El principal efecto de la política monetaria de los bancos centrales es que ha cambiado por completo el concepto de preservación de capital. Este concepto, que históricamente han perseguido los inversores más conservadores, se fundamenta en el hecho de que el principal activo libre de riesgo es la liquidez.
Pues bien, como explica Eric Lonergan, miembro del equipo de multiactivos de M&G, el capital en liquidez acumularía en una década una pérdida de entre el 20% y el 30%. “Esto no es preservar el capital, es una muerte lenta”, ha afirmado Lonergan en el marco de la Morningstar Investment Conference, celebrada antes del estallido de la crisis del coronavirus.
Los gestores de fondos multiactivos reconocen que la preservación de capital pasa, a día de hoy, por plantear estrategias diversificadas y descorrelacionadas con el mercado. “Lo más caro es lo que mejor ha funcionado y esto no tiene sentido”, ha añadido Lonergan.
La explicación, si no el sentido, hay que buscarla en la política monetaria expansiva que ha encarecido todas las clases de activos. En opinión de Suzanne Hutchins, gestora global de Newton (parte de BNY Mellon IM), “la política monetaria y el QE es cada vez menos efectiva y en los próximos dos años esto va a cambiar. Necesitamos ser flexibles y diversificar para poder descorrelacionarnos de los mercados”, sostiene Hutchins.
Asbjorn Trolle Hasen, responsable del equipo de asset allocation de Nordea AM, admite la desprotección que ha sufrido todo aquel inversor que ha pretendido preservar su capital en los últimos años. “No han tenido recompensa”, reconoce.