El anuncio del gobierno de China el 11 de agosto de 2015 relativo a un cambio en el método de cotización del renminbi así como la depreciación consecutiva de la divisa desencadenó una nueva fase de pánico en los mercados financieros la semana pasada. La presión se centra especialmente en las monedas de los mercados emergentes, con los temores de una guerra de divisas. Las acciones de los mercados emergentes, que ya están bajo presión, han caído aún más y han arrastrado a los mercados desarrollados. A ello hay que añadir, que la baja liquidez del mercado este verano probablemente ha amplificado estos descensos, resume Julien-Pierre Nouen, jefe economista de Lazard Frères Gestion.
La caída del renminbi cuestiona el crecimiento chino. El banco central de China hizo la fijación de su divisa más dependiente de los mercados y, desde entonces, se ha depreciado un 3%. “Este cambio en la fluctuación se hizo para aumentar el cumplimiento de las exigencias del Fondo Monetario Internacional, con el fin de que el yuan entrara en la cesta del SDR de referencia del FMI y la internacionalización de su moneda. Dado el limitado impacto de las fluctuaciones monetarias en el crecimiento chino (una caída del 10% en el tipo de cambio efectivo real aumenta el crecimiento en solo de 0,2 a 0,4 puntos), es poco probable que el apoyo al crecimiento sea el objetivo principal de esta medida. Sin embargo, tras los datos tranquilizadores que vimos en junio, las estadísticas publicadas en agosto fueron decepcionantes, por lo que es esta interpretación negativa la que dominó”, explica el experto.
Y es que ve innegable el hecho de que el crecimiento de China se está desacelerando. “La economía china debe pasar de un crecimiento impulsado por la gran inversión a un crecimiento impulsado por el consumo. Esto necesariamente se traduce en una desaceleración y las consecuencias negativas para determinados sectores. No obstante, la pregunta clave sigue siendo la capacidad de las autoridades chinas para acompañar esta desaceleración. Parece que todavía tienen la capacidad de actuar tanto en presupuesto como en términos monetarios”.
La enorme reacción negativa del mercado el lunes 24 de agosto también puede explicarse, en parte, por la falta de anuncios del banco central o por parte del gobierno, dice. No obstante, sí augura más anuncios en las próximas semanas.
¿Qué pasa con el resto del mundo?
El descenso de los precios de las materias primas, debido a estas preocupaciones con respecto al crecimiento de China, extiende el contagio a otros países emergentes. “En cuanto a petróleo, creemos que la caída actual se debe más bien a una abundante oferta que a una demanda débil. Esta es una muy buena noticia para la economía global. A pesar, obviamente, de que una serie de mercados emergentes son muy sensibles a las materias primas y siguen bajo presión, pero en realidad cuando nos fijamos en países como Brasil o Rusia, ya han ido desacelerándose desde hace varios años”.
En cuanto a los países desarrollados, las últimas estadísticas siguen siendo favorables, dicen desde la gestora. “Los datos de PMI manufacturero en agosto fueron buenos en la zona euro y en Japón. En EE.UU., el sector manufacturero se desaceleró levemente pero también podemos observar una aceleración en la actividad de la construcción y de las cifras de consumo, que se han revisado al alza. Por su parte, las solicitudes de desempleo semanales, uno de los mejores indicadores en tiempo real para la economía estadounidense, se mantienen en un nivel muy bajo. Sin olvidar que la mejora de las economías desarrolladas es esencialmente nacional. En general, se espera que el crecimiento se mantenga saludable”, añade.
La volatilidad que debería conducir a la Fed a ser cautelosa
Tres semanas antes de la reunión de la Fed, la volatilidad actual en los mercados mundiales “tendrá sin duda el efecto de retrasar el primer aumento de los tipos de interés de septiembre a diciembre”, dice el experto, al igual que otros analistas. “Creemos que se retrasará esta decisión, incluso si las consideraciones nacionales dominan el pensamiento del banco central, que siempre tiene en cuenta el contexto global en general. Dado el nivel de incertidumbre y volatilidad, la Reserva Federal probablemente preferiría esperar un poco para hacer cualquier movimiento en su política monetaria”.
¿Cuáles son las consecuencias para los mercados?
Aunque podemos cuestionar las acciones de EE.UU. así como las acciones de mercados emergentes, mantienen su perspectiva positiva para el mercado de renta variable de la zona euro. “Las previsiones de beneficios para 2015 se han revisado al alza en los últimos meses y el crecimiento debería alcanzar el 16%”. Según Morgan Stanley, los países emergentes representan el 30% de los ingresos de las sociedades cotizadas de la zona euro con un 6% de China, recuerda.
En términos de valoración, la corrección redujo el ratio del PE de la renta variable de la zona euro a su nivel más bajo desde octubre de 2014 (13 veces). “Regularmente, los mercados de renta variable experimentan severos ataques de ansiedad que hasta ahora han sido oportunidades de compra. Creemos que hoy estamos ante el mismo escenario”.