, era previsible que Biden volviera a confiar en Powell. “La nominación señala la continuidad en el liderazgo de la Fed, enfatizando también la continuidad en su actual postura monetaria. Powell representa que la Fed entiende que las altas tasas de inflación actuales son transitorias, aunque no de corta duración, y no se refuerzan por sí mismas. Seguimos esperando que la Fed suba los tipos en septiembre de 2022 tras el fin del tapering”, señala Kohl.
En este sentido, el experto de Julius Baer considera que el tándem Powell y Brainard están alineados en materia de política monetaria, pese a tener puntos de vista diferentes en materia regulatoria. “La nominación señala la continuidad en el liderazgo de la Fed, enfatizando también la continuidad en la actual postura monetaria. El tapering de las compras de activos, que comienza este mes con la compra de 15.000 millones de dólares menos de activos, reducirá las compras de activos a cero en junio de 2022 si la Fed puede proceder como está previsto. La Fed sigue siendo flexible en cuanto a la aceleración o ralentización del tapering si es necesario. El tipo de interés de los fondos de la Reserva Federal no aumentará hasta que finalice el tapering. Consideramos que el nuevo nombramiento de Powell no supone un cambio de política de la Fed, ni de halcón ni de paladín”, afirma Khol.
En opinión de Dan Suzuki, vicedirector de inversiones de Richard Bernstein Advisors LLC, este nombramiento también tiene una lectura política: “Los demócratas renunciaron a la opción de un futuro chivo expiatorio de la inflación en favor de una entidad conocida y respetada que contaba con el apoyo de Yellen. Aunque sobre el papel Powell se decanta por una postura ligeramente más agresiva que Brainard, las políticas de ambos son muy similares y Powell aporta más coherencia y menos incertidumbre. Biden aún tiene más nombramientos que conformarán la composición general de la Fed”.
En este sentido, los analistas de A&G Banca Privada recuerdan que todavía hay tres vacantes abiertas para una Junta formada por siete miembros, y la Casa Blanca debe dar a conocer sus candidatos a principios de diciembre.
De cara a los próximos meses y antes de febrero, el Senado de Estados Unidos deberá de votar la renovación de Powell, que fue elegido en 2017 por Donald Trump. Si todo sigue según lo previsto, Powell continuará al frente de la Fed otros cuatro años y, según su comunicado de ayer, tiene claro cuáles serán los principales retos.
“Como siempre, sigue habiendo retos y oportunidades. La reapertura sin precedentes de la economía, junto con los efectos continuos de la pandemia, provocaron desequilibrios de la oferta y la demanda, cuellos de botella y un estallido de la inflación. Sabemos que la alta inflación pasa factura a las familias, especialmente a las que tienen menos capacidad para hacer frente a los costes más elevados de productos esenciales como la alimentación, la vivienda y el transporte. Utilizaremos nuestras herramientas tanto para apoyar la economía y un mercado laboral fuerte, como para evitar que la inflación elevada se consolide. Otras prioridades clave son vigilar la resistencia y la estabilidad del sistema financiero, abordar los riesgos cambiantes del cambio climático y los ciberataques, y facilitar la modernización del sistema de pagos protegiendo a los consumidores”, ha indicado Powell.